?Un problema exclusivo de los m¨¦dicos?
El modesto avance que significa la reciente despenalizaci¨®n del aborto terap¨¦utico en Espa?a se encuentra ahora frente al problema de la objeci¨®n de conciencia de un elevado n¨²mero de m¨¦dicos, que son los responsables de practicarlo.Para entender esta situaci¨®n se debe tomar en consideraci¨®n la estructura de poder en el sector sanitario, partiendo del hecho popular y cient¨ªficamente reconocido de que una de las fuentes de poder en nuestra sociedad es el conocimiento, es decir, que saber es poder. Al igual que en las otras profesiones, el trabajo en equipo en la pr¨¢ctica sanitaria moderna es cada vez m¨¢s necesario. Sin embargo, en el caso de la medicina esos equipos se estructuran con caracter¨ªsticas especiales, garantizando que el m¨¦dico ocupa siempre la direcci¨®n del equipo. Esto sucede aun cuando se reconoce que, frecuentemente, el papel de la enfermera es igual o m¨¢s importante que el del m¨¦dico para garantizar la vida de un paciente, o cuando las enfermeras, con a?os de experiencia en un servicio, se ven obligadas a asesorar a un m¨¦dico nuevo en el servicio por no tener derecho a hacer uso de su conocimiento y su experiencia. ?Qui¨¦nes son las que nos han entrenado a los internos y residentes en la sala de obstetricia a atender un parto, sino las matronas y las enfermeras, a pesar de que jer¨¢rquicamente la responsabilidad y el poder de decisi¨®n recaen en el m¨¦dico? ?Cu¨¢les son los mecanismos y las estructuras que mantienen y reproducen esta situaci¨®n m¨¢s all¨¢ que el saber, ya que en infinidad de casos no es directamente el conocimiento la fuente de este poder?
Una de las respuestas est¨¢ en el origen hist¨®rico de la profesi¨®n m¨¦dica, cuando el conocimiento, la pr¨¢ctica y el desarrollo tecnol¨®gico eran tales que el m¨¦dico se bastaba para todo lo necesario en el arte de curar y s¨®lo cuando fueron avanzando y complic¨¢ndose el conocimiento y la t¨¦cnica le fue necesario delegar funciones, pero nunca el poder sobre el paciente, y as¨ª nos encontramos que en la modernidad existen reglamentos, distribuci¨®n de funciones y tareas, organigramas y otros instrumentos administrativos en el sector sanitario que se encargan de mantener y reproducir esta estructura de poder que no, siempre es la respuesta a la realidad actual.
As¨ª, los m¨¦dicos hablamos frecuentemente de intrusismo profesional o de la famosa deontolog¨ªa m¨¦dica, que sin ser concepciones falsas o ileg¨ªtimas en s¨ª, son frecuentemente utilizadas para mantener una gran parcela de poder en el sector de la sanidad.
Relaci¨®n patriarcal
Si a esto se le a?ade el problema de la relaci¨®n patriarcal que existe por parte de los m¨¦dicos frente a enfermeras-os y matronas, que va m¨¢s all¨¢ del problema sexual, ya que se mantiene aun cuando el m¨¦dico sea mujer y el enfermero hombre, pero que en sus or¨ªgenes s¨ª correspondi¨® a una divisi¨®n sexual del trabajo, nos encontramos con una estructura profesional dentro del sector sanitario que garantiza el ejercicio del poder por parte de los m¨¦dicos. Ahora bien, en el caso concret¨® del aborto quisiera plantear la siguiente pregunta: ?d¨®nde est¨¢ escrito o cu¨¢les son las bases cient¨ªficas que sostienen que el aborto debe ser practicado exclusivamente por los m¨¦dicos?
Yo sostengo que matronas y enfermeras-os est¨¢n debidamente capacitados para practicar un aborto en condiciones de m¨¢xima seguridad para las mujeres, m¨¢s a¨²n cuando las nuevas t¨¦cnicas de aspiraci¨®n reducen considerablemente la agresividad y las complicaciones quir¨²rgicas de un legrado uterino mec¨¢nico.
Me parece importante reorientar la discusi¨®n y la lucha reivindicativa en la direcci¨®n se?alada, es decir, responsabilizar a matronas y enfermeras-os de la pr¨¢ctica legal de los abortos, con el objeto, entre otros, de garantizar el derecho de las mujeres al aborto terap¨¦utico sin tener que enfrentar adem¨¢s la objeci¨®n de conciencia planteada por un elevado n¨²mero de m¨¦dicos.
Adem¨¢s de que la discusi¨®n y la lucha en este sentido abre una brecha para el reconocimiento social de las llamadas profesiones param¨¦dicas y, por tanto, facilita un trabajo de equipo necesario para la interdisciplinariedad que representa el nuevo camino para el avance de la ciencia y el conocimiento de la naturaleza. Por tanto, invito a colectivos de matronas, enfermeros-as y mujeres a participar en la discusi¨®n y la lucha en este sentido.
Catalina Eibenschutz H. es m¨¦dica endrocrin¨®loga, ex decana de la universidad Aut¨®noma Metropolitana de M¨¦xico.
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