Espa?a recobr¨® el pulso de Europa el 1 de enero de 1986
La Administraci¨®n participa en la pol¨ªtica de la Comunidad Europea y mantiene varios contenciosos sobre la interpretaci¨®n del Tratado
El ingreso en la Comunidad Europea (CE) el pasado 1 de enero representa para Espa?a el fin de un aislamiento pol¨ªtico de siglos. Con la firma de Tratado de Adhesi¨®n el 12 de junio de 1985, en Lisboa y Madrid, la Europa comunitaria traslad¨® sus fronteras de los Pirineos al Estrecho de Gibraltar. Atr¨¢s quedaron 23 a?os de contactos y ocho de complejas negociaciones, en las que el aceler¨®n final correspondi¨® al Gobierno socialista, que tuvo que recurrir al compromiso pol¨ªtico para superar las dificultades econ¨®micas del ingreso. En estos poco m¨¢s de cinco meses de pertenencia a la CE, Espa?a ha comenzado a participar en la pol¨ªtica comunitaria, en la que la reforma de la agricultura y del mercado interior, la guerra comercial con Estados Unidos, los conflictos pesqueros y la revisi¨®n de los acuerdos con los pa¨ªses mediterr¨¢neos absorben los principales esfuerzos. Tambi¨¦n han surgido problemas derivados de la interpretaci¨®n del tratado en temas vitales para Espa?a.
El Gobierno del PSOE, nacido de las elecciones del 28 de octubre de 1982, remat¨® con ¨¦xito una labor iniciada por UCD. El 28 de julio de 1977, el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, hab¨ªa presentado a la Comunidad Europea la petici¨®n oficial para el ingreso. Las negociaciones tardaron a?o y medio en iniciarse.Cuando los socialistas consiguieron el poder, s¨®lo se hab¨ªan cerrado seis de los 16 cap¨ªtulos en los que se recogen las condiciones para entrar en el Mercado Com¨²n Faltaban los importantes, sobre todo la agricultura, la pesca y los temas sociales, que concentraron la mayor parte de los problemas. Las cumbres europeas de Stuttgart y Atenas no consiguieron deslindar el ingreso de las dificultades financieras de la CE, acuciada por un d¨¦ficit presupuestario todav¨ªa sin soluci¨®n f¨¢cil.
Los negociadores espa?oles, dirigidos por el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Mor¨¢n, y el secretario de Estado para las relaciones con la CE, Manuel Mar¨ªn tuvieron que pelear con la inflexibilidad francesa para aceptar las propuestas en materia de agricultura.
En reuni¨®n hispano-francesa celebrada en la localidad de Rambouillet el 12 de febrero de 1984 Francia hizo p¨²blica su voluntad de concluir la negociaci¨®n en una fecha que luego result¨® imposible: 30 de septiembre de 1984. La idea de una Europa unida, con mayor integraci¨®n entre sus miembros no pod¨ªa prosperar si se cerraba las puertas a un pa¨ªs europeo que hab¨ªa mantenido su aspiraci¨®n durante, lustros. Ni siquiera las razones de la crisis parec¨ªan argumento suficiente. Espa?a dej¨® en el envite una de sus principales aspiraciones, y la integraci¨®n del sector de frutas y hortalizas, el de mejores perspectivas de expansi¨®n en el mercado comunitario, tuvo que aceptar la condici¨®n francesa de aceptar el sistema de fases. Cuatro a?os de seguir como estaba y seis m¨¢s de integraci¨®n progresiva hasta poder competir libremente en los mercados de Europa.
La negociaci¨®n fue t¨¦cnica, pero la decisi¨®n pol¨ªtica, contrapartida de la permanencia en la OTAN incluida. El 25 de febrero de 1985, sobrepasados todos los plazos optimistas, se entr¨® en un per¨ªodo de negociaci¨®n permanente que tuvo un fracaso inesperado el 21 de marzo, cuando ya estaba preparado el champa?a. La causa: los recortes de ¨²ltima hora exigidos por Francia sobre ese paquete final decisivo de asuntos sociales, agricultura y pesca. Pero todo qued¨® solucionado, gracias a la insistencia de Italia y el apoyo de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) y otros pa¨ªses, una semana despu¨¦s.
