Washington presionar¨¢ para que Pinochet acepte la transici¨®n en Chile, pero no sancionara al r¨¦gimen
La Casa Blanca no cree necesaria la ca¨ªda del general Augusto Pinochet hasta 1989, a?o fijado por la Constituci¨®n para que las fuerzas armadas sometan a su candidato a un plebiscito presidencial, pero s¨ª se considera absolutamente necesario que, entretanto, el dirigente chileno d¨¦ pasos efectivos hacia una transici¨®n democr¨¢tica. Tal es la s¨ªntesis de las conversaciones que ha sostenido el secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, Robert Gelbard, con l¨ªderes chilenos en una visita especial de cinco d¨ªas a Santiago, que finaliz¨® ayer.Gelbard, el funcionario de mayor rango del Departamento de Estado que ha visitado Chile en los ¨²ltimos meses, reconoci¨® t¨¢citamente ante sus entrevistados que el principal obst¨¢culo en el camino hacia la democracia es Pinochet, quien no quiere ceder ni un ¨¢pice. Gelbard, sin embargo, no se muestra partidario de someter a presiones econ¨®micas al Gobierno chileno y conf¨ªa en la fuerza de sus propias declaraciones capaces, por s¨ª solas, de provocar un debate dentro y fuera del r¨¦gimen. A los entrevistados les qued¨® la impresi¨®n de que tambi¨¦n Washington desea ver mayores muestras; de flexibilidad por parte del Acuerdo Nacional, un conglomerado de partidos de oposici¨®n de derecha, centro e izquierda moderada.
La agenda de Gelbard fue plural. A lo largo de los cinco d¨ªas de estancia en Chile se reuni¨® con todos los sectores sociales, excepto con los comunistas. Miembros de la Junta de Gobierno y ministros del r¨¦gimen, el cardenal Fresno -de quien Gelbard dijo "es un hombre que quiere lo mejor para Chile"-, el Acuerdo Nacional, la Comisi¨®n de Derechos Humanos, y el Comando Nacional de Trabajadores, entre otros, fueron visitados por el funcionario.
La sensibilidad p¨²blica y gubernamental norteamericana sobre la dictadura chilena se estremeci¨® brutalmente hace dos se manas cuando un joven fot¨®grafo chileno residente en Estados Unidos, Rodrigo Rojas, y su acompa?ante, Carmen Gloria Quintana, fueron quemados vivos por una patrulla militar en Santiago, durante la huelga general del 2 y 3 de julio. Rojas muri¨® y Quintana agoniza en una cl¨ªnica de la capital chilena.
Despu¨¦s de la huelga general del 2 y 3 de julio y la represi¨®n que hubo en esos d¨ªas, Pinochet aparece hoy m¨¢s d¨¦bil. Su soporte tradicional, la Administraci¨®n del presidente Ronald Reagan, ha formulado severas cr¨ªticas, y al mismo tiempo su sost¨¦n interno, las Fuerzas Armadas, est¨¢n mostrando signos de inquietud.
El sue?o de los 24 a?os
La reacci¨®n estadounidense puso de manifiesto que Pinochet no tiene pavimentado el camino para mantenerse en el poder los 24 a?os que desea. Una reacci¨®n semejante tuvieron tres de los cuatro miembros de la Junta de Gobierno. El almirante Jos¨¦ Toribio Merino, el general de carabineros Rodolfo Stange y el general del Aire, Fernando Matthei, declararon sucesivamente -como si se hubieran puesto de acuerdo- y en tono cada vez m¨¢s en¨¦rgico que no hay un candidato definido para 1989.
El general Matthei fue el m¨¢s enf¨¢tico. "Mi mandato constitucional termina en 1989 y ese mismo d¨ªa se cumple mi juramento de hacer respetar la Constituci¨®n. Se inicia el per¨ªodo democr¨¢tico. Otros seguir¨¢n. A partir de ah¨ª no tengo nada m¨¢s que hacer", dijo. "Habr¨¢ un congreso elegido, partidos pol¨ªticos y todo lo que represernta una democracia plena". Estas son las declaraciones m¨¢s claras a favor del retorno a la democracia que ha hecho un general en servicio activo desde que comenz¨® el r¨¦gimen militar.
Pinochet se ha quedado solo en esta pol¨¦mica con la Junta de Gobierno. Pero mantiene el control y el signo de la represi¨®n. Un grupo de 82 estudiantes que ocuparon durante algunas horas la Universidad Cat¨®lica fueron desalojados violentamente por la polic¨ªa y detenidos. En Madrid, Bilbao y Barcelona, j¨®venes comunistas espa?oles y chilenos se manifestaron ayer simult¨¢neamente frente a los consulados de Chile. En la capital catalana la polic¨ªa detuvo a cinco manifestantes. Los j¨®venes, que portaban pancartas y gritaban consignas en contra de Pinochet, pidieron la suspensi¨®n de la venta de armas espa?olas a Chile.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Fernando Matthei
- Robert Gelbard
- Dictadura Pinochet
- Declaraciones prensa
- Augusto Pinochet
- Viajes
- Chile
- Personas desaparecidas
- Dictadura militar
- Derechos humanos
- Casos sin resolver
- Estados Unidos
- Ofertas tur¨ªsticas
- Dictadura
- Pol¨ªtica exterior
- Casos judiciales
- Gente
- Turismo
- Sudam¨¦rica
- Historia contempor¨¢nea
- Latinoam¨¦rica
- Gobierno
- Administraci¨®n Estado
- Historia
- Am¨¦rica