El vizconde MacMillan de Ovenden
Arist¨®crata, nieto de primer ministro y ex periodista, logr¨® como editor que el Gobierno brit¨¢nico no aplicara el IVA a los libros
MacMillan -pese a su noble condici¨®n, el vizconde posee una campechaner¨ªa natural que, sin embargo, no disimula una mente rigurosa- es un l¨ªder del mundo editorial y de la joven generaci¨®n conservadora brit¨¢nica.Habla de los pol¨ªticos con cierto escepticismo -"los conozco bien", dice, "mi familia est¨¢ llena de pol¨ªticos: mi padre fue ministro, y mi abuelo, primer ministro"-, pero muchas de sus actuaciones como editor y como miembro del consejo de la Asociaci¨®n de Editores Brit¨¢nicos tienen matices claramente pol¨ªticos.
"Por suerte o por desgracia", explica, "mi carrera pol¨ªtica ha sido decidida por m¨ª independientemente de mis deseos. Cuando quede vacante el esca?o de mi abuelo [el ex primer ministro Harold MacMillan] en la C¨¢mara de los Lores pasar¨¦ a ocuparlo autom¨¢ticamente". M¨¢s tarde admite que la funci¨®n p¨²blica le satisface, "pero en el mundo hay demasiados pol¨ªticos venales, y ni siquiera mi pa¨ªs es una excepci¨®n".
Los lores, independientes
Sin embargo, defiende gallardamente las instituciones brit¨¢nicas y rechaza por completo la posibilidad de que la C¨¢mara de los Lores sea una entidad obsoleta. "Por el contrario, es una de las pocas instituciones democr¨¢ticas del mundo cuyos miembros pueden actuar con entera independencia de partidos y gobiernos". Sus opiniones sobre el Partido Laborista brit¨¢nico son, sin embargo, mucho m¨¢s duras. "El Partido Laborista ha estado tan influido por la extrema izquierda que ha perdido contacto con las realidades de la clase trabajadora", explica. Su pron¨®stico para el futuro de la pol¨ªtica brit¨¢nica es que los pr¨®ximos 20 a?os ser¨¢n de pugna entre conservadores y liberales".El actual prestigio de sir Alexander MacMillan en el mundo editorial brit¨¢nico no se debe tan s¨®lo a las dimensiones de su empresa, sino a su papel en la comisi¨®n que logr¨® arrancar del Gobierno de Londres la exenci¨®n del IVA para los libros. "Tuvimos ¨¦xito, principalmente con el eslogan No graven los libros, l¨¦anlos. Los impuestos adicionales para los libros son una forma de censura, y censurar los libros significa erosionar uno de los derechos fundamentales de la democracia". Entre las cosas que MacMillan hizo para lograr la exenci¨®n recuerda que envi¨® "una carta personal a cada miembro del Parlamento, y procuramos que los lectores hicieran lo mismo; en total, los parlamentarios recibieron 121.000 cartas". La campa?a contra el IVA en los libros fue considerada por el diario The Times como la campa?a pol¨ªtica m¨¢s h¨¢bil realizada en Gran Breta?a en los ¨²ltimos tiempos", lo cual indica las excelentes perspectivas para la futura actividad -vitalicia- de sir MacMillan en la C¨¢mara de los Lores.
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