Tropiezos auton¨®micos
Los SOCIALISTAS han logrado durante la legislatura completar el mapa auton¨®mico y reducir tensiones entre las comunidades aut¨®nomas y el poder central, si bien la existencia de diversos problemas, y en primer lugar el de la financiaci¨®n, impiden dar por ultimado el dise?o del Estado consagrado por la Constituci¨®n. El PSOE, que al comienzo de la legislatura vio desautorizada por el Tribunal Constitucional la pol¨ªtica plasmada en la LOAPA (ley org¨¢nica de Armonizaci¨®n del Proceso Auton¨®mico), busc¨® en la institucionalizaci¨®n de instrumentos de negociaci¨®n o en la conclusi¨®n de pactos pol¨ªticos, como el firmado en Euskadi con el Gobierno Vasco, v¨ªas alternativas que resolvieran los contenciosos auton¨®micos. De todas maneras, puede decirse que, diez a?os despu¨¦s de muerto el dictador y casi ocho de ser aprobada la Constituci¨®n, los dos principales problemas auton¨®micos, Catalu?a y Euskadi, siguen sin resolverse y se ven enmarcados en una din¨¢mica de permanente inestabilidad.Responsabilidad esencial en todo ello cabe atribuir al PSOE. La estrategia de acoso al Gobierno de UCD fue decisiva en la posici¨®n de los socialistas en relaci¨®n al refer¨¦ndum andaluz de 1980. El desconcierto de Su¨¢rez ante un proceso que hab¨ªa escapado a su control fue aprovechado por el PSOE para lanzar una carga de profundidad que supuso a la larga el principio del fin de UCD. Sin parar mientes en los efectos que desataba, el PSOE descubri¨® en el fondo de su alma una insospechada vocaci¨®n nacionalista -al menos, nacionalista andaluza-, que si, por una parte, result¨® altamente eficaz para consagrarle como alternativa de poder, determin¨® por otra la paralizaci¨®n del proceso auton¨®mico por largo tiempo.
Los pactos auton¨®micos suscritos en julio de 198 1, en la resaca del 23-F, por centristas y socialistas vinieron a poner.fin a esa paralizaci¨®n. El PSOE tom¨® conciencia del caos que podr¨ªa derivarse de la din¨¢mica abierta -con su concurso- por el refer¨¦ndum andaluz y acept¨® entrar en la v¨ªa de la racionalizaci¨®n del proceso auton¨®mico. UCEI y PSOE, partidos mayoritarios en los Gobiemos preauton¨®micos que todav¨ªa no contaban con un estatuto propio, se pusieron de acuerdo para canalizar esos estatutos por la v¨ªa lenta del art¨ªculo 143 de la Constituci¨®n. Por otra parte, ambos partidos aceptaron la soluci¨®n administrativista propuesta por una comisi¨®n de expertos -presidida por el profesor Garc¨ªa de Enterria- como f¨®rmula para poner orden en la mara?a legislativa que podr¨ªa resultar de la existencia de 17 parlamentos auton¨®micos.
El resultado de esa orientaci¨®n fue la citada LOAPA, que consagraba la prevalencia autom¨¢tica de la legislaci¨®n central sobre la auton¨®mica, incluso para aquellas comunidades que ya contaban con estatuto propio. Al asumir hasta el final dicha l¨®gica, el PSOE carg¨® con una pesada hipoteca de futuro en Euskadi y Catalu?a, donde el sentimiento nacionalista es social y pol¨ªticamente mayoritario. La declaraci¨®n de inconstitucionalidad de partes sustanciales de la LOAPA, en agosto de 1983, oblig¨® al Gobierno de Gonz¨¢lez a volver al planteamiento de la negociaci¨®n pol¨ªtica, con el Tribunal Constitucional como ¨¢rbitro en caso de conflicto, a la hora de delimitar las competencias. ?sa ha sido la v¨ªa seguida desde entonces. Muchos de los contenidos de la LOAPA fueron indirectamente recuperados luego en virtud de ¨¢tierdos negociados por las partes. Ello ha permitido que, en general, la conflictividad entre el Estado y los ¨®rganos territoriales haya disminuido en los ¨²ltimos tres a?os. El positivo resultado de la negociaci¨®n de las leyes de R¨¦gimen Local y de las de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y de la Funci¨®n P¨²blica con nacionalistas vascos y catalanes demuestra hasta qu¨¦ punto era absurda la pretensi¨®n anterior de otorgar al poder central la capacidad de definir unilateralmente el marco de actuaci¨®n de los poderes auton¨®micos.
En el haber del Gobierno socialista figura la casi culminaci¨®n del proceso de transferencia de servicios. Pero todav¨ªa en el Pa¨ªs Vasco y Catalu?a el 10%. de los mismos est¨¢ pendiente de acuerdo. En cuanto a la financiaci¨®n, el Gobierno lleg¨® a un pacto con la Generalitat de Catalu?a para resolver las transferencias presupuestarias realizadas en los tiempos de UCD, coincidiendo con los apoyos parlamentarios de Minor¨ªa Catalana al partido entonces en el poder. De todas formas, el sistema sigue siendo provisional, quedando pendiente para la pr¨®xima legislatura la fijaci¨®n definitiva. Lo mismo cabe decir del cupo vasco, que se negocia cada a?o tambi¨¦n con car¨¢cter provisional, revis¨¢ndose la liquidaci¨®n definitiva cada quinquenio. La fijaci¨®n de un sistema definitivo de financiaci¨®n para aquellas comunidades que no disfrutan de concierto econ¨®mico es, por lo dem¨¢s, la principal cuesti¨®n pendiente. Junto a ello, la estructuraci¨®n del Senado como c¨¢mara de las autonom¨ªas, seg¨²n la previsi¨®n constitucional, y la adaptaci¨®n del sistema a la nueva configuraci¨®n resultante de la integraci¨®n en la Europa comunitaria, son retos a que habr¨¢ de hacer frente el pr¨®ximo Gobierno.
Pero si desde el punto de vista administrativo son de valorar los logros se?alados, desde el pol¨ªtico dif¨ªcilmente puede decirse que la gesti¨®n socialista haya dado grandes pasos en los contenciosos auton¨®micos. Por un lado, el Estado de las autonom¨ªas no logra enraizarse en la conciencia ciudadana, salvo en aquellas regiones o nacionalidades hist¨®ricas que ya ten¨ªan conciencia de su propia identidad. Por otro, la persistencia del terrorismo en el Pa¨ªs Vasco y el victimismo del que se sigue abusando por parte del nacionalismo catal¨¢n enturbian el panorama, que se ve adem¨¢s cruzado de pol¨¦micas. La guerra de las banderas -que el Gobierno tuvo que afrontar reci¨¦n subido al poder- y los contenciosos ling¨²¨ªsticos son ejemplo de algunas de ellas. La utilizaci¨®n por parte del actual gobierno de la Generalitat y de Converg¨¦ncia del caso de Banca Catalana como un pretendido agravio a Catalu?a entera, y la timidez final de los socialistas en torno a esta cuesti¨®n, sirven tambi¨¦n para ilustrar las dificultades a?adidas que ha sufrido la construcci¨®n del Estado auton¨®mico.
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