La 'cumbre' est¨¢ servido
S¨®lo faltaba que Mijail Gorbachov y Ronald Reagan se uniesen al festejo del Palacio de Deportes para tener una cumbre en toda regla. Desde el punto de Arista m¨¢s estrictamente baloncest¨ªstico -aunque nunca del todo libre de morbo pol¨ªtico-, el choque Estados Unidos-URSS colma todos los apetitos, dolorosamente aguzados por la escasez de estos encuentros en la ¨²ltima d¨¦cada: en competici¨®n oficial, ninguno desde 1982. Como los boicoteos ol¨ªmpicos se han sucedido, y como en los Juegos de Montreal (1976) los dos equipos no llegaron a encontrarse, la verdad es que apenas si se han visto las caras desde la pol¨¦mica final de M¨²nich, hace ya 14 a?os. Naturalmente, no son todos los que est¨¢n, por parte norteamericana al menos. No es ya que falten los profesionales, sino que algunos destacados universitarios se han quedado, por causas varias, fuera. Aun as¨ª, los resultados anteriores dar¨ªan a pensar que el equipo de EE UU es favorito. No hace falta decir mucho m¨¢s para recalcar la persistente y n¨ªtida superioridad norteamericana en este deporte. Un grupo de jovenzuelos sin experiencia se ha plantado -con alegre traspi¨¦ ante Argentina inclu¨ªdo- en la final del Mundial. Los norteamericanos no gartan este t¨ªtulo desde... 1954. Y aunque sea sin estrellas; famosas, est¨¢n u punto de reconquistarlo. Con todo, no se puede conceder ciegamente el t¨ªtulo de favoritos a los americanos. Aparte de la inexperiencia, que en cualquier momento puede dejar de ser un t¨®pico para reflejarse en la realidad -de hecho, en cada partido han sufrido per¨ªodos de postraci¨®n despu¨¦s de otros brillantes-, los chicos de Lute Olson tienen sobre s¨ª varias espadas de Damocles: su fluctuante tiro de lejos, su falta de kilos bajo los tableros:y su imprecisi¨®n en los tiros libres, que tanto da?o les hace en las situaciones de uno m¨¢s uno.
Para vencer, los sovi¨¦ticos tambi¨¦n tendr¨¢n que superar sus propias debilidades. En particular, el uso equivocado que hacen de Arvidas Sabonis -que har¨ªa mucho m¨¢s da?o con las otras canastas de tres puntos, las que se componen de un tiro de dos puntos, una falta personal y el tiro libre a?adido-, las dificultades en el manejo de bal¨®n de sus bases, que pueden pasarlo muy mal contra los americanos, y en general su manera deslavazada y hasta alocada de conducir un partido.
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