Los Colombianos acuden hoy a las urnas para elegir presidente y en busca de la paz con la guerrilla
Los colombianos eligen hoy al sucesor, para un per¨ªodo de cuatro a?os, del presidente Belisario Betancur, cuyo prestigio interno cay¨® en picado en su ¨²ltimo a?o de mandato por el fracaso de la pol¨ªtica de di¨¢logo con la guerrilla. La paz es m¨¢s que nunca el argumento central de estos comicios, a los que, como es tradicional en este pa¨ªs, s¨®lo concurren dos candidatos con posibilidades: el liberal Virgilio Barco y el conservador Alvaro G¨®mez.
ENVIADO ESPECIALEn su ¨²ltimo mensaje a la naci¨®n antes de las elecciones, Betancur relacion¨® la participaci¨®n con la condena de la violencia y pidi¨® votos para la paz. "Una participaci¨®n entusiasta en las elecciones y una votaci¨®n copiosa" dijo en un discurso televisado en la noche del viernes, "ayudan a la pacificaci¨®n". "Cada voto, cualquiera que, sea el candidato por el que se vota, es un testimonio por la paz", a?adi¨®. Est¨¢n convocados a las urnas alrededor de 14 millones de colombianos y se conf¨ªa en que se pueda superar el 50% de participaci¨®n.Por primera vez en la historia, un grupo guerrillero, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), se presenta a unas elecciones residenciales, aunque ciertamente como simple comparsa y sin abandonar las armas ni renunciar a la lucha armada. La segunda fuerza guerrillera del pa¨ªs, el Movimiento 19 de Abril (M- 19), cuyo acuerdo de paz con Betancur s¨®lo dur¨® dos meses, est¨¢ contra la celebraci¨®n de los comicios e intentar¨¢ boicotearlos tan espectacularmente como sus reducidas fuerzas se lo permitan.
La ¨²ltima encuesta de un influyente semanario bogotano daba a Virgilio Barco una ventaja de casi el 50% de los votos sobre G¨®mez, aunque los conservadores han denunciado la falta de credibilidad de este sondeo y aseguran que disponen de otros realizados posteriormente que dan al candidato liberal una ventaja de apenas el 2%,
Compra de votos
A pesar de que en las elecciones legislativas del pasado mes de marzo los liberales obtuvieron una ventaja del 12%, los conservadores, que aseguran que en las presidenciales influyen factores distintos, conf¨ªan en la victoria y citan como ejemplo que Betancur tampoco sali¨®, como favorito en las elecciones de 1982.Desde luego, las encuestas siempre resultan dudosas en un pa¨ªs donde la pr¨¢ctica de la compra de votos est¨¢ casi institucionalizada. Ambos candidatos han recorrido durante la campa?a electoral m¨¢s cara de la historia casi todos los departamentos del pa¨ªs no s¨®lo para acercarse a los electores en demanda de su voto, sino para cerciorarse de que funciona la maquinaria partidaria que negocia sufragios con hombres fuertes de cada aldea y comarca.
En el departamento del Atl¨¢ntico, cuya capital es Barranquilla, donde la compra de votos alcanza niveles que desvirt¨²an el principio del sufragio universal, el Ej¨¦rcito ha recibido instrucciones de evitar por cualquier medio esta pr¨¢ctica, tan antigua como la democracia colombiana.
La explicaci¨®n a este fen¨®meno habr¨ªa que buscarla, entre otras razones sociales y econ¨®micas, en la similitud entre los programas de los dos principales partidos. Liberales y conservadores han dominado el escenario pol¨ªtico colombiano durante m¨¢s de un siglo.
Despu¨¦s de un periodo de cuatro a?os en los que el padre del actual candidato conservador, Laureano G¨®mez, ejerci¨® el poder con modos dictatoriales y desat¨® la violencia en el pa¨ªs, y de otros cuatro a?os del Gobierno militar paulista del general Gustavo Rojas Pinillas, liberales y conservadores llegaron a un acuerdo -el Frente Nacional- para alternarse cada cuatro a?os en el poder. Ese acuerdo dur¨® 12 a?os, pero ambos partidos mantienen desde entonces programas pol¨ªticos similares y hasta han llegado a compartir ministros. Para las elecciones presidenciales de hoy, los colombianos pueden elegir entre Barco, un oscuro tecn¨®crata educado y orientado pol¨ªticamente hacia Estados Unidos, y G¨®mez, un pol¨ªtico veterano tachado de ultraderechista.
De ambos candidatos se espera una pol¨ªtica de dureza contra la guerrilla. Virgilio Barco, que siempre critic¨® los acuerdos de paz firmados por Betancur, ha prometido desandar todo lo andado hasta ahora en ese terreno. ?lvaro G¨®mez, pese a la moderaci¨®n con la que durante la campa?a ha intentado captar votos de su antecesor, est¨¢ considerado como un militarista que optar¨ªa por una pol¨ªtica de liquidaci¨®n de los movimientos armados.
Tambi¨¦n con ambos candidatos Colombia parece destinada a perder el destacado papel internacional que alcanz¨® con Betancur. Tanto Barco como G¨®mez son contrarios al Grupo de Contadora. El primero ha dicho que las diplomacias alternativas no deben sustituir la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA). El segundo cree que Contadora ha permitido la consolidaci¨®n del r¨¦gimen totalitario de Nicaragua.
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