Espa?a y la fundaci¨®n de Bolivia
Espa?a es el pa¨ªs europeo con mayor vocaci¨®n americanista. Su proyecci¨®n es hist¨®rica y forma parte de la identidad de los pueblos que desde el sur de Estados Unidos alcanzan al cabo de Hornos.El gobierno espa?ol en Am¨¦rica no tuvo solamente un af¨¢n explotador de riqueza o de hombres: tuvo tambi¨¦n una proyecci¨®n pobladora de grandeza. El espa?ol, al mezclarse con los abor¨ªgenes, cre¨® una nueva sociedad, dej¨® conocimientos, aport¨® tecnolog¨ªa; trajo y llev¨® sabidur¨ªa, usos y h¨¢bitos que terminaron por unir umbilicalmente a los latinoamericanos.
Por contradictorio que parezca, Espa?a foment¨® el esp¨ªritu autonomista de los cabildos, que expresaron su af¨¢n de gobierno propio. Por otra parte, el esp¨ªritu reformista de Carlos III en la segunda mitad del siglo XVIII encontr¨® portavoces espa?oles que expresaron nuevas ideas de gobierno; tal es el caso del prestigioso jurista Victorian Villava, en Chuquisaca.
A esos hechos se a?adieron otros coyunturales, como la invasi¨®n napole¨®nica de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, que, dado el esp¨ªritu rebelde y amante de la libertad y la patria del pueblo espa?ol, dio nacimiento a las juntas tumultuarias que ser¨ªan copiadas en los dominios americanos. Finalmente, el cisma entre liberales y mon¨¢rquicos en el propio gobierno espa?ol en Am¨¦rica coadyuvar¨ªa a alcanzar la proclamaci¨®n de las nuevas rep¨²blicas.
A esos hechos se a?adieron muchos otros que, en el caso de la Rep¨²blica de Bolivia, iban a seguir un proceso sui g¨¦neris: San Mart¨ªn eludi¨® el territorio de Charcas para salir desde Mendoza hacia Chile y Per¨²; Bol¨ªvar, por su parte, bajaba de la Gran Colombia a encarar el problema de los pueblos del Sur. Decidido el liderazgo bolivariano en las campa?as militares, el general Sucre se present¨® en el r¨ªo Desaguadero, l¨ªmite de Charcas con Per¨²; all¨ª, en Puno, elabor¨® un decreto convocando a una asamblea que deb¨ªa elegir el destino de Charcas.
Bol¨ªvar propugnaba la c¨¦lebre doctrina del Uti possidetis juris (de origen romano), en virtud de la cual el espacio geogr¨¢fico de las unidades administrativas espa?olas hasta 18 10 corresponder¨ªa a las nuevas rep¨²blicas americanas. De tal manera que cuando San Mart¨ªn estimul¨® la corriente peruan¨®fila para la incorporaci¨®n de Guayaquil y Quito a Per¨², y luego propugn¨® su autodeterminaci¨®n, Bol¨ªvar intuy¨® un peligro en la proliferaci¨®n de peque?os Estados aut¨®nomos.
La autonom¨ªa de Charcas
En Charcas, la dificultad radicaba en que hasta 1776 ese territorio form¨® parte del virreinato de Per¨², y desde esa fecha, del de Buenos Aires. Pero Charcas se consider¨® siempre un territorio aparte, y como tal fue tratado en muchas oportunidades. En 1816, el Gobierno de Buenos Aires (al que se supon¨ªa que correspond¨ªa legalmente) quiso negociar su independencia, excluyendo al Hamado Alto Per¨² (Charcas). Por otra parte, en 1821, San Mart¨ªn y La Serna negociaron un convenio, llamado de Punchauca, para un gobierno de corregencia americana-espa?ola. En ese convenio, Charcas pasaba a formar parte de Per¨².
Estos y otros hechos dieron a los charquinos conciencia de su autonom¨ªa, que ten¨ªa larga tradici¨®n: Kollasuyo, en ¨¦poca de los incas, y Charcas, durante el gobierno espa?ol. En este ¨²ltimo per¨ªodo sobresalieron instituciones prestigiosas, como la c¨¦lebre universidad de San Francisco Xavier, de Chuquisaca, donde se educaron muchos pr¨®ceres americanos.
La convocatoria del general Sucre a una asamblea que debatir¨ªa los destinos del pa¨ªs fue observada por Bol¨ªvar, pero la apoy¨® el Gobierno de Buenos Aires. El general Sucre, por su parte, le dec¨ªa: "Yo estoy por la asamblea que resuelva lo que guste de estos pueblos". La autodeterminaci¨®n dispuesta por el general cuman¨¦s era contraria al principio de derecho p¨²blico que hab¨ªa proclamado Bol¨ªvar; por eso ¨¦ste le contest¨®: "Ni usted, ni yo, ni el congreso de Per¨², ni el de Colombia podemos romper y violar la base de derecho p¨²blico que tenemos reconocido en Am¨¦rica".
Sucre reaccion¨® y dijo que no le hab¨ªan dado instrucciones precisas, y que, "sin saber a qu¨¦ cuerpo pol¨ªtico correspond¨ªan", entregarlas a la Rep¨²blica del Plata era entregarlas al desorden y la anarqu¨ªa. Por otra parte, el Gobierno de Buenos Aires no hac¨ªa cuesti¨®n de su autonom¨ªa y Per¨² exig¨ªa una indemnizaci¨®n, al tiempo que en Charcas se mostraba un fuerte esp¨ªritu autonomista.
"?Qu¨¦ quiere decir Bol¨ªvar?"
Los hechos llevaron a Bol¨ªvar a considerar el caso de Charcas dentro de los l¨ªmites de un realismo pr¨¢ctico y de equilibrio. Al tiempo de ingresar en su territorio dec¨ªa que estas provincias "deben contar con mi espada y mi coraz¨®n", pues la ciudad de Chuquisaca hab¨ªa sido escenario de una asamblea que examin¨® detenidamente los pros y los contras de la decisi¨®n final, concluyendo por expresar una voluntad creadora que abr¨ªa la realidad de una nueva patria. Se sostuvo que Charcas ten¨ªa unidad pol¨ªtica y era un todo dentro de su diversidad geogr¨¢fica.
El 6 de agosto de 1825 se aprob¨® la fundaci¨®n de la Rep¨²blica de Bolivia. Su primera Constituci¨®n iba a ser redactada por el propio Bol¨ªvar, que se preguntaba: "?Qu¨¦ quiere decir Bol¨ªvar?", y se respond¨ªa: "Un amor desenfrenado por la libertad".
A poco, Bolivia iba a ser uno de los primeros pa¨ªses que negociar¨ªa con Espa?a el reconocimiento de su independencia, y desde entonces las relaciones entre ambos Estados iban a ser cordiales y de mutua cooperaci¨®n. Hoy, a 161 a?os de aquel inolvidable acontecimiento, sus Gobiernos elegidos democr¨¢ticamente marchan por el camino de la pluralidad pol¨ªtica, la autodeterminaci¨®n, el respeto mutuo y el prop¨®sito firme de dar a sus pueblos paz y bienestar.
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