El poder judicial y el "caso Bardellino"

El poder judicial, o m¨¢s concretamente la corporaci¨®n de jueces y magistrados, acaba de perder una clara oportunidad para que la sociedad creyera firmemente en la legitimidad de su demanda de independencia del poder pol¨ªtico y diera con beligerancia la cara por ella.En efecto, todos cuantos hemos defendido -y seguimos defendiendo- el principio de independencia del poder judicial del poder pol¨ªtico, conforme a la cl¨¢sica teor¨ªa de Montesquieu, hemos de asistir abochornados a la evidencia de que la judicatura ha sido incapaz de depurarse internamente por v¨ªa procesal, como queda de manifiesto en la sentencia que absuelve a Var¨®n Cob¨®s y a Rodr¨ªguez Hermida del delito de prevaricaci¨®n. Ha tenido que salir el Consejo General del Poder Judicial -una instancia pol¨ªtica, designada parlamentariamente, desde la aprobaci¨®n de la ley org¨¢nica del poder judicial- a lavar, mediante la suspensi¨®n de ambos jueces de por vida, el honor mancillado. de una instituci¨®n que, merced a aquel proceso, hab¨ªa perdido buena parte de su credibilidad ante la opini¨®n p¨²blica.

Produce igualmente consternaci¨®n el advertir que la asociaci¨®n mayoritaria de la magistratura, la Asociaci¨®n Profesional, se congratul¨® de la absoluci¨®n dictada por la Sala Segunda del Supremo. Debe desprenderse de ello que nada hubiera ocurrido a estos magistrados, tan duramente sancionados ahora, si no existiera injerencia del poder pol¨ªtico.

En democracia, el fin no justifica nunca los medios, y un dem¨®crata no puede abdicar de sus convicciones, entre las que, sin duda, est¨¢ la defensa de la independencia del poder judicial. ( ... )

El ciudadano sigue sin entender, en cualquier caso, por qu¨¦ el Consejo General ha separado a estos jueces de la carrera y, sin embargo, se ha negado a remitir la sentencia absolutoria de estos jueces al fiscal, pese a que podr¨ªa haber argumentos para ello, seg¨²n la opini¨®n de autorizados juristas.

14 de mayo