Omar Borr¨¢s
El seleccionador uruguayo sufre las iras de sus compatriotas
Omar Borr¨¢s se hace llamar el profesor, aunque el t¨ªtulo acad¨¦mico no se sabe ni qui¨¦n ni d¨®nde se lo otorgaron. Para muchos uruguayos, Borr¨¢s es el prototipo del chanta. Con esa palabra de origen dialectal genov¨¦s se denomina en el R¨ªo de la Plata a los, farsantes y simuladores que, engolando la voz y atribuy¨¦ndose conocimientos y t¨ªtulos que no poseen, intentan y a veces logran impresionar o enga?ar a incautos y cr¨¦dulos. El juego duro de su equipo y la sanci¨®n de la FIFA que le ha. castigado con un partido de suspensi¨®n por llamar "asesino" al ¨¢rbitro, han situado en primer plano a Borr¨¢s.
Borr¨¢s parece m¨¢s un t¨ªpico politiquero criollo que un director t¨¦cnico de f¨²tbol. Confusamente verborr¨¢gico, charlat¨¢n, demag¨®gico -y vivo, es capaz de decir dislates como su famoso s¨¦ que no conformo ni a sirios (sic) ni a troyanos". Desde 1982, seg¨²n recoge un extenso curr¨ªculo que distribuye generosamente a cuanto periodista se encuentre -a su alcance, Omar Bienvenido Borr¨¢s Granda,de 54 a?os, nacido en Montevideo, casado, es el seleccionador de Uruguay.El profesor Borr¨¢s acumul¨¦ los t¨ªtulos de salvavidas, entrenador de voleibol, atletismo, nataci¨®n y f¨²tbol. Luego, con el dinero de su pintoresco padre (que construy¨® un palacete y junto a ¨¦l una plaza de deportes cercada por altos muros en los que con grandes letras pint¨® la leyenda "Parque Omar y Aldo Borr¨¢s", los nombres de sus dos hijos), empez¨® a viajar por Europa y Am¨¦rica Latina para participar en cuanto seminario, conferencia, encuentro o cursillo de deportes o algo que se le pareciera se realizara, con el fin de acumular diplomas.
Al darse cuenta de que la popularidad y/o el dinero s¨®lo se obtienen en el f¨²tbol, se vincul¨® primero como preparador f¨ªsico; luego, como ayudante de entrenador, y finalmente como director t¨¦cnico a equipos de Primera Divisi¨®n.
En 1966 apareci¨® como colaborador de Ondino Viera, director, t¨¦cnico de la selecci¨®n uruguaya en el Mundial de Inglaterra, pero su hora de gloria coincidi¨® con la instauraci¨®n en 1973 en Uruguay, por vez primera en el siglo, de una dictadura militar, con la que colabor¨® activamente en la intervenida universidad y en la Asociaci¨®n Uruguaya de F¨²tbol (AUF).
Con un militar, el coronel, H¨¦ctor Junanico, al frente de la AUF, una organizaci¨®n en la que el r¨¦gimen vetaba de hecho el ingreso de dirigentes o entrenadores de izquierda o progresistas, Borr¨¢s logr¨® en 1982 su m¨¢xima aspiraci¨®n: de empleado administrativo a cargo de un departamento t¨¦cnico-deportivo, pas¨® a ser el seleccionador.
La asunci¨®n de ese cargo por Borr¨¢s coincidi¨® tambi¨¦n con el surgimiento de una serie de jugadores j¨®venes de calidad, como Enzo Francescoli, Jorge da Silva, Carlos Aguilera o Mario Saralegui.
Los m¨¢s cautos de sus cr¨ªticos se?alan que "no es un hombre de f¨²tbol", y la mayor¨ªa sostiene que "no sabe nada", pero todos est¨¢n de acuerdo en que durante cuatro a?os tuvo una fortuna incre¨ªble, y logr¨® clasificarse para M¨¦xico.
En 1985 termin¨® en Uruguay, despu¨¦s de 12 duros a?os, el r¨¦gimen militar, pero uno de sus frutos, Borr¨¢s, se qued¨®. Las numerosas cr¨ªticas a la incapacidad t¨¦cnica de Borr¨¢s, a sus reiterados errores t¨¢cticos y a su controvertida personalidad se estrellaron con el argumento "tiene tarro y no lo podemos sacar mientras la selecci¨®n gane".
La convocatoria de jugadores para el plantel mundialista estuvo llena de indecisiones y contramarchas. A veces, Borr¨¢s cedi¨® a la presi¨®n de cr¨ªticas y p¨²blico, y en otras oportunidades se neg¨® a escuchar el clamor popular. Por ejemplo, no quiso convocar a Hugo de Le¨®n, un zaguero central que brill¨® en el Mundialito de 1980 y luego en el f¨²tbol brasile?o, pero cuyo pecado es tener militancia de izquierda; ni tampoco llam¨® al principito Rub¨¦n Sosa, del Zaragoza.
Antes del Mundial, Fernando Morena, famoso futbolista uruguayo y conocido de la afici¨®n espa?ola, sentenci¨®: "Este equipo de Borr¨¢s no juega a nada, desaprovecha a los buenos jugadores con que cuenta, no tiene un esquema t¨¢ctico ni un estilo propio. Ir¨¢ al desastre, como ocurri¨® en 1974, por falta de direcci¨®n adecuada".
As¨ª lo entendieron tambi¨¦n la cr¨ªtica deportiva y- la afici¨®n en su mayor¨ªa. Borr¨¢s fue blanco de las burlas de un conocido programa c¨®mico de la televisi¨®n uruguaya y de las andanadas de una revista sat¨ªrica, Guambia, que en su ¨²ltimo n¨²mero previo al 1-6 ante Dinamarca anticip¨® lo que ocurrir¨ªa. Con el t¨ªtulo de Oremos por Uruguay, y parafraseando diversas oraciones, Guambia, ironiz¨® as¨ª: "Profe nuestro que est¨¢s en los M¨¦xicos , abucheado sea tu nombre, venga a nos el tu tarro, no h¨¢gase tu voluntad as¨ª en el medio como adelante", o "no creo en Borr¨¢s, padre todopoderoso, creador del curro y de la ch¨¢chara...".
Despu¨¦s vino el 6-1 del estadio Neza ante Dinamarca. Borr¨¢s ya tiene listas las maletas para ir a currar (en el lunfardo uruguayo, enga?ar) a un pa¨ªs ¨¢rabe.
"Pese a la amargura de la goleada, algo positivo sacamos", dicen: "El chanta se va".
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