Un juicio para el 2000

CAMBIO 16Una de dos, o hay manipulaci¨®n pol¨ªtica descarada en el caso Banca Catalana o la justicia espa?ola funciona tan lentamente que, decida lo que decida, la decisi¨®n ser¨¢ siempre injusta por lo tard¨ªa. O las dos; a lo mejor ser¨¢ a la vez las dos historias: la lentitud exasperante de un juzgado medieval y la manipulaci¨®n pol¨ªtica para atormentar a Jordi Pujol con el fantasma sempiterno de Banca Catalana.Manipulaci¨®n pol¨ªtica del suceso se da, sin duda alguna, en la TVE, una, grande y libre que padecemos. Hasta ahora, nunca se hab¨ªa visto por aqu¨ª la escena de dos fiscales anunciando que piden el procesamiento de alguien. Salvo cuando se trata de Jordi Pujol y Banca Catalana, claro; entonces s¨ª que aparecen en pantalla los dos ilustres funcionarios anunciando zurriagazos legales a diestro y siniestro. A partir de ah¨ª, el martirio televisivo de Pujol seguir¨¢ d¨ªa tras d¨ªa hasta que los jueces decidan algo.

Y ah¨ª est¨¢ la otra gran parte del problema. ?Hasta cu¨¢ndo podr¨¢ seguir rodando de papel en papel y de diligencia en diligencia el caso, judicial de Banca Catalana? ?Toda la vida? Al menos media vida s¨ª que parece. Si uno piensa que hace ya m¨¢s de dos a?os que el fiscal general del Estado present¨® la querella contra Pujol y otros dos ex administradores del banco y todav¨ªa andan los fiscales hoy descubriendo nuevas formas delictivas y pidiendo procesamientos, uno tiene derecho a temer que este pleito dure media Vida. Dos a?os para pedir procesamientos, otros dos para aceptarlos o denegarlos, 10 o 12 para entrar en el fondo del asunto y all¨¢ por el a?o 2000, con jueces renovados varias veces y la mitad de los procesados en la tumba, podremos al fin saber si Jordi Pujo? cometi¨® o no delito alguno en un banco cuyo gobierno abandon¨® en 1976. ( ... )Para esa ¨¦poca se habr¨¢ borrado ya hasta la memoria de un delito que, por lo dem¨¢s, parece haber prescrito ya, y con creces, en el caso del presidente de la Generalitat.

Ser¨¢ casualidad pero el hecho de que el pleito se reabra cada vez que el presidente Pujol coseche un triunfo electoral hace a¨²n m¨¢s sospechoso todo este asunto.

Si a ello se a?ade que quien bien debiera saberlo asegure que, "por Dios, Pujol no se llev¨® jam¨¢s ni una peseta", uno siente la tentaci¨®n de pensar que otra vez m¨¢s hay juego sucio en el caso. ( ... ) Y natural es que muchos catalanes que apoyan fielmente a su l¨ªder opinen lo mismo. ( ... ) Los l¨ªderes socialistas catalanes deber¨ªan tomar cartas en este asunto e impedir que sus colegas centralistas hicieran del anticatalanismo o del juego sucio anti-Pujol su mejor arma de combate. ( ... )