Claes Oldenburg coloca en el Retiro una navaja de 12 metros que es tambi¨¦n un barco
Una navaja de 12,5 metros de largo es un barco que est¨¢ instalado desde ayer sobre el suelo del palacio de Cristal en el parque del Retiro. Se trata de una escultura del norteamericano Claes Oldenhurg, en colaboraci¨®n con Coosja van Bruggen y Frank Gehry, presentada por primera vez el a?o pasado en Venecia durante una actuaci¨®n, a la que la obra lleg¨® navegando por los canales. El cuchillo barco tiene remos a ambos lados, aunque en esta oportunidad no est¨¢ instalado en el agua. Esta enorme navaja suiza est¨¢ articulada, y el Ministerio de Cultura ha anunciado que se mover¨¢ a las doce de la ma?ana y a las cinco y a las siete de la tarde cada d¨ªa.
"S¨®lo me interesaba exponer esta embarcaci¨®n, que es tambi¨¦n una escultura, en un lugar interesante en s¨ª mismo. El palacio de Cristal tiene justamente las proporciones adecuadas. Yo nunca hab¨ªa estado antes en Madrid pero me hab¨ªan hablado de ¨¦l e hicimos los contactos necesarios para poder exponerla", dice Oldenburg. "La primera idea fue ponerla en el estanque del Retiro pero deb¨ªa permanecer muchos d¨ªas ah¨ª y adem¨¢s no se trata del todo de un barco porque la hoja de la navaja desplegada corta el viento y desv¨ªa la embarcaci¨®n con lo que exponerla ah¨ª hubiese sido un problema"."Originalmente se llam¨® Il cotello en italiano, porque fue hecho para Venecia. La performance fue hecha en colaboraci¨®n Con mi mujer, Coosje van Bruggen y el arquitecto Frank O. Gehry". En la performence Claes Oldenburg era Doctor Cotello, un vendedor de souvenirs cuya ambici¨®n secreta es ser pintor. Coosje van Bruggen es Georgia Sanda, una versi¨®n moderna de Georges Sand, individualista y aventurera. Frank Gehry es un arquitecto: Franky Toronto, el nuevo Piranese. Una dramatizaci¨®n del alter ego de cada uno. En Madrid no se repetir¨¢ esa experiencia.
"Esta especie de navaja suiza fue primero pensada para hacerse en Suiza, pero era una relaci¨®n demasiado evidente. Luego empezamos a pensar en la performance y decidimos llevar la navaja a Venecia, como lo har¨ªa un turista. De esta manera planeamos la escultura para Venecia, como s¨ªmbolo del turismo. Luego result¨® ser muy apropiada como s¨ªmbolo porque encajaba muy bien en los espacios arquitect¨®nicos y adem¨¢s, como embarcaci¨®n, se emparenta con las g¨®ndolas. Donamos las escultura a Venecia pero no ten¨ªan donde ponerla as¨ª es que ahora la presentamos aqu¨ª, luejo ir¨¢ a Par¨ªs, Nueva York y Los Angeles".
Se dijo alguna vez que Oldenburg hac¨ªa esculturas blandas para tiempos duros (los a?os 60) y esculturas duras para tiempos blandos (los 70). "Pienso que en los a?os 60 el estado mental era m¨¢s bien blando. La idea de querer disolverse y unirse a otra gente, las ideas de expansi¨®n de la mente, romper barreras, cambios de identidad, todo flu¨ªa. Eso parece encajar m¨¢s con las esculturas blandas. Ahora estamos en un tiempo distinto en el que cada cual quiere tener una gran definici¨®n de s¨ª mismo y lo que quieren. A m¨ª me gustaba cuando todo flotaba. Es dif¨ªcil ahora que la gente tome posiciones duras".
Claes Oldenburg no responde a la imagen mental de ese gran ir¨®nico, de ese escultor capaz de instalar una gigantesca pinza de ropa o una colilla monumental en medio de una plaza. "Supongo que s¨ª, que hay cierta iron¨ªa en mi trabajo, esa es adem¨¢s la forma en que yo miro al mundo. Soy serio pero me doy cuenta que el mundo es divertido y me ser¨ªa dif¨ªcil vivir sin ver ese lado de las cosas, sus contradicciones".
Objeto cotidiano
El objeto cotidiano es el protagonista de toda la obra de Oldenburg. "Yo uso el objeto porque encuentro que es una buena manera de hacer referencias en varias direcciones. A veces no es tan importante que tipo de objeto utilizo sino lo que hago con ¨¦l y c¨®mo lo uso. Yo escog¨ª el objeto porque no quer¨ªa ser un escultor abstracto, pens¨¦ que eso no era lo suficientemente claro para hacer el tipo de enunciado que yo quer¨ªa. Me interesaban los enunciados de tipo social tanto como los personales y formales. La figura humana es demasiado espec¨ªfica, significa demasiado, pero con el objeto se llega a un terreno intermedio entre la abstracci¨®n y la figuraci¨®n, y a la vez te da suficiente libertad para hacer lo que quieres. Lo que hago no es un comentario al objeto".
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