El Papa pide al Gobierno y a la guerrilla colombianos que reabran el di¨¢logo
Juan Pablo II formul¨® ayer en Barranquilla, antes de dejar Colombia, un llamamiento al Gobierno y a la guerrilla de ese pa¨ªs a que ?juntos se abran a iniciativas como las que se han emprendido, y se emprender¨¢n en el futuro, para lograr la reconciliaci¨®n nacional en el pleno respeto de la vida humana y conforme a las exigencias de la justicia". Estas palabras del Papa, no previstas en el texto inicial del discurso, han sido interpretadas en medios pol¨ªticos como la confirmaci¨®n de que el nuevo Gobierno colombiano seguir¨¢ el camino de negociar con la guerrilla, iniciado por la gesti¨®n de Belisario Betancur, y a?adir¨¢ otras iniciativas.
Esta interpretaci¨®n fue confirmada a EL PA?S por fuentes vaticanas. Juan Pablo II agreg¨® que en estos d¨ªas hab¨ªa escuchado "un constante clamor de paz surgido de todas las gargantas y corazones colombianos". Las palabras del Papa tambi¨¦n fueron interpretadas como una respuesta a las peticiones formuladas por la guerrilla, a la que volvi¨® a pedir que depusiera las armas. Juan Pablo II hizo tambi¨¦n un llamamiento a la reconciliaci¨®n y al perd¨®n a todos los colombianos, y en general a todos los latinoamericanos, para alcanzar la ansiada paz y la construcci¨®n de una sociedad m¨¢s justa. El Papa hablaba en la plaza de la Paz de Barranquilla. Dijo Juan Pablo II que sin una reconciliaci¨®n colectiva, que lleva consigo el perd¨®n entre los hombres, no ser¨¢ posible salir del t¨²nel de la violencia, de la injusticia y de la droga. En este punto volvieron a aparecer las diferencias en el an¨¢lisis con los te¨®logos de la liberaci¨®n.Juan Pablo II hizo en Barranquilla una relaci¨®n clara y completa de los problemas y de los males sociales que afligen a Colombia y a todo el continente suramericano. Cit¨® entre los problemas "la injusta distribuci¨®n de las riquezas, la insuficiente tutela de los derechos de los m¨¢s d¨¦biles, la diversidad de oportunidades, el desempleo y todos las dificultades que acarrea la promoci¨®n de la justicia social".
Entre los males sociales que, seg¨²n el papa Wojtyla, acucian a Colombia se encuentran "la violencia del terrorismo y de la guerrilla, la tortura y los secuestros de personas, el abuso de poder y la impunidad de los delitos, el uso de la droga y el crimen abominable del tr¨¢fico de narc¨®ticos".
El origen de este c¨¢ncer que corroe a la sociedad colombiana y, en general, a toda Am¨¦rica Latina est¨¢, seg¨²n el papa Wojtyla, en el pecado.
"El pecado" explic¨® en Barranquilla, "que anida en el coraz¨®n de cada hombre, sea ¨¦ste rico o pobre". "Se llame orgullo o injusticia, prepotencia o explotaci¨®n de los otros, avaricia o b¨²squeda desenfrenada del poder o del placer, odio, rencor, venganza o violencia", dijo el Papa, "la ra¨ªz es siempre la misma: el misterio de la impiedad que separa al hombre de Dios y lo aleja de su voluntad y eleva permanentemente murallas de divisi¨®n".
Pero junto a este pecado que para el papa Wojtyla es m¨¢s "personal" que colectivo, m¨¢s "¨ªntimo" que estructural, tambi¨¦n existe en el hombre lo que ¨¦l llam¨® ayer "la nostalgia de la paz y de la reconciliaci¨®n". Y, al hablar de reconciliaci¨®n, el Papa dijo que esta palabra resuena con emotividad particular en Colombia porque el pa¨ªs est¨¢ afligido de l¨¢grimas, de miedos y de inseguridades por las vidas de tantos hijos.
"Cu¨¢nto dese¨¢is, amados colombianos", dijo el Papa, "que callen las armas, que se estrechen fraternalmente las manos que las empu?an, que llegue para todos la paz deseada, invocada, buscada con esfuerzo, esperada con ansia tras tantos a?os de violencia que no han dejado m¨¢s que lutos de muerte y heridas dolorosas dif¨ªciles de cicatrizar".
En la fe est¨¢ la soluci¨®n
Por lo que se refiere a c¨®mo resolver estos problemas y eliminar tales males, Juan Pablo II present¨® ayer su cl¨¢sica receta: "Con un empe?o de fe en Jesucristo, redentor del hombre y salvador del mundo".
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