Por la Puerta Real

ENVIADO ESPECIAL El Parlamento brit¨¢nico, que pudo condenar a muerte a Carlos I en 1649 y que escucha cada a?o, en respetuoso silencio, el discurso de la Corona, no hab¨ªa tenido ocasi¨®n de recibir, en casi ocho siglos, a un monarca extranjero. Ayer abri¨® la puerta a los Reyes de Espa?a, con todo el esplendor de su ceremonial, con singular atenci¨®n durante los 30 minutos que dur¨® el discurso de don Juan Carlos y con el homenaje de una ovaci¨®n final, sostenida y calurosa, mucho m¨¢s all¨¢ de la cortes¨ªa protocolaria.

Cuando don Juan Carlos regres¨® a su sill¨®n tras concluir el discurso, las 600 personas que llenaban la Royal Gallery, en Westminster, iniciaron una prolongada ovaci¨®n que oblig¨® al Rey a levantarse para corresponder Mientras se advert¨ªa en su rostro una contenida emoci¨®n. Los Reyes de Espa?a hab¨ªan accedido al Parlamento por la Sovereign Entrance, mientras que los presidentes De Gaulle, Reagan y Mitterrand -los ¨²nicos jefes de Estado que se hab¨ªan dirigido hasta ahora a las c¨¢maras brit¨¢nicas- lo hicieron en su d¨ªa por la Traders Entrance (entrada de los comerciantes).

Fuentes de la Casa Real no ocultaban ayer tarde su satisfacci¨®n por el desarrollo de la jornada en el Parlamento y, mientras don Juan Carlos hablaba a lores y diputados, pudieron observarse gestos de aprobaci¨®n entre ellos, e incluso se recogieron comentarios abiertamente elogiosos de un grupo de laboristas. Al abandonar el gran sal¨®n flanqueado por las enormes pinturas de Maclise que representan la muerte de Nelson en Trafalgar y a Wellington en la batalla de Waterloo -anverso y reverso de las relaciones hist¨®ricas entre Espa?a y el Reino Unido-, el ex primer ministro laborista Harold Wilson calific¨® la intervenci¨®n del Rey de "extraordinaria" y declin¨® comentar las referencias a Gibraltar. La primera ministra, Margaret Thatcher, hab¨ªa aplaudido sonriente al Rey.