El IPI debate la cobertura informativa del accidente de Chernobil
La tragedia nuclear de Chernobil y su cobertura por los medios informativos, tanto occidentales como orientales, se colocaron ayer en el primer plano de los debates en la asamblea en Viena del Instituto , Internacional de Prensa (IPI). El director general de la Agencia Internacional de Energ¨ªa At¨®mica (AIEA) acus¨® a la Prensa occidental de dedicarse a "una forma de espect¨¢culo macabro" en su informaci¨®n del accidente y la acus¨® de frenar la recuperaci¨®n de uso de la energ¨ªa nuclear que se ha iniciado con la mejor¨ªa econ¨®mica internacional.
El sueco Hans Blix, director de la AIEA, organismo dependiente de las Naciones Unidas, fue el orador de ¨²ltima hora en una jornada en la que Chernobil tambi¨¦n monopoliz¨® el debate sobre Las im¨¢genes del Este y de Occidente en sus respectivos medios informativos. Blix, que acaba de regresar de un viaje de inspecci¨®n a Mosc¨² y Kiev, lleg¨® a aplaudir la cobertura "escasa y tard¨ªa, pero generalmente correcta" que los medios sovi¨¦ticos han dado de la cat¨¢strofe, en contraste con "la precipitaci¨®n y el sensacionalismo" de la Prensa occidental. Lo hac¨ªa desde la ¨®ptica de un organismo dedicado m¨¢s a promover el uso pac¨ªfico, de la energ¨ªa nuclear que a controlar la seguridad de las centrales. Para la AIEA, Chernobil ha supuesto "un frenazo, -pero nada m¨¢s, en un proceso de expansi¨®n de la energ¨ªa nuclear en el que ya estamos m¨¢s all¨¢ del punto de no retorno y en el que la gran preocupaci¨®n es mejorar la seguridad".Blix predijo, en particular, la mejor¨ªa y la extensi¨®n en el mundo entero de los filtros, edificios de contenci¨®n y dem¨¢s medidas de control de' la radiaci¨®n, as¨ª como el establecimiento de un sistema internacional de alerta inmediata ante accidentes.
Tras su viaje a Kiev, Blix revel¨® que el jueves pasado el nivel de radiaci¨®n en las calles de la capital ucraniana alcanzaba "el de una radiograf¨ªa dental, ni siquiera el de una radiograf¨ªa del torso".
Respondi¨® con evasivas a preguntas sobre el nivel m¨¢ximo de radiactividad alcanzado en los primeros momentos del accidente, afirm¨® que en Polonia el nivel nunca ha alcanzado los m¨ªnimos de peligro establecidos por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y asegur¨® que no hay motivos cient¨ªficos para la prohibici¨®n de importar alimentos procedentes del Este decidida por la Comunidad Europea.
Falta de fluidez
Por otra parte, en La sesi¨®n de debate sobre las relaciones Este-Oeste, el columnista de Pravda Vsevolod Ovchinnikov dijo que la cobertura del accidente de Chernobil en el Oeste "no es un buen ejemplo de decencia informativa". Agreg¨®: "A la larga, los instigadores de la histeria sufrir¨¢n un efecto bumer¨¢n por haber transformado un problema- que era serio, pero local, en una tragedia nuclear mundial. Adem¨¢s, despu¨¦s de Cheenobil las propuestas de desarme nuclear hechas por Mosc¨² ganan atractivo en vez de perderlo".El periodista sovi¨¦tico, ante las acusaciones de parquedad y tardanza en la informaci¨®n, respondi¨® que "los datos que ten¨ªamos, los publicamos". A ello se refiri¨® el especialista del Observer londinense, Neal Ascherson, para apuntar: "Eso mismo recalca el defecto esencial, que es la falta de fluidez, del sistema informativo y de la opini¨®n en la URSS. Ello impidi¨® que datos ya conocidos, o que se estaban produciendo, llegasen a Pravda y a los medios importantes y que ¨¦stos reaccionasen en cuesti¨®n de horas, como hubiese sucedido en Occidente".
En esta segunda jornada se han examinado tambi¨¦n los problemas de la seguridad nacional como argumento utilizado por el poder para censurar la informaci¨®n, y los actuales esfuerzos de la Unesco por reformar sus estructuras en el sentido deseado por Occidente, particularmente en lo referido a la informaci¨®n.
Hasta ahora ha intervenido en la asamblea un ponente espa?ol, Pedro J. Ram¨ªrez, director de Diario 16 y presidente de la secci¨®n espa?ola del IPI, quien denunci¨® el "efecto de censura" inherente a la ley de 1984 sobre derecho de rectificaci¨®n en Prensa.
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