Una plebeya pelirroja en la Corte de la reina Isabel
Sarah Ferguson se convertir¨¢ en 'su alteza real la princesa Andr¨¦s'
El mi¨¦rcoles 23 de julio, a las 11.30 de la ma?ana, una plebeya pelirroja de 26 a?os, Sarah Ferguson -Fergie para los amigos-, recorrer¨¢ en tres minutos la distancia que separa la entrada principal de la abad¨ªa de Westminster del altar mayor para convertirse poco despu¨¦s en princesa real y nuera de la reina Isabel II de Inglaterra. Siguiendo la tradici¨®n de la Corte brit¨¢nica, Sarah Ferguson, como la princesa Michael de Kent y tantas otras, perder¨¢ su nombre de pila y tomar¨¢ el de su marido. Su t¨ªtulo correcto ser¨¢ el de Her royal highness the princess Andrew. Su alteza real la princesa Andr¨¦s.
No obstante, es muy posible que en un pr¨®ximo futuro pueda ser conocida como duquesa de York si la reina se decide a conceder a su segundo hijo tal t¨ªtulo, en la actualidad vacante, y cuyo ¨²ltimo titular fue precisamente el padre de Isabel II, Jorge VI.La boda del a?o entre Fergie y Andr¨¦s, un teniente de helic¨®pteros en la Marina brit¨¢nica veterano de la campa?a de las Malvinas y famoso por tener una novia en cada puerto antes de su compromiso oficial, ser¨¢ el acontecimiento m¨¢s importante del verano londinense, a a?os luz de distancia, por ejemplo, de la celebraci¨®n de la cumbre de la Commonwealth que decidir¨¢ sobre las sanciones a Sur¨¢frica.
A la boda, que ser¨¢ retransmitida por televisi¨®n a los cinco continentes y ser¨¢ presenciada probablemente por cerca de 1.000 millones de espectadores han sido invitadas 1.800 personas, de las que s¨®lo 400 podr¨¢n decir que han visto la ceremonia.
El palacio de Buckingham no ha invitado a soberanos reinantes ni a jefes de Estado a la boda. Ha querido que las invitaciones a la realeza europea se limiten a los miembros j¨®venes de las casas reales. Por eso, en el caso de Espa?a, se ha invitado al pr¨ªncipe de Asturias y a las infantas Elena y Cristina.
Aunque el arzobispo de Canterbury, doctor Robert Runcie, oficiar¨¢ el enlace, se ha querido dar un car¨¢cter ecum¨¦nico a la ceremonia, y por esa raz¨®n el arzobispo de Westminster y primado de la Iglesia cat¨®lica en el Reino Unido, cardenal Basil Hume, as¨ª como los moderadores de la Iglesia de Escocia y del Consejo Federal de las Iglesias leer¨¢n sendas oraciones.
El marco de la boda ser¨¢ la abad¨ªa de Wetsminster, cuya construcci¨®n se inici¨® hace cerca de un milenio y que ha visto la coronaci¨®n de 37 reyes y reinas de Inglaterra en sus 920 a?os de historia, desde Guillermo el Conquistador a la actual soberana. M¨¢s de 30 reyes y reinas, entre estas ¨²ltimas Leonor de Castilla, y 2.500 hombres ilustres del reino, desde Isaac Newton a Winston Churchill, est¨¢n enterrados bajo su suelo. La primera boda celebrada en la abad¨ªa tuvo como protagonistas a Matilde de Escocia y Enrique I de Inglaterra. La fecha: el a?o 1100. La ¨²ltima fue el enlace de la princesa Ana y el capit¨¢n Mark Phillips, en 1973. Para poder incluir a otras 1.000 personas en la lista de invitados, Carlos y Diana, pr¨ªncipes de Gales, abandonaron la tradici¨®n real y se casaron en la catedral de San Pablo.
Ni que decir tiene que el secreto mejor guardado de los muchos que rodean al enlace real es el traje de novia que llevar¨¢ Sarah Ferguson, encargado a Lindka Cierach, a cuyo dise?o ha contribuido sustancialmente la futura princesa. La tienda de la modista, situada en la barriada de Fulham, est¨¢ celosamente protegida por la polic¨ªa. S¨®lo ser¨¢ visto por primera vez cuando Sarali abandone con su padre, el mayor Ronald Ferguson, ex jefe de la escolta de caballer¨ªa de la reina, la residencia de Clarence House, camino de la abad¨ªa.
Igual secreto rodea al anillo de boda, realizado, como el de prometida, en oro de la mina galesa de Clogau St. David, por la firma de joyeros de la casa real, Garrard, as¨ª como la ornamentaci¨®n floral de la abad¨ªa, que ser¨¢ llevada a cabo por 45 personas elegidas en votaci¨®n por la Federaci¨®n de Sociedades Floristas del Reino Unido, bajo la direcci¨®n de su presidenta, Pamela McNichol.
En una reuni¨®n mantenida con un grupo de corresponsales extranjeros, entre ellos el de EL PA?S, William Summers, joyero de la corona y encargado de todas las joyas, incluidas las de la torre de Londres, manifest¨® que Garrard hab¨ªa realizado una serie de piezas conmemorativas de la boda utilizando el escudo de armas del pr¨ªncipe Andr¨¦s con motivos navales alusivos a su condici¨®n de marino.
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