Socios de la Agrupaci¨®n Deportiva del Canal de Isabel II replican a Aguil¨®

Una representaci¨®n de socios de la Agrupaci¨®n Social Deportiva del Canal de Isabel II ha replicado las palabras de Miguel Aguil¨®, presidente del consejo de administraci¨®n del canal, que manifest¨® que antes de la apertura al p¨²blico de sus instalaciones, el pasado 1 de junio, "se entraba a dedo en la agrupaci¨®n" (ver EL PA?S del 24 de junio). Un portavoz de los socios afectados se?al¨® que "los miembros de la agrupaci¨®n, en su mayor¨ªa de clase media-baja, han contribuido durante 50 a?os al mantenimiento de las instalaciones y ahora ven c¨®mo han desaparecido todos sus derechos de un plumazo".Los socios precisan que en 1985 se llegaron a pagar cuotas familiares de nuevos miembros por un valor cercano a las 300.000 pesetas. "Pese a la cantidad desembolsada", se?ala un portavoz de los afectados, "los nuevos socios y los que llevamos varios a?os pagando nuestra cuota nos vemos ahora en las mismas condiciones del p¨²blico en general". "No pedimos que no se permita el paso del p¨²blico a las instalaciones", a?ade, "pero exigimos unas contraprestaciones m¨ªnimas por unos derechos acumulados. En la situaci¨®n actual, ni siquiera tenernos garantizado el acceso a las instalaciones, ya que frecuentemente se llega al tope m¨¢ximo de 2.000 visitantes".

Las instalaciones deportivas del Canal de Isabel II, situadas en la intersecci¨®n de las calles de Islas Filipinas y Bravo Murillo, eran usadas hasta el pasado 1 de junio por unas 10.000 personas, entre empleados del canal, familiares y socios. Estos ¨²ltimos -unos 5.000- pagaban una cuota familiar de entrada y un complemento anual por miembro que el a?o pasado era de 9.000 pesetas. La cuota anual ha dejado de pagarse este a?o, pero los socios han de pasar por taquilla y pagar el mismo precio que el resto de los visitantes de las instalaciones.

Para los responsables del Canal de Isabel II, la decisi¨®n de abrir las instalaciones al p¨²blico pon¨ªa fin a "una privatizaci¨®n, de los bienes comunes". Los socios no cuestionan este ¨²ltimo punto, pero lamentan que no se haya contado con su voz para debatir las posibles consecuencias de esta decisi¨®n. Algunos de ellos han anunciado su intenci¨®n de emprender una acci¨®n legal contra el Canal de Isabel II.