Tesis de doctorado en 'euskera'
No me extra?¨® en su d¨ªa que este Estado de las autonom¨ªas negara a la universidad Aut¨®noma de Madrid la lectura de mi trabajo de doctorado por hallarse escrito en euskera. Pero ah¨ª quedason las cosas, pues aqu¨ª, en Euskadi, no es noticia ni esc¨¢ndado, ni siquiera an¨¦cdota, un hecho corno ¨¦ste. Lo ha recordado, sin embargo, J. S¨¢daba, director de mi trabajo y maestro para cuantos hemos aprendido filosof¨ªa con ¨¦l, al haberlo pregonado desde este diario a todo el pa¨ªs (v¨¦ase EL PA?S del 2 de julio). Mi caso le serv¨ªa a S¨¢daba como an¨¦cdota para ejemplificar su idea de que este Estado nos viene encuadrando en "unas estrechas reglas de juego, estrechamente aplicadas". Suscribo la opini¨®n de S¨¢daba, pero quisiera a?adir que mi an¨¦cdota y, otras mil similares son s¨®lo una parte de la miseria de este Estado que, de hecho, nos est¨¢ separando. El separatismo es ¨¦l, y la an¨¦cdota lo muestra.El euskera es una lengua tambi¨¦n de este pa¨ªs -cre¨ªa yo- y oficial de este Estado. ?O de alg¨²n otro quiz¨¢? A nadie quise humillar ni discriminar en Madrid, por favor... S¨®lo quer¨ªa leer, en la misma universidad en la que yo hab¨ªa obtenido mi licenciatura, un trabajo de investigaci¨®n que he estado desarrollando. Hab¨ªa profesores cualificados para juzgarlo, e incluso toda la exposici¨®n y debate iban a efectuarse en castellano, para que cuantos universitarios quisieran asistir a la lectura pudiesen juzgar su validez. La verdad es que tampoco me opondr¨ªa a que el acto acad¨¦mico se efectuase en euskera, franc¨¦s o alem¨¢n, pues la universidad -seg¨²n tengo entendido- es un lugar universal; la poes¨ªa, el conocimiento y la verdad no acampan en patiia. Siento sinceramente no poder hacer mi lectura en gallego o catal¨¢n, pero reconozco que s¨®lo soy profesor agregado de un instituto y no profesor universitario, ni tampoco espa?ol universal, en el sentido de tener un cierto dominio de las relaciones con el universo social del pa¨ªs.
Pero la realpolitik y su f¨ªlosof¨ªa de la miseria han mezclado una vez m¨¢s cuestiones universales de inteligencia y esp¨ªritu con rencillas y triqui?uelas de Estado, separ¨¢ndome de Madrid y expuls¨¢ndome,
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a m¨ª y a mis preocupaciones human¨ªsticas, a la provincia de mi patois. Pero tambi¨¦n hay la otra cara de la miseria, miseria de la filosofia, como es el que una facultad de filosofia (y m¨¢xime en una universidad calificada como aut¨®noma) tenga como requisito previo para juzgar una investigaci¨®n filos¨®fica no el criterio de la filosofia all¨ª contenida, sino el esp¨ªritu leguleyo, fariseo y lacayo ante la miseria de la letra y los caracteres gr¨¢ficos en que dicho trabajo venga expresado.-
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