La Crida, un comando publicitario
La organizaci¨®n nacionalista radical catalana ha perdido el apoyo efectivo de la mayor¨ªa de las entidades que la fundaron
Cinco a?os despu¨¦s de su creaci¨®n, la Crida a la Solidaritat en Defensa de la Llengua, la Cultura i la Naci¨® Catalanes ha pasado de ser una plataforma -que agrupaba en su momento ¨¢lgido a 1.300 representaciones de entidades y asociaciones c¨ªvicas, culturales y pol¨ªticas-, con el objetivo de realizar actos de masas en reivindicaci¨®n del idioma catal¨¢n, a constituir una organizaci¨®n especializada en actividades de comando, a cargo sobre todo de un reducido grupo de liberados, orientadas a obtener eco en los medios de comunicaci¨®n de masas.
A la d¨¦cima asamblea general de la Crida, celebrada el pasado 6 de abril, asistieron s¨®lo 38 representaciones de entidades Y delegaciones de 23 comisiones comarcales o locales de la propia Crida. Entre las representaciones no hab¨ªa ni una de las grandes entidades y asociaciones catalanas que en su d¨ªa apoyaron esta plataforma. Lejos, pues, de las 1.300 entidades que se adhirieron al movimiento en junio de 1981, cuando 90.000 personas llenaron el estadio del FC Barcelona, bajo el esl¨®gan Som una naci¨®, convocadas por la Crida.
La crisis de 1983
La diferencia es m¨¢s significativa a¨²n si adem¨¢s se tiene en cuenta que entre los adherentes figuraron inicialmente desde entidades con el peso y la significaci¨®n del propio FC Barcelona hasta el Partit dels Socialistes (PSC-PSOE); desde asociaciones de vecinos de barrios obreros hasta organizaciones catalanistas como ?mnium Cultural; desde movimientos de iglesia, como Justicia y Paz, hasta sociedades colomb¨®filas, clubes de petanca y algunos comit¨¦s de empresa; desde el entonces rector de la universidad de Barcelona, Antoni Maria Badia Margarit, hasta asociaciones de padres; desde Converg¨¦ncia Democr¨¢tica de Catalunya (CDC) a la Federaci¨®n de Municipios de Catalu?a, que agrupa a los ayuntamientos con mayor¨ªa de izquierda.
De estas adhesiones no queda casi nada. El abandono de las grandes entidades se produjo en julio de 1983, cuando un bloque compuesto por las m¨¢s destacadas se desgaj¨® de la plataforma. Aquella crisis se produjo cuando Converg¨¨ncia Democr¨¨tica y su amplia red de influencia perdieron la batalla frente a los grupos y partidos que, como el Partit Socialista d'Alliberament Nacional (PSAN), Nacionalistes d'Esquerra, Esquerra Republicana y otros, propugnaban para la Crida criterios de radicalismo nacionalista.
Pero, previamente, el conflicto de la ley.org¨¢nica de Armonizaci¨®n del Proceso Auton¨®mico (LOAPA) hab¨ªa originado ya en 1981 y 1982 el enfrentamiento con los socialistas. Luego, con ocasi¨®n de la conmemoraci¨®n de la Diada del Onze de Setembre de 1983, la Crida se alz¨® como alternativa nacionalista frente a la totalidad de los partidos catalanes con representaci¨®n parlamentaria, a los que exigi¨®, en vano, que encabezaran la manifestaci¨®n de ese d¨ªa bajo la reivindicaci¨®n de la autodeterminaci¨®n.
Las personalidades de renombre en el mundo pol¨ªtico y cultural catal¨¢n que le hab¨ªan prestado su apoyo se fueron apartando del n¨²cleo que, en el momento de la crisis, en el verano de 1983, defendi¨® las posiciones asamblearias. Entonces empez¨® a consolidarse la Crida tal como ahora es, aunque con la aparente paradoja de que en el cambio no ha perdido el cr¨¦dito que en amplios sectores nacionalistas, especialmente los j¨®venes, le daban las adhesiones iniciales. El l¨ªder del grupo es ?ngel Colom. ?l y los m¨¢s destacados activistas practican una doble militancia en la Crida, de la que son portavoces, y en una entidad denominada Centre Internacional Escarr¨¦ per a les Minories ?tniques i Nacionais (CIEMEN) en representaci¨®n de la cual forman parte de la Crida.
El impulsor del CIEMEN e ide¨®logo del grupo es un ex monje del monasterio benedictino de Montserrat, Aureli Argem¨ª, de larga trayectoria nacionalista. En torno a ¨¦l y a Colom gira un grupo de j¨®venes, com¨²n a ambas organizaciones, que protagoniza las acciones m¨¢s espectaculares. El CIEMEN fue la entidad que organiz¨® en diciembre de 1985 la I Conferencia de Naciones Europeas sin Estado (Conseo) en la que participaron delegaciones de movimientos riacionalistas de 20 naciones europeas sin Estado. Entre los asistentes figuraban vascos de Herri Batasuna, gallegos del Bloque Nacionalista Galego, irlandeses del Sin Feinn, sardos del Partito Sardo d'Azione y corsos del Movimentu Corsu per l'Autodeterminazione.
Activismo febril
El activismo del n¨²cleo animador de la Crida cuenta sus acciones por centenares y ha conseguido el control absoluto de la plataforma. Raro es el acontecimiento social o pol¨ªtico de relevancia que no es objeto de un comunicado, una declaraci¨®n p¨²blica o cualquier acto de simb¨®lica protesta o reafirmaci¨®n, seg¨²n el caso. Tanto es as¨ª que en la actualidad partidos como la Entesa dels Nacionalistes d'Esquerra o Esquerra Republicana, cuya militancia ha constituido gran parte de la base de la Crida, se distancian cada d¨ªa m¨¢s de ella.
El objetivo primordial de sus acciones es la reivindicaci¨®n nacionalista, y muy en particular la relacionada con la situaci¨®n p¨²blica del catal¨¢n. Pero la propia directora general de Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica del Gobierno catal¨¢n, Aina Moll, les acusa de oportunismo y de provocar, con sus campa?as contra el biling¨¹ismo, un rechazo al catal¨¢n. Algo de esto ha empezado a suceder con la reciente constituci¨®n de unas Juntas Espa?olas cuyo objetivo es contrarrestar la catalanizaci¨®n de r¨®tulos callejeros.
Aina Moll sostiene que los dirigentes de la Crida organizan acciones para cofiseguir objetivos una vez que saben que ya est¨¢n maduros, por razones distintas a las campa?as de agitaci¨®n, entre ellas la actuaci¨®n de la propia direcci¨®n general. Adem¨¢s, les critica la utilizaci¨®n de m¨¦todos poco ortodoxos. Para conseguir que los hipermercados y grandes almacenes catalanicen sus r¨®tulos, por ejemplo, la Crida no ha dudado en advertir a sus dirigentes que promover¨ªa campa?as de boicoteo contra estas empresas.
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