Sue?o, raz¨®n y genio
E. F., El recital de Weissenberg en el auditorio Manuel de Falla fue conmovedor y sin duda uno de los cap¨ªtulos verdaderamente altos del Festival de Granada.
De cuando en cuando, Alexis Weissenberg muestra su capacidad de sorprender, lo que resulta signo inequ¨ªvoco de int¨¦rprete-creador o de artista-genial. Recuerdo, por ejemplo, la actuaci¨®n de Weissenberg en el Festival de Prades, sus audiciones de Bach en el conservatorio madrile?o, su Chaikovski y su Brahims con Karajan, y as¨ª tantos cap¨ªtulos que renuevan las impresiones y agrandan en la memoria la figura del pianista.
En su programa con obras de C¨¦sar Franck, Schumann y Liszt hizo prodigios, y est¨¢ claro que ante ¨¦l no vamos a asombramos por una t¨¦cnica que sabemos segura, brillante, trascendente y pluridimensional. Esta vez el repertorio de emociones, instalado en el hond¨®n del hombre-artista, se transmit¨ªa con inmediatez y detallismo minucioso hasta el ¨²ltimo oyente.
Pocos como Weissenberg despejaron al recital pian¨ªstico de una visualidad que no es sino espect¨¢culo o, lo que es lo mismo, impureza musical. La m¨²sica que hace Weisseriberg ¨²nicamente se escucha y se siente, pues para ver ya est¨¢ el teatro, el cine o el ballet.
El sentimiento nos llega tan exactamente explicado, tan desentra?ado en todos sus porqu¨¦s, tan venido de lejos y vivido de cerca, que cada versi¨®n se torna acontecimiento sensible y biograf¨ªa hist¨®rica. Fue necesario mucho tiempo para que la cultura produjese la Fantas¨ªa, opus 17 de Schumann, pero tambi¨¦n para que sea interpretada -casi dir¨ªa demostrada como lo hace Weissenberg.
Hay a veces en el pensamiento y la afectividad del int¨¦rprete galer¨ªas secretas que ¨¦l mismo nos desvela; al lograrlo, la comuni¨®n artista-p¨²blico, emisor-receptor, significante y sentiente, se produce como un c¨ªrculo m¨¢gico que compromete a todos. As¨ª esta Fantas¨ªa de un Schumann favorito de Weissenberg desde la iniciaci¨®n de su carrera. ?Qu¨¦ repertorio de razones es necesario para crear un mundo sonoro tan estremecedor en lo fisicoac¨²stico, que es la creaci¨®n sonora, como en lo emocional, que es su significaci¨®n! Como Rostropovich cuando ataca una sola nota, prolongada, resonante, viva, as¨ª Weissenberg imagina y realiza el humanismo de su sonido m¨¢s que pian¨ªstico.
Comenz¨® el acontecimiento con el Preludio, fuga y variaciones, de C¨¦sar Franck, que desde el gran Cavaill¨¦-Coll traslad¨® al piano Harold Bauer, gran pianista angloamericano que sum¨® su voz al violonchelo de Casals. Se cerr¨® la actuaci¨®n con la Sonata en Si menor, dedicada por Liszt a Schumann, y la prolongaci¨®n de una serie de encores: la tenerezza del Claro de luna, limpio de manierismo, o la grandeza ¨ªntima del Coral-Lipatti, en cuyo variado Bach hizo sensibilidad de su ciencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.