El apoyo de Europa a Contadora marca un cambio en sus relaciones con Latinoam¨¦rica
Las dos regiones buscan una estrategia com¨²n
El proceso de paz llevado a cabo por el Grupo de Contadora "es una reafirmaci¨®n permanente de la voluntad de Am¨¦rica Latina de autodeterminar su propio destino Latinoam¨¦rica ha alcanzado ya su propia identidad y exige el reconocimiento de esa premisa b¨¢sica que conlleva nuestro derecho a negociar de regi¨®n a regi¨®n" con Europa. Estas palabras, pronunciadas en Estrasburgo por el embajador de Per¨². ante la ONU, Carlos Alzamora, lanzaban un desaf¨ªo a la colaboraci¨®n de Europa para superar la incomprensi¨®n hist¨®rica que ha existido entre europeos y latinoamericanos.Seg¨²n Alberto van Klaveren, director adjunto del Instituto de Relaciones Europeo-Latinoamericanas (IRELA), el reto ha sido recogido por los pa¨ªses europeos, porque el apoyo que han prestado a Contadora marca "un cambio profundo" en las relaciones entre Europa y Am¨¦rica Latina.
"Europa puede jugar un papel muy importante en el proceso de paz de Contadora, fundamentalmente en lo que se refiere a los mecanismos de verificaci¨®n y control de los acuerdos. La participaci¨®n en ellos de los pa¨ªses escandinavos y de Espa?a ser¨ªa aceptada por todas las naciones centroamericanas", se?ala Van Klaveren, para quien "la participaci¨®n que Europa ha tenido en el proceso de paz de Contadora habr¨ªa sido inconcebible hace unos a?os".
En el coloquio de Estrasburgo se repiti¨® que, actualmente, los dictadores expulsados de los pa¨ªses latinoamericanos ya no vienen a Europa a disfrutar de un exilio dorado, y esto es otro s¨ªntoma de que las relaciones entre Europa y Am¨¦rica Latina han cambiado.
Pero esta aproximaci¨®n, este cambio en la posici¨®n de Europa con respecto a Latinoam¨¦rica, s¨®lo se registra, a nivel pol¨ªtico, en las relaciones que los pa¨ªses de ambas regiones han conseguido establecer recientemente. En el plano econ¨®mico, las cosas siguen igual: hay una gran desconexi¨®n que mantiene viva la acusaci¨®n latinoamericana de que Europa persiste en su aislacionismo y se empecina en mantener una pol¨ªtica econ¨®mica ego¨ªsta que puede estrangular el proceso de democratizaci¨®n en Latinoam¨¦rica.
Durante el coloquio de Estrasburgo (donde se acept¨® la propuesta del ex presidente de Costa Rica, Luis Alberto Monge, de crear un grupo de contacto para mantener el di¨¢logo euro-latinoamericano), se acus¨® al actual ordenamiento econ¨®mico internacional, -que Am¨¦rica Latina combate y Europa se obstina en mantener- de imposibilitar, obligando al pago de la deuda externa y ejerciendo una nefasta pol¨ªtica comercial sobre las materias primas, la restauraci¨®n democr¨¢tica en Am¨¦rica Latina. El ex ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Fernando Mor¨¢n., analiz¨® detalladamente c¨®mo el proceso de restablecimiento de la democracia en Am¨¦rica Latina se est¨¢ realizando dentro de una coyuntura econ¨®mica muy desfavorable.
El pago de los intereses de la deuda externa latinoamericana (que asciende a 400.000 millones de d¨®lares, es decir, unos 60 billones de pesetas) ha provocado una inversi¨®n total en los papeles tradicionales, haciendo que los Estados de Am¨¦rica Latina se conviertan -en contradicci¨®n flagrante con toda l¨®gica- en exportadores netos de capitales.
La deuda externa, que ha obligado a las j¨®venes democracias latinoamericanas a aplicar unas medidas de austeridad que amenazan su estabilidad interna, es insostenible no s¨®lo para los pa¨ªses deudores, sino tambi¨¦n para los europeos, porque, seg¨²n los expertos, pone en peligro las bases del sistema financiero internacional.
De ah¨ª la invocaci¨®n, por parte de Am¨¦rica Latina, de que se elabore una estrategia conjunta eurolatinoamericana que, mediante la reducci¨®n de las tasas de inter¨¦s, permita mitigar tanto el problema de la deuda externa latinoamericana como la crisis que provoca el desempleo en Europa.
La hegemon¨ªa bipolar
En su vertiente pol¨ªtica, esta alianza estrat¨¦gica tendr¨ªa por objeto reforzar de forma rec¨ªproca las necesidades de autonom¨ªa de las dos regiones, cuya independencia real se encuentra cada vez m¨¢s amenazada por la hegemon¨ªa bipolar de las dos superpotencias.Europa y Am¨¦rica Latina son, en este sentido, socios 'forzosos, seg¨²n se afirm¨® en Estrasburgo. Ambas regiones tienen la misma necesidad de participar en las decisiones estrat¨¦gicas internacionales porque las dos se enfrentan, en lo pol¨ªtico, a un mundo dominado por dos imperios, y en lo econ¨®mico, a un sistema con dos potencias dominantes -Estados Unidos y Jap¨®n-, a las cuales est¨¢n financiando, como se?al¨® Alzamora, "su reactivaci¨®n econ¨®mica y su revoluci¨®n tecnol¨®gica, cuando no su objetivo pol¨ªtico-militar".
Desde la perspectiva latinoamericana, no hay futuro hist¨®rico para Europa si ¨¦sta se encierra en s¨ª misma, y la unidad europea es insuficiente para entrar con el propio peso espec¨ªfico en el siglo XXI por la situaci¨®n de permanente satelizaci¨®n que vive desde la II Guerra Mundial.
La oferta latinoamericana es iniciar con Europa una cooperaci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica y tecnol¨®gica que permita a los europeos distanciarse de las dos superpotencias para crear un espacio multilateral y- que al mismo tiempo facilite a los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina consolidar 121 restauraci¨®n democr¨¢tica, amenazada por la deuda externa, el proteccionismo, la carrera armamentista y la intervenci¨®n militar.
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