Gorbachov, creador de imagen
EL VIAJE de Mijail Gorbachov a Berl¨ªn Este para asistir al congreso del Partido Socialista Unificado de Alemania estaba decidido desde hace varios meses. Si se recuerda que a recientes congresos de los partidos comunistas checoslovaco y b¨²lgaro Mosc¨² ha enviado dirigentes de menor jerarqu¨ªa, el gesto hacia Alemania - Oriental tiene un significado claro: no s¨®lo un reconocimiento de los ¨¦xitos econ¨®micos en este pa¨ªs del Pacto de Varsovia, sino una confirmaci¨®n de que Gorbachov tiene, en la etapa actual, una preocupaci¨®n especial por encontrar interlocutores atentos en Europa occidental, por impactar e influir sobre la opini¨®n p¨²blica europea. Praga y Soria no eran para ello tribunas muy eficaces. Berl¨ªn, s¨ª. Pero lo que se esperaba de Gorbachov era una definici¨®n de la actitud de la URSS -m¨¢s responsable que en las notas de la agencia Tass- despu¨¦s de los graves acontecirnientos del Mediterr¨¢neo. ?C¨®mo caracterizar en ese orden el discurso de Gorbachov? Por un lado, la condena de la acci¨®n militar norteamericana contra Libia ha sido rotunda, con adjetivos contundentes. Era inimaginable otra actitud, ni siquiera otro lenguaje. Pero Gorbachov ha adelantado nuevas propuestas sobre disminuci¨®n de las armas cl¨¢sicas y de las armas nucleares t¨¢cticas en el territorio europeo, desde el Atl¨¢ntico hasta los Urales. Un rasgo sustancial de esta iniciativa es que, al centrarse en las armas cl¨¢sicas, toca el punto en el que los miembros europeos de la OTAN se sienten en condiciones de mayor inferioridad. Su novedad consiste en la aceptaci¨®n del principio de las inspecciones sobre el terreno, tradicionalmente rechazadas por la diplomacia sovi¨¦tica.
Dejando de lado su contenido concreto, lo que llama la atenci¨®n es el hecho en s¨ª de que Gorbachov haya lanzado ahora una nueva propuesta de desarme. Pocos d¨ªas antes, Mosc¨² hab¨ªa suspendido la entrevista entre el secretario de Estado Shultz y el ministro de Exteriores Shevernadze. Pero la formulaci¨®n, por boca del propio secretario general del PCUS, de nuevas proposiciones supone que se desea negociar sobre ellas, o dar al menos esa impresi¨®n al mundo, y el principal interlocutor tiene que ser EE UU. Encontramos aqu¨ª una confirmaci¨®n de que la pol¨ªtica exterior de la actual direcci¨®n sovi¨¦tica otorga una prioridad -que los acontecimientos del Mediterr¨¢neo no han modificado- a los temas de limitaci¨®n y control de armamentos, y por -tanto al di¨¢logo con EE UU. La declaraci¨®n que hac¨ªa la se?ora Thatcher, ayer en EL PAIS, en el sentido de que la suspensi¨®n del encuentro entre los responsables de la pol¨ªtica exterior sovi¨¦tica y americana no es sino un gesto ritual parece confirmarse.
?Cu¨¢les son las razones de esta "moderaci¨®n" de la URSS, cuando en la pol¨ªtica de Washington se acent¨²a la, tendencia a recurrir a acciones militares? No pocos comentarios se refieren a la debilidad sovi¨¦tica, y no cabe duda de que su inferioridad en el terreno econ¨®mico y su retraso en ramas de la tecnolog¨ªa tienen una incidencia sobre el poder¨ªo militar, aunque la existencia en ambas superpotencias de arsenales con capacidad de mutua destrucci¨®n total resta significado a esas comparaciones. Hay causas pol¨ªticas que explican este esfuerzo de Gorbachov por evitar todo paso que pueda acercar a una confrontaci¨®n con las fuerzas armadas de EE UU. En el plano interior ha hecho triunfar en el PCUS -en lucha contra tendencias inmovilistas- una opci¨®n encaminada a la reforma y flexibilizaci¨®n del sistenia. Tal opci¨®n quedar¨ªa en entredicho s¨ª no logra recuperar un clima de distensi¨®n internacional.
En el terreno de la pol¨ªtica exterior, esta actitud sovi¨¦tica, a pesar de muchas respuestas negativas de Washington, est¨¢ obteniendo ciertos resultados. No es casual ese cuidado de Gorbachov por escoger tribunas de resonancia para sus ofertas. Quiere proporcionar a la URSS la buena imagen de un pa¨ªs preocupado por soluciones de paz y desarme, frente a un EE UU que endurece sus posiciones y se niega al di¨¢logo. En estos momentos, como consecuencia del ataque a Libia, la popularidad americana ha sufrido un deterioro en amplios sectores, no s¨®lo entre los pueblos y Gobiernos ¨¢rabes, sino tambien entre los aliados de Europa. Es un momento en que la URSS no tiene ning¨²n inter¨¦s en abandonar su l¨ªnea de "ofensiva pacifista", sino todo lo contrario. La "eficacia'" de las propuestas de Gorbachov no se puede medir s¨®lo por las respuestas que reciben de Washington: tienen en s¨ª mismas una operatividad pol¨ªtica cuyos efectos solamente podr¨¢n juzgarse a m¨¢s largo plazo. Y forman parte de una estrategia destinada a apreciar el valor de la imagen sovi¨¦tica en el mundo.
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