Estad¨ªstica folcl¨®rica
Ll¨¢menlo ustedes el caso de los rebotes desaparecidos: ?Que no salga nadie! Ver¨¢n. Era el descanso del partido URSS-Cuba, en Ferrol, y los r¨®tulos de Televisi¨®n Espa?ola desgranaban las estad¨ªsticas del primer tiempo. Rebotes: 10 para Cuba, 10 para la URS S. ?Qu¨¦ raro! ?Qu¨¦ pocos!, mascullaba para sus adentros el H¨¦rcules Poirot casero. Un visitazo a los datos de tiro le confirmaba en sus sospechas: entre cubanos y sovi¨¦ticos hab¨ªan fallado 31 tiros de campo y 11 tiros libres. Atendiendo al, principio estad¨ªstico de que para cada fallo en el tiro tiene que haber un rebote -principio perogrullesco y norteamericano, aqu¨ª ignorado, por lo que se ve-hab¨ªan desaparecido 22, rebotes.Por esos derroteros anda el calamitoso servicio de estad¨ªsticas del Mundial de baloncesto. Al final, s¨®lo sirven de, folclor sin valor t¨¦cnico. (A1 ver el r¨®tulo en cuesti¨®n, el comentarista de la WTBS norteamericana, advert¨ªa, angustiado, a su productor que lo suprimiese).
Las estad¨ªsticas est¨¢n entre lo m¨¢s folcl¨®rico de este: Mundobasket, junto al aire acondicionado que los organizadores hab¨ªan prometido a la Federaci¨®n internacional. No debe sorprender a nadie. La FIBA no tiene iriormas oficiales al respecto; las cosas se hacen de cualquier manera. Y no hay que inventar nada ni estrujarse las meninges. Bastar¨ªa con adaptar el manual oficial de la National Basketball Association -la liga profesional americana-, detallado e impecable. En ¨¦l se expl.icar¨ªa a los estad¨ªsticos ferrolanos. que para cada tiro hay, bien un rebote atribu¨ªdo a un jugador -el primero que controla el bal¨®n tras el rechace-, bien un rebote deequipo, que se contabiliza cuando el bal¨®n sale fuera de banda tras el rebote o, cuando el fallo se produce en el pirimero de dos tiros libres, es decir, sin posibilidad efectiva de ?ir a por ¨¦l.
Las estad¨ªsticas, para cumplir su finalidad de explicar lo que sucede en un partido de baloncesto -el m¨¢s matem¨¢tico de los deportes colectivos-, deben ser precisas. Todo lo derri¨¢s es superfluo.
Entre las imprecisiones que seguimos padeciendo est¨¢ la mal entendida categor¨ªa de las asistencias. ?stas, son, nada m¨¢s, nada menos. Y pases; que conducen (firectamente a una canasta. Es decir, que no son tantas como alg¨²n comentarista da a entender -"?qu¨¦ preciosa asistencial", proclaman cuando el tirador falla, por lo que el pase que ha recibido no es una asistencia-, ni tan pocas como se desprende de los ya tantas veces citados r¨®tulos de TVE.
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