Las antenas de televisi¨®n, 'objetivo militar' en L¨ªbano
El miliciano carga en cuclillas su lanzacohetes RPG 7, se levanta y deja asomar la cabeza y los hombros tras la barricada, apunta con un cuidado ins¨®lito en ¨¦l, dispara y vuelve a agacharse. Uno de sus compa?eros mira a trav¨¦s de unos prism¨¢ticos de visi¨®n nocturna y le dice si ha acertado o no, una preocupaci¨®n tambi¨¦n inaudita, y es que el objetivo merece toda la atenci¨®n del mundo. Se trata ni m¨¢s ni menos que de destruir la antena de televisi¨®n de los que est¨¢n enfrente. Los libaneses de todas las confesiones y tendencias pol¨ªticas han encontrado una pasi¨®n casi superior a la que sienten por la p¨®lvora: ver todos y cada uno de los partidos del Mundial de f¨²tbol y, sobre todo, impedir que los vean sus rivales.Los combatientes libaneses no quieren perderse ni un encuentro y, en particular, los de sus equipos favoritos. Por parte del bando musulm¨¢n, ya s¨®lo queda uno en competici¨®n, Marruecos, una vez eliminados Irak y Argelia. La selecci¨®n marroqu¨ª se: ha convertido en "`campeona de la causa ¨¢rabe y musulmana". Por parte cristiana, la selecci¨®n francesa es la favorita. Se cuenta en Beirut que, con ocasi¨®n del encuentro que enfrent¨® a los franceses contra los h¨²ngaros, uno de los milicianos falangistas que lo contemplaba en su observatorio de Tayum, en plena l¨ªnea verde, sac¨® muy serio su pistola y amenaz¨® de muerte al televisor si Hungr¨ªa marcaba un gol.
Los combatientes han encontrado una manera sencilla de ver por televisi¨®n el Mundial desde las trincheras: se tienden unos cables desde la toma de corriente m¨¢s cercana, se instala un aparato con antena port¨¢til tras los sacos de arena y... ya est¨¢. Ya pueden verse los partidos entre tiroteo y tiroteo.
En cualquier caso, no hay problema si se pierden las mejores jugadas al calor del combate. Conociendo la afici¨®n libanesa a luchar de noche, precisamente cuando se juegan los partidos en M¨¦xico, todas las emisoras de televisi¨®n del pa¨ªs vuelven a ofrecer los encuentros en diferido al d¨ªa siguiente a la hora del almuerzo.
Eso, si el bando contrario no ha destrozado con ametralladoras pesadas, morteros y lanzacohetes las antenas que asoman entre las ruinas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.