A la conquista de las Espa?as
Cuentan sus compa?eros de partido que Miquel Roca disfruta preparando y realizando una campa?a electoral. Tanto que en ellas multiplica su alta capacidad de trabajo. El l¨ªder reformista lo admite: "Cuando ves que lo que t¨² has parido se traduce en una acci¨®n, y que va bien y se cumple lo que proyectaste, entonces, es cierto, se produce una gozada extraordinaria".
En los ¨²ltimos a?os, Roca debe de haber gozado muchas veces. Ha sido el cerebro y el motor de las campa?as electorales de Converg¨¨ncia i Uni¨®, la coalici¨®n nacionalista catalana que encabeza junto a Jordi Pujol. Desde la misma noche en que se anunci¨® la victoria del PSOE por mayor¨ªa absoluta, el 22 de octubre de 1982, Roca se propuso romper el bipartidismo en Espa?a capitaneando, el "frente espa?ol de Converg¨¨ncia". Admite que es un objetivo dif¨ªcil, pero se manillesta convencido de que le saldr¨¢, bien. "Tendremos un resultado digno. No s¨¦ si el 23 de junio estaremos exultantes o felices, pero estoy seguro de que estaremos contentos".
"?Anda, pero si sonr¨ªe!", le espet¨® hace unos pocos d¨ªas un taxista sevillano. Roca pasa por ser un pol¨ªtico fr¨ªo y maquiav¨¦lico. Esto es, quiz¨¢, su tal¨®n de Aquiles. Pero se le reconoce tambi¨¦n su inteligencia, el tes¨®n y la brillantez parlarnentaria. Naci¨® en 1940 en lo que hoy es un barrio de Burdeos (Francia), hijo de un pol¨ªtico democristiano exiliado porque, como nacionalista, defendi¨® a la Rep¨²blica frente a la sublevaci¨®n militar. Explica con orgullo que cuando Roca i Caball, su padre, volvi¨®, las autoridades franquistas le tuvieron que dejar en paz porque la pena que le pod¨ªan imponer era la confiscaci¨®n de bienes y no hab¨ªa nada que confiscar.
Lamenta no haber logrado integrar a Adolfo Su¨¢rez en la operaci¨®n reformista. "Es mi ¨²nico pesar. Y lo lamento por ¨¦l, porque tiene un activo y un valor pol¨ªtico importante que va a desperdiciarse". Piensa que los otros centristas que no han ido al PRD "no representan nada". Sostiene que en el reformismo ha entrado lo mejor de la extinta UCD, los t¨¦cnicos y cuadros medios que se mantuvieron fieles a los ideales de centro y no participaron en conspiraciones.
En 1979 batall¨® por ser el candidato nacionalista a la alcald¨ªa de Barcelona. Conflictos internos lo impidieron. Admite que durante muchos a?os dese¨® ser alcalde de la capital catalana, lo a?or¨®: "Ahora, no, porque soy acomodaticio y he aceptado que mi terreno es la pol¨ªtica espa?ola".
Roca, que niega que su condici¨®n de catal¨¢n provoque rechazo en el electorado del resto de Espa?a, se resiste a decir qu¨¦ ministerio le gustar¨ªa ocupar en un hipot¨¦tico Gobierno de coalici¨®n en el que participara el PRD. "Lo m¨¢s sensato es que yo no fuera ministro".
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