La elecci¨®n de Waldheim, detonante de una grave crisis entre los socialistas austriacos
La elecci¨®n de Kurt Waldheim como jefe del Estado ha sido el detonante de una grave crisis en el partido socialista austriaco (SPOE) que se ha gestado, en los ¨²ltimos a?os. Los socialistas tienen ahora ante s¨ª la dura labor de recuperar la confianza de gran parte de su electorado, reorganizar una militancia que la direcci¨®n no ha logrado movilizar en favor de su candidato y elaborar un programa pol¨ªtico claro y convincente tras a?os de componendas que han creado la impresi¨®n de que su ¨²nico objetivo consiste en mantenerse en el poder.
El SPOE deber¨¢ hacer su esfuerzo de recuperaci¨®n bajo un presidente, Waldheim, con el que se ha enfrentado violentamente y que, pese a todas las afirmaciones en sentido contrario, estar¨¢ condicionado por la convicci¨®n de que los responsables de que se desataran los violentos ataques contra ¨¦l en los ¨²ltimos meses est¨¢n en la direcci¨®n socialista.Para el reci¨¦n dimitido canciller, Fred Sinowatz -quien ha ironizado sobre la falta de memoria de Waldheim asegurando que entend¨ªa que "¨¦l no ha estado en las SA, tan s¨®lo su caballo"-, el di¨¢logo con el nuevo jefe del Estado habr¨ªa sido casi imposible. Su sucesor, Franz Vranitzky, se ha mantenido al margen de la batalla de lodo que ha sido la campa?a electoral y es un tecn¨®crata bien visto en la oposici¨®n del Partido Popular (OEVP). Su nombramiento es para muchos el primer paso hacia la gran coalici¨®n de socialistas y populares que podr¨ªa darse tras las pr¨®ximas elecciones.
En la primavera de 1983, el SPOE perdi¨® una mayor¨ªa absoluta que hab¨ªa mantenido durante 12 a?os gracias en gran parte a la personalidad de su l¨ªder y canciller, Bruno Kreisky. ?ste se neg¨® entonces a dirigir un Gobierno de coalici¨®n y se retir¨® de la pol¨ªtica activa.
Lealtad al partido
Su sucesor, Fred Sinowatz, acept¨® la canciller¨ªa por lealtad al partido, como subray¨®. El lunes renunciaba a este cargo movido por id¨¦ntico motivo. Tras a?os de falta de resoluci¨®n, el catastr¨®fico resultado cosechado por su candidato a la presidencia de la Rep¨²blica, Kurt Steyrer, ha sembrado la alarma en el seno del SPOE. La direcci¨®n ha reconocido que los cambios se han hecho inaplazables si el partido quiere acudir a las pr¨®ximas elecciones generales, en la primavera de 1987, con posibilidades no ya de recuperar la mayor¨ªa absoluta, sino de conseguir un resultado que le permita seguir siendo mayoritario en la pr¨®xima coalici¨®n.Ha sido necesaria la arrolladora victoria del controvertido jefe de Estado para que los llamamientos a abrir un profundo proceso de renovaci¨®n, hechos en los ¨²ltimos a?os por intelectuales, la juventud socialista y los sindicatos, sean o¨ªdos ahora por los cuadros dirigentes. Pese a su ¨ªntegra imagen, Sinowatz ha demostrado no tener la fuerza en el partido, el carisma ante la opini¨®n p¨²blica y, posiblemente, las ideas necesarias para hacer frente al creciente anquilosamiento y la querella interna.
Ayer se anunci¨® que tambi¨¦n han dimitido los ministros de Asuntos Exteriores, Leopold Gratz, y de Agricultura, Guenter Haiden. Gratz se dedicar¨¢ plenamente a su labor como jefe del partido en Viena. Los resultados del domingo en Viena demuestran claramente que una considerable parte del electorado socialista ha dado la espalda al partido. Gratz atac¨® adem¨¢s con gran dureza a Waldheim en la campa?a y sus posibilidades de mantener una relaci¨®n con ¨¦l como jefe del Estado, acompa?¨¢ndole en los hipot¨¦ticos viajes al exterior que Waldheim pueda hacer en un futuro, pr¨¢cticamente no exist¨ªan.
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