Walter Casagrande
El goleador brasile?o fue juzgado hace tres a?os, por posesi¨®n de coca¨ªna
La afici¨®n de Brasil observa con recelo y hasta con un toque de pesimismo las posibilidades del tricampe¨®n mundial en M¨¦xico 86. Pero esta festiva hinchada, que recuerda a¨²n aquella ¨²ltima delantera que gan¨® la Copa del Mundo en 1970, precisamente en tierras mexicanas -Jairzinho, Gerson, Tostao, Pel¨¦ y Rivelino- y que se resiste a aceptar la ca¨ªda de sus ¨²ltimos dioses -S¨®crates, Cerezo, Falgao o el mismo Zico-, mira al presente con la esperanza puesta en las nuevas generaciones. Y la esperanza se llama Walter Casagrande, detenido en 1983 por posesi¨®n de coca¨ªna, pero el goleador forma junto a Careca el ataque de Tel¨¦ Santana lo que ya se denomina la doble C.
, "Ni yo ni Platini ni Maradona seremos protagonistas en el Mundial. Habr¨¢ sorpresas y Brasil tiene jugadores desconocidos, pero que ocupar¨¢n las primeras p¨¢ginas de los peri¨®dicos del mundo", afirma Zico, el ¨²ltimo gran ¨ªdolo del f¨²tbol brasile?o. Careca y Casagrande pueden ser dos de los elegidos. El primero, hijo de un alba?il, es el habilidoso, el jugador de toque capaz de desequilibrar a la defensa contraria con su regate. "Cada vez me entiendo mejor con Casagrande", asegura Careca. Casagrande se entiende cada vez mejor con el gol.Pelo ensortijado, 1,89 metros de estatura, apariencia desali?ada, pero contextura fuerte... Walter Casagrande sorprende en el campo por una elasticidad poco habitual en los arietes cl¨¢sicos. No tiene nada que ver, por ejemplo, con aquellos pesados y torpes movimientos del delantero centro brasile?o que jug¨® el Mundial de Espa?a, Serginho. Casagrande domina, sobre todo, el juego con su pierna derecha, con la que remata duro, muy fuerte y colocado. Y, adem¨¢s, es peligroso en el ¨¢rea por su juego a¨¦reo.
Casagrande fue descubierto por los ojeadores del Corinthians de Sao Paulo y comenz¨® jugando como interior adelantado. A los 22 a?os se proclam¨® m¨¢ximo goleador del campeonato brasile?o y fue llamado ya a la selecci¨®n un a?o despu¨¦s. Su ascensi¨®n ha sido irresistible y los aficionados brasile?os comenzaron a elevarle a la categor¨ªa de titular y a confiar en sus dotes realizadoras cuando consigui¨® marcar un gol a Bolivia y otro a Paraguay que resultaron claves para la clasificaci¨®n brasile?a.
De car¨¢cter rebelde, Casagrande ha tenido peque?os piques dial¨¦cticos con Tel¨¦ Santana. El seleccionador le obliga a jugar muy arriba, pegado a la defensa contraria, y a ¨¦l le gusta arrancar en ocasiones desde atr¨¢s, iniciar la jugada, sobre todo cuando no recibe ni el apoyo preciso t¨² los balones que necesita para poder hacer uso de sus mortales remates.
El nombre de Walter Casagrande salt¨® a la primera p¨¢gina de los peri¨®dicos brasile?os por un oscuro episodio que sucedi¨® en 1983, cuando fue detenido por la polic¨ªa por posesi¨®n de unos gramos de coca¨ªna. Casagrande se defendi¨® alegando que le hab¨ªan tendido una trampa. El juez le crey¨®. De car¨¢cter rebelde, Casagrande tambi¨¦n llam¨® la atenci¨®n en diciembre, cuando festej¨® su boda. El matrimonio lo celebr¨® de forma muy singular, dentro de una tienda de campa?a adyacente a un peque?o campo de f¨²tbol, y cit¨® como testigo a su amigo S¨®crates, que se present¨® a la boda con mucho retraso. El doctor S¨®crates, con americana y corbata, llevaba en su mano una raqueta de tenis.
La personalidad de Casagrande se completa con unas declaraciones contrarias al propio deporte que practica: "El f¨²tbol no me gusta mucho como deporte. Voy al estadio s¨®lo si tengo que jugar, pero nunca he visto un partido desde la tribuna". Estos detalles y su ideolog¨ªa izquierdista, muy similar a la de su amigo S¨®crates, le definieron durante alg¨²n tiempo fuera de los estadios. A sus 23 a?os, Casagrande apenas ha conocido las ventajas econ¨®micas que brinda su deporte a los grandes goleadores. Se dice que el contrato de su vida a¨²n est¨¢ por firmarlo; de momento, en el Corinthians no gana m¨¢s de cinco millones al a?o.
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