Thomas Bernhard estrena en Berl¨ªn 'El h¨¢cedor de teatro'
El autor austriaco Thomas Bernhard abri¨® los Encuentros Teatrales de Berl¨ªn con su pen¨²ltima obra, Der theatermacher (El hacedor de teatro), con puesta en escena de Claus Paymann y el Bochumer Ensemble. El montaje prosigue la reflexi¨®n del autor sobre el teatro como instituci¨®n, como forma de vida, y en papel del actor en el hecho esc¨¦nico.
Thomas Bernhard, que en Espa?a es conocido como novelista, a pesar de que ¨¦l rechaza rotundamente ese apelativo -"Jam¨¢s he escrito una novela, sino simplemente textos en prosa m¨¢s o menos largos, que me guardar¨¦ muy mucho de definir como novelas; no s¨¦ lo que significa esa palabra"-, es uno de los autores dram¨¢ticos m¨¢s prol¨ªficos y desde principios de los a?os setenta mejor aceptados en el panorama teatral de lengua alemana.
Una extensa obra
Tras dos intentos m¨¢s o menos fallidos, en 1970 estrena su primera gran obra, Ein fest f¨¹r Boris (Una fiesta para Boris), una comedia tr¨¢gica en la que Bernhard percute su amor-odio contra la naturaleza y la enfermedad, dos de sus m¨¢s marcadas constantes. Con Der ignorant und der walhnsinnige (El ignorante y el demente, 1972), comienzan sus Salzbuirger st¨¹cke, obras de Salzburgo, donde la m¨²sica, factor primordial del estilo literario de Bernhard, adquiere el papel de protagonista, tanto en la estructura de las piezas como en su tem¨¢tica, a la vez que muestra desde el interior el mundo del espect¨¢culo. El m¨¦dico particular y el ebrio padre de una cantante de ¨®pera filosofan sobre el mundo y el arte entre bambalinas, mientras escuchan a trav¨¦s de altavoces la 222? representaci¨®n de La flauta m¨¢gica, en la que ella canta La reina de la noche.Die macht der gewohnheit (El poder de la costumbre, 1974) transcurre en el interior de una tartana donde una familia circense -payaso, domador, bailarina, etc¨¦tera- se dispone a ensayar el Quinteto de la trucha. Tras Die jagtsgesellschaft (La sociedad de caza, 1974), Der pr?sident (El presidente, 1975), Die ber¨¹hmten (Los famosos 1976), comienza su colaboraci¨®n-homenaje con Bernard Minetti y escribe Minetti, portrait des k¨¹nstlers als alter mann (Minetti, retrato del artista como hombre viejo, 1976). El propio Minetti estrena la obra en Bochum: un actor retirado hace 30 a?os comenta su propia vida art¨ªstica con el portero de un hotel mientras espera la llegada de un hipot¨¦tico director que le contrate para volver a representar su papel de rey Lear. Es la noche de fin de a?o.
Entre m¨¢scaras y borracheras, una tormenta de nieve sepultar¨¢ al actor sentado en un banco frente a la costa de Ostende.
Se trata del primer an¨¢lisis cr¨ªtico del teatro como instituci¨®n, como arte y como forma de vida, un primer intento de penetraci¨®n en el alma del actor, en el mundo de sus sue?os y frustraciones, tema que reaparece en Der schein tr¨²gt (Las apariencias anga?an, 1982), Der theatermacher (1983) y Einfach kompliziert (Simplemente complicado, 1986), estrenada hace escasos meses tambi¨¦n por Minetti en el Schiffer Theater de Berl¨ªn.
Sin Minetti
Der theatermacher (El hacedor de teatro), la ¨²nica obra de este tema que Minetti no ha representado, es un extenso casi mon¨®logo con breves incursiones de los dem¨¢s personajes, de aire pirandelliano. La familia del actor venido a menos, Bruscon, se dispone a representar en un ¨ªnfimo pueblo de los montes austriacos la comedia que el propio Bruscon ha escrito a lo largo de su vida: La rueda de la historia.El desp¨®tico pater familias reniega del arte en Austria, la incomprensi¨®n frente al verdadero arte, y delira entre Shakespeare y Schopenhauer, combinando escenas entre Metternich y Napole¨®n, Hitler y Stalin, Madame Curie y lady Churchill en la posada del Ciervo Negro, antiguo sal¨®n de baile mugriento donde a¨²n cuelgan cuadros de Hitler en las paredes cuajadas de trofeos de caza y que ¨¦l pretende transformar en ambiente madrile?o, "inauguraci¨®n del Prado con variaciones del parque del Retiro como fondo".
Cuando la funci¨®n est¨¢ a punto de comenzar -llena la sala a pesar de la tormenta-, un rayo raja el techo del local y prende fuego en el corral del p¨¢rroco. La representaci¨®n prevista no tiene lugar.
Pero si la obra escenificada por Claus Paymann, que en principio ten¨ªa que ser representada por Bernard Minetti, alcanz¨® un notable ¨¦xito entre el riguroso p¨²blico berlin¨¦s, se debe en parte a su perfecta ejecuci¨®n, sobre todo de Traugott Bulire, que, aunque no tan mitificado como el octogenario Minetti, es un extraordinario actor. Una inauguraci¨®n calificada de excelente por la cr¨ªtica del festival berlin¨¦s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.