Los datos del comercio
Los papeles fabricados en despachos oficiales reflejan el optimismo. Todas las amenazas de invasi¨®n econ¨®mica europea han quedado reducidas a la m¨ªnima expresi¨®n, dicen los responsables del Gobierno. En 1983 la radiograf¨ªa de la econom¨ªa espa?ola ofrec¨ªa un futuro pesimista. El fin del proteccionismo comercial ofrec¨ªa una factura elevada a pagar en los tres primeros a?os tras el ingreso. Las previsiones eran que el producto interior bruto espa?ol sufrir¨ªa un da?o de 3,5 puntos, resultado de las mayores importaciones procedentes de Europa, lo que se traducir¨ªa inmediatamente en un descenso de la producci¨®n y un consiguiente aumento del paro. Luego Espa?a comenzar¨ªa a remontar.Los estudios avalados por la propia CE daban un incremento anual de las importaciones espa?olas de 1.500 millones de d¨®lares. Los datos del primer cuatrimestre son bien distintos. La ca¨ªda tanto de las exportaciones como de las importaciones entre Europa y Espa?a que se produjo en enero y febrero sembr¨® la preocupaci¨®n en el Gobierno. En marzo comenz¨® a remontarse y en abril el flujo comercial fue m¨¢s que satisfactorio. Ese ¨²ltimo mes el super¨¢vit espa?ol con la CE fue de 23.63 millones de pesetas, casi 15.000 millones m¨¢s que un a?o antes.
La explicaci¨®n a posteriori es que se produjo un adelanto de compras y ventas en esos dos primeros meses del a?o para prevenirse de las dificultades. El actual secretario de Estado para la CE, Pedro Solbes, afirma que en aquella fotograf¨ªa est¨¢tica de 1983 no se hab¨ªa podido reflejar la capacidad de reacci¨®n de la econom¨ªa espa?ola y el efecto, quiz¨¢ m¨¢s importante, de una reconversi¨®n que ha situado a la industria nacional en mejores condiciones financieras y de productividad para hacer frente al reto europeo.
El comportamiento de la inflaci¨®n supera adem¨¢s las previsiones oficiales, porque el efecto del IVA sobre los precios parece saldado en enero. Al margen han venido los beneficios a?adidos de la ca¨ªda del d¨®lar, que abarata gran parte de nuestras importaciones, y la reducci¨®n del precio del petr¨®leo a la mitad, cuyas compras representan un tercio del total de lo comprado al exterior. El afloramiento de dinero negro representa un tir¨®n para inversi¨®n y consumo.
La hora de los problemas
La reactivaci¨®n ha trocado pesimismo en esperanza, pero en estos cinco meses que van desde el ingreso no han faltado los problemas. El desacuerdo en la mesa de negociaci¨®n ha obligado a Espa?a a recurrir al Tribunal de Justicia de la CE sobre la interpretaci¨®n del tratado. El recurso m¨¢s importante va dirigido contra el mecanismo complementario de intercambios porque, en opini¨®n del Gobierno, el certificado y otras cauciones que exige la Comunidad, "act¨²an como un obst¨¢culo a la exportaci¨®n espa?ola". Tambi¨¦n se han recurrido los montantes reguladores del vino, perjudiciales para los vinos espa?oles con denominaci¨®n de origen, que han quedado sometidos a los topes marcados para el vino com¨²n. La Administraci¨®n estudia plantear litigiocontra la cuota de la leche, porque supone reducir la capacidad de producci¨®n espa?ola.Los problemas no se agotan en lo jur¨ªdico, pues el Gobierno ya exigi¨® en marzo la cl¨¢usula de salvaguardia para defender a la siderurgia nacional de los aceros europeos, que compiten en nuestro suelo con una mejor relaci¨®n en calidad y precio. Tambi¨¦n la pesca sufre estos d¨ªas la negativa francesa a que se faene en una parte de sus aguas. Otros sectores comienzan a exponer sus quejas. Y todav¨ªa falta por saber si Espa?a recibir¨¢ este a?o en ayudas comunitarias y financiaci¨®n de precios agrarios, de acuerdo a lo pactado, esos 200.000 milones aportados a la CE.
El cambio, esa mejora en el nivel de vida y calidad de los productos, ha empezado por las inversiones. La llegada de capital europeo est¨¢ siendo masiva, sobre todo en el sector de transformaci¨®n alimentaria.
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