La Palma, de Oro fue para 'The mission', de Roland Joffe, un filme que se present¨® inacabado al certamen

El segundo gran ¨¦xito de las obras orientadas hacia preocupaciones de orden espiritual ha sido la obtenci¨®n del Gran Premio Especial del Jurado por parte de El sacrificio, de Andrei Tarkovski. Todo lo que The mission tiene de tradicional, con su preocupaci¨®n por un realismo inmediato que haga cre¨ªbles las andanzas de unos jesuitas -Robert de Niro y Jererny Irons- que, en el siglo XVIII, se comportan como la avanzada de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n en Latinoam¨¦rica, lo tiene El sacrificio de par¨¢bola po¨¦tica. Aqu¨ª el sacrificio del protagonista es individual y secreto, dudosa incluso su existencia o el que no se trate de un sue?o o de un aut¨¦ntico caso de locura. El sacrificio es una pel¨ªcula demasiado arriesgada como piara que el jurado se atreviera a concederle la Palma de Oro, sobre todo existiendo esa The mission que tambi¨¦n reconcilia a Dios con el cine.Y el tercer triunfo de la m¨ªstica o la religiosidad es el de Alain Cavalier y su Th¨¦r¨ºse, biograf¨ªa muy libre y estilizada de Santa Teresa de Lisieux. Tal y como dijo el presentador en el acto de la entrega de premios, el jurado ha sido "alcanzado por la gracia". Que conste que ninguno de los tres t¨ªtulos es un intruso en el palmar¨¦s, pues, por una raz¨®n u otra, todos figuraban en la quiniela de la cr¨ªtica.

La decisi¨®n de premiar como mejor trabajo de direcci¨®n el de Martin Scorsese por After hours es ejemplar. La pel¨ªcula es poca cosa, pero el trabajo del cineasta es de virtuoso, con un incre¨ªble dominio del ritmo, con una sorprendente capacidad para empezar esprintando y ya nunca bajar la velocidad dela carrera. Que la mejor contribuci¨®n art¨ªstica sea la de Sven Nykvist puede ser discutido, pero la labor del director de fotograf?ia de El sacnficio es de primer orden. Nykvist, que es un hombre cuya carrera se ha desarrollado en gran parte al lado de Ingmar Bergman, ha sabido adaptarse a la dif¨ªcil planificaci¨®n que exige Tarkovski, con sus planos muy largos, en movimiento, y siempre jugando con los l¨ªmites del iris.

Los galardones de interpretaci¨®n son los que m¨¢s sujetos han quedado a las maniobras compensatorias, pero tampoco hay en ellos nada que parezca un error flagrante. Compartidos ambos premios, el femenino ha reca¨ªdo en la esforzada pero monocorde Barbara Sukowa por su encarnaci¨®n de Rosa Luxemburg. Un gui¨®n muy deficiente, y una puesta en escena vieja no han ayudado en nada a la actriz. E' n cambio s¨ª sorprende, y gratamente, que el jurado se haya acordado de Fernada Torres por su aportaci¨®n en la delirante pel¨ªcula brasilefla de Arnaldo Jabor, Eu se? que vou te amar.

Bob Hoskins, por Mona Lisa, era un candidato claro, y Michel Blanc, ni que sea para dar satisfacci¨®n al enorme ¨¦xito de p¨²blico que est¨¢ teniendo en Francia Tenue de soir¨¦e, tampoco aparece como un error, aunque no sabemos lo que pensar¨¢ Depardieu de que ¨¦l sea el preterido en favor de su compa?ero de travestimento.

Otros premios importantes, al margen de los del jurado oficial, son los concedidos por la cr¨ªtica y el bautizado como C¨¢mara de Oro, que Carlos Saura y Laura del Sol libraron a Claire Devers por su pel¨ªcula Noir et blanc, una historia que se embarca en un descenso a los infiernos de las relaciones sadomasoquistas, una concesi¨®n, pues, a esa anunciada y no cumplida gloria. del retorno del cine interesado por las grandes pasiones.