La visita de Miterrand ayuda a disipar los recelos de EE UU ante Francia

, La participaci¨®n de Fran?ois Mitterrand en las ceremonias del centenario de la estatua de la Libertad ha servido para disipar la tensi¨®n creada entre Estados Unidos y Francia por la negativa del Gobierno de Par¨ªs a que aviones norteamericanos sobrevolaran territorio galo para bombardear Libia, decisi¨®n que provoc¨® una fuerte reacci¨®n popular antifrancesa en EE UU. En un almuerzo de trabajo celebrado ayer en Nueva York entre el presidente franc¨¦s y Ronald Reagan, ¨¦ste pudo comprobar que Francia contin¨²a siendo un aliado fiel de Estados Unidos y que apoya a esta Administraci¨®n en las grandes cuestiones de la pol¨ªtica Este-Oeste.

Mitterrand se ha entrevistado con Reagan s¨®lo 48 horas antes de que el lunes viaje a Mosc¨² donde conversar¨¢ con Mijail Gorbachov. Este dato es de especial inter¨¦s para Washington, que quiere asegurarse de que el l¨ªder sovi¨¦tico acudir¨¢ a finales de este a?o a EEUU para celebrar una nueva cumbre con Reagan. Pero al mismo tiempo, la Administraci¨®n est¨¢ profundamente dividida sobre c¨®mo responder a las nuevas ofertas de reducci¨®n de armas nucleares presentadas por Mosc¨². Mitterrand podr¨ªa llevar al Kremlin un mensaje informal de Reagan o, al menos, explicar de primera mano a Gorbachov cu¨¢l es el pensamiento del Gobierno norteamericano.La Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI) sigue separando a Mitterrand de EE UU. En el dificil experimento de cohabitaci¨®n que practica el Gobierno conservador de Jacques Chirac con un presidente socialista en el Eliseo, el Ejecutivo est¨¢ a favor de que Francia coopere en el programa de la guerra de las galaxias, a lo que se opone el presidente, que s¨®lo aceptar¨ªa una participaci¨®n en el plano de las empresas individuales, pero no en el de Gobierno.

Mitterrand viaj¨® con dos ministros, el de Defensa, Andr¨¦ Giraud que ha aprovechado para entrevistarse con su colega, Caspar Weinberger, con el que sin duda ha discutido sobre la SDI, y con el de Exteriores, Jean Bernard Raimond. Pero sin la presencia de Chirac en EE UU, la visita es sobre todo ceremonial y no es imaginable un compromiso pol¨ªtico entre los dos presidentes que altere la actual situaci¨®n sobre la SDI.

Mitterrand hizo en Nueva York un llamamiento a la cooperaci¨®n entre los dos pa¨ªses en programas espaciales conjuntos, sobre todo, en el aspecto de los cohetes lanzadores de sat¨¦lites, en el que las dos naciones han cosechado recientes fracasos con el Challenger y el Ariane.

El presidente franc¨¦s, el ¨²nico dignatario extranjero invitado a los festejos de Nueva York, record¨® y agradeci¨®, en la ceremonia de reinauguraci¨®n de la restaurada estatua de la Libertad, que en dos ocasiones, en las guerras mundiales de este siglo EE UU hab¨ªa acudido en ayuda de Francia y de Europa para salvar la libertad. El presidente franc¨¦s expres¨® su orgullo de ser "el portavoz de una amistad que ha soportado las pruebas del tiempo. A vosotros, norteamericanos, os digo con toda la fuerza de mi esp¨ªritu y de mi coraz¨®n: Happy birthday US, happy, birthday miss Liberty" utilizando el ingl¨¦s, un idioma que desconoce. Reagan, por su parte, cant¨® la amistad entre las dos naciones y se despidi¨® con un "?Vive la France!".

Entre la opini¨®n p¨²blica norteamericana, la imagen de Francia se hab¨ªa deteriorado mucho tras lo de Libia y una campa?a de prensa obsesiva acus¨® a los franceses de traicionar a un aliado en un momento de necesidad. El periodista Dan Rather, el m¨¢s famoso presentador de los informativos de televisi¨®n de la cadena CBS, lleg¨® al extremo de anunciar que dejaba de comer cruasanes en se?al de protesta. En algunas localidades se quemaron quesos franceses y varias agencias de viajes anunciaron publicamente que no vend¨ªan billetes a Francia "porque no han tenido los cojones de apoyarnos".