Los estibadores, dignos profesionales, no mafiosos

No nos sorprende. La esper¨¢bamos. Una campa?a de difamaci¨®n y desprestigio de los estibadores portuarios en su momento de lucha es lo menos que se puede pedir a un Gobierno que sepa mover, dignamente, los hilos de los medios de comunicaci¨®n social. Es f¨¢cil ensartar palabras como "falangismo, anarquismo, sindicato vertical, de clase, privilegios, mafia..." y aplicarlas todas ellas al contrincante. Puede que no hayas definido la realidad pero hay seguridad de que, sea cual sea el lector, siempre encontrar¨¢ un apelativo por el que le sea odioso el sujeto al que se le aplican.La actividad portuaria ha sido tradicionalmente un coto tan abierto y tan poco privilegiado que se surti¨® de la mano de obra menos cualificada, m¨¢s marginada, m¨¢s lumpen de las zonas urbanas que circundan los puertos. Durante d¨¦cadas transcurri¨® el trabajo penoso, despreciable, peligroso, mal pagado de los estibadores portuarios sin que nadie reparase en ellos ni se envidiase su estatus.

Lleg¨® el momento del despegue econ¨®mico y social, y l¨®gicamente lleg¨® para todos, aunque no en la misma medida, ?verdad? El trabajo en el puerto como en otros sectores se fue mecanizando, tecnificando. Esto supuso una doble ventaja para los trabajadores y serios handicaps. Nuestra faena se aliger¨®; donde se exig¨ªa fuerza bruta se torn¨® en cualificaci¨®n y destreza en el manejo de las m¨¢quinas. Ahora somos dignos profesionales.

La mayor rapidez y volumen de toneladas manipuladas aument¨® los salarios por el sistema de destajo con que trabajamos. Ahora somos dignos asalariados. Ser digno profesional y asalariado no es poco en estos tiempos que corren. Precisamente, el gozar de un trabajo fijo y dignamente remunerado est¨¢ convirtiendo nuestra labor en objeto de lujo y codicia para los millones de parados y pata los ministros y capas bienpensantes... en hurto, en delito social. Se trata de volver a repartir la miseria para no tener que hablar de la opulencia.

Racionalidad socialista

Pero esta nueva situaci¨®n trae consigo sus consecuencias negativas para los trabajadores. Se hace posible una reducci¨®n de la mano de obra, una reducci¨®n de costos. Aqu¨ª se enmarca la actual pretensi¨®n del PSOE. Dar la ¨²ltima vuelta de tornillo a la racionalizaci¨®n capitalista en los puertos espa?oles, arrasando con los derechos de los trabajadores, que fueron ganados con esfuerzo durante muchos a?os.

La racionalidad del Gobierno socialista se basa como siempre en: reducci¨®n de plantillas (3.000 obreros a nivel estatal), reducci¨®n de grupos de trabajo (manos), reducci¨®n de salarios, etc¨¦tera. Pero ni siquiera es esto lo m¨¢s grave. Todos estos aspectos pertenecen al campo de la negociaci¨®n y como trabajadores realistas estamos abiertos a ella.

El proyecto del Gobierno pretende una reestructuraci¨®n a fondo, donde los puertos, que ya han sufrido la costos¨ªsima adecuaci¨®n infraestructural, pasen al usufructo privado de las multinacionales del transporte, que han de ser a fin de cuentas las beneficiarias de toda actividad econ¨®mica.

Para llevar a cabo este proyecto les han de entregar a los estibadores portuarios reconvertidos: 1. separados por puertos y por empresas (ha de desaparecer, por tanto, su actual empresa com¨²n, la OTP), 2. con flexibilidad en las plantillas porque el tr¨¢fico mar¨ªtimo es discontinuo y caprichoso (cuatro categor¨ªas o ej¨¦rcitos de portuarios con los que poder jugar a contratar y despedir), 3. todos los convenios existentes en la actualidad y que regulan las condiciones de trabajo han de ser derogados (para una vez divididos y diezmados los colectivos poder negociar otros en situaci¨®n de prepotencia empresarial.

A¨²n hay en el Gobierno del PSOE un inter¨¦s m¨¢s apremiante y obstinado: la destrucci¨®n de la Coordinadora Estatal de Estibadores Portuarios. Esta es la organizaci¨®n que desde 1975 est¨¢ posibilitando la unidad de acci¨®n en el panorama sindical portuario del Estado espa?ol. El 90% de afiliaci¨®n en el sector, unos 9.000 trabajadores, 38 puertos insulares y peninsulares.

Din¨¢mica asamblearia

El car¨¢cter asambleario y de clase de la Coordinadora de Estibadores posibilita una claridad de decisi¨®n envidiable por las centrales mayoritarias. No puede digerir el partido en el poder que un sector tan vital como los puertos, no est¨¦ en las manos blandas y concesivas de la Uni¨®n General de Trabajadores (UGT).

Esta es la carta pol¨ªtica y fundamental a que juegan los "socialistas" en el conflicto portuario actual. ?Y juegan fuerte!, quieren ganar; su h¨¢bito de arrasar les ha vuelto arrogantes. ?Nada negocian!, ?Lentejas!, fue su respuesta.

Y aqu¨ª estamos en una guerra de imprevisibles y no deseadas consecuencias. Con los nervios a flor de piel por el desgaste de cuatro a?os de espera en el "cambio socialista". Quiz¨¢ cometiendo alg¨²n abuso con alg¨²n sector de la poblaci¨®n en alg¨²n momento provocado por el poco espacio de juego que nos queda y por el atabalamiento l¨®gico de la tensi¨®n mantenida.

Tenemos una ¨²nica y leg¨ªtima aspiraci¨®n de seguir gan¨¢ndonos la vida en los puertos con nuestro trabajo, como siempre; l¨®gicamente a cambio del mejor salario posible, porqu¨¦ la parte del salario a la que nosotros renunciemos no se la dar¨¢n a ning¨²n otro.

Queremos pertenecer, como es l¨®gico en democracia, a la organizaci¨®n sindical que nos apetezca. Defendiendo una empresa, nos da igual el nombre, que nos d¨¦ seguridad y estabilidad en el empleo, algo escaso y por esto apetecible en estos momentos. De aqu¨ª que pretendamos que sea rotativo, algo tradicional en los puertos.