Ardanza y Pujol proponen un pacto de Estado que asegure el desarrollo auton¨®mico
Jos¨¦ Antonio Ardanza y Jordi Pujol, presidentes de los Gobiernos vasco y catal¨¢n, respectivamente, propusieron ayer un pacto de Estado con el nuevo Gobierno socialista para que los estatutos de ambas comunidades recuperen "el esp¨ªritu que ten¨ªan en el momento de su redacci¨®n". Ardanza, que ayer concluy¨® su visita oficial de dos d¨ªas a Barcelona, se entrevist¨® por espacio de tres horas con Pujol en el Palau de la Generalitat y apoy¨® las reivindicaciones del Ejecutivo catal¨¢n en materia de financiaci¨®n.Este primer contacto entre los dos presidentes desde la toma de posesi¨®n del lendakari ha permitido recomponer las relaciones entre el nacionalismo catal¨¢n y el vasco, gravemente deterioradas a partir de marzo del a?o pasado, a causa de la discusi¨®n parlamentaria de la ley de R¨¦gimen Local.
La entrevista entre Ardanza y Pujol gir¨® fundamentalmente sobre la situaci¨®n general del Estado y la "involuci¨®n auton¨®mica" que se observa desde los Gobiernos de estas dos comunidades. Ardanza justific¨® la propuesta de un pacto de Estado sobre la concepci¨®n de la autonom¨ªa diciendo que "subsiste el esp¨ªritu de la LOAPA (ley org¨¢nica de Armonizaci¨®n del Proceso Auton¨®mico)". "No podemos estar con el alma en vilo, pendientes de si un proyecto de ley en Madrid va a respetar o no el Estatuto".
Aunque la visita de Ardanza a Barcelona (preparada y pedida por el Gobierno catal¨¢n a finales de marzo de 1985) ha restablecido unas relaciones que siempre hab¨ªan estado caracterizadas por el entendimiento, no supone la creaci¨®n de un frente com¨²n de los nacionalistas vascos y catalanes ante el Gobierno del PSOE. Ardanza se cuid¨® de descartar esta posibilidad, al matizar que "aunque exista cierta frustraci¨®n com¨²n", este pacto de Estado no se propondr¨ªa conjuntamente, sino que cada Gobierno seguir¨ªa su propia estrategia.
Pujol, por su parte, manifest¨® que esperaba que, poco a poco, el Estatuto catal¨¢n recobre "la filosof¨ªa que lo impregnaba cuando se redact¨®". "No se trata", subray¨® Pujol, "de hacer una interpretaci¨®n generosa de los textos auton¨®micos, sino una lectura real".
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