La familia de Jose Joaqu¨ªn Carazo busc¨® hora y media el boleto premiado con 50 kilos de oro

Jos¨¦ Joaqu¨ªn Carazo, veterinario, de 32 a?os de edad, el afortunado ganador de los 50 kilos de oro en el sorteo de la Cruz Roja del pasado lunes, tard¨® hora y media en encontrar la papeleta premiada. Mientras ¨¦l se dedicaba a poner la casa patas arriba, su suegra rezaba a San Antonio para que apareciera el boleto. Los vecinos de la localidad pacense de Castilblanco, lugar donde vive Jos¨¦ Joaqu¨ªn Carazo, le, hab¨ªan advertido que el primer premio del sorteo hab¨ªa tocado en el pueblo, pero no sab¨ªan a qui¨¦n.. Por rin, el tesoro buscado, la papeleta 81231-FA, fue encontrado en un bote de tabaco.

Jos¨¦ Joaqu¨ªn Carazo, hijo de una profesora de franc¨¦s y un m¨¦dico, huy¨® hasta Badajoz a la ma?ana siguiente de conocer su suerte. Le acompa?aban su madre; su mujer, Isabel Rodr¨ªguez Mac¨ªas, y su hijo Jos¨¦ Joaqu¨ªn, nacido hace 23 d¨ªas, "no con un pan, sino con toda una panader¨ªa bajo el brazo", afirma su padre, que quiere reposo para pensar qu¨¦ va a hacer con el premio.A las ocho de la tarde de pasado d¨ªa 28, en la sucursal del Banco Hispanoamericano de la localidad pacense de Castilblanco, lugar donde vive Jos¨¦ Joaqu¨ªn Carazo -su mujer es matrona interina en la localidadya conoc¨ªan que el primer premio del sorteo de la Cruz Roja, dotado con 50 kilos de oro, hab¨ªa tocado en el pueblo. Pero no se sab¨ªa a qui¨¦n. Mientras los apoderados de la entidad bancaria y varios vecinos trataban de localizar al afortunado, Jos¨¦ Joaqu¨ªn, su mujer, su hijo de 23 d¨ªas y su abuela paterna, Mar¨ªa Morugan, viv¨ªan las ¨²ltimas horas de una jornada normal.

Momentos de zozobra

A las doce de la noche, en la casa del veterinario, situada en la plaza de Espa?a de Castilblanco, se empezaron a vivir momentos de aut¨¦ntica zozobra: un vecino llam¨® por la ventana para informarles de las pesquisas que se realizaban en el pueblo a fin de localizar al poseedor de la papeleta que val¨ªa 50 kilos de oro, alrededor de 100 millones de pesetas. "Mira a ver si la tienes t¨²", le dijo su vecino, y se march¨®.Jos¨¦ Joaqu¨ªn, Quini para los amigos, y su familia empezaron a buscar la papeleta comprada dos meses atr¨¢s. No la encontraron hasta una hora y media despu¨¦s, tiempo en el que pusieron la casa poco menos que manga por hombro. Mar¨ªa Morugan no hac¨ªa otra cosa que rezar a San Antonio hasta que por fin se hall¨® la papeleta.

El veterinario fue al bar, donde esperaban vecinos y personal del banco. "Hab¨ªa alguien que lo ten¨ªa apuntado en un paquete de tabaco, cuando lo vi dije: ¨¦se es el m¨ªo", recuerda ahora, m¨¢s sosegado, en su casa de Badajoz, ciudad a la que lleg¨® por la ma?ana "para huir del foll¨®n que se arma en estos casos".

Lo que sigui¨® al hallazgo de la papeleta premiada y de su poseedor fue una noche de Jarra, en la que Jos¨¦ Joaqu¨ªn no rompi¨® su norma de toda la vida de no probar el alcohol. Tampoco tuvo tiempo de pensar qu¨¦ va a hacer con el premio. A este veterinario que iba para bi¨®logo le gustar¨ªa montar una explotaci¨®n ganadera, pero afirma: "Eso ir¨¢ para largo. Ahora lo que queremos es conseguir un puesto de trabajo fijo, ya que tanto Isabel como yo somos interinos, y pagar las letras del coche, que es la. mayor trampa que tenemos".