El Gobierno argentino deval¨²a el austral y eleva los tipos de inter¨¦s
El equipo econ¨®mico del Gobierno argentino devalu¨® un 3,3% el pasado lunes la nueva moneda, denominada austral, por duod¨¦cima vez en lo que va de a?o. Adem¨¢s aument¨® las tasas de inter¨¦s para restringir la circulaci¨®n monetaria y public¨® una nueva lista de precios m¨¢ximos que admite aumentos superiores al 10% con respecto a la anterior en los productos de la llamada canasta familiar.
La difusi¨®n del ¨ªndice oficial de la inflaci¨®n, que alcanz¨® un 6,8%, el m¨¢s alto desde que entrara en vigencia el estricto plan de ajuste conocido como plan austral en junio de 1985, oblig¨® a tomar medidas de emergencia. El s¨¢bado, pocas horas despu¨¦s de su llegada del viaje a la segunda cumbre del Grupo de los Seis, realizada en M¨¦xico, el presidente Ra¨²l Alfons¨ªn convoc¨® a una reuni¨®n urgente del Gabinete. Esa misma tarde, al inaugurar la exposici¨®n anual de la ganader¨ªa y la industria, dijo sentirse "muy afligido" por la situaci¨®n, pero ratific¨® en sus cargos a todos los miembros de la conducci¨®n econ¨®mica. Algunos sectores del Gobierno radical hab¨ªan exigido el viernes la renuncia del ministro de Econom¨ªa, Juan Sourroutlle.Ayer, despu¨¦s de anunciadas las medidas, el presidente llam¨® a una nueva entrevista-reuni¨®n del Gabinete nacional para analizar la evoluci¨®n de los mercados y revisar adem¨¢s el proyecto de ley de privatizaciones que el Ejecutivo se dispone a enviar al Parlamento. Alfons¨ªn ha llevado personalmente esta iniciativa, con la que aspira a producir cambios profundos en la estructura de la econom¨ªa argentina. El Estado abandonar¨¢ ¨¢reas tradicionales de explotaci¨®n para disponer de recursos necesarios en el equipamiento y desarrollo tecnol¨®gico.
Incremento de precios
La poblaci¨®n sinti¨® el brusco escalofr¨ªo de la inflaci¨®n. Un s¨ªntoma que esta sociedad conoce muy bien porque ha convivido con ella durante los ¨²ltimos 20 a?os en niveles de gravedad extrema. En menos de una semana los precios se han incrementado un 30% m¨¢s de lo que indican las listas de m¨¢ximos. La advertencia oficial de que el ¨ªndice de inflaci¨®n de agosto ser¨¢ incluso superior al de julio alenta las especulaciones en todos los sectores.El austral fue devaluado 12 veces entre el 7 de abril y el 11 de agosto de este a?o. La baja decidida el lunes, el 3,3%, ha sido la mayor, aunque el comunicado oficial asegura que las pr¨®ximas ser¨¢n menores". El d¨®lar se cotiza a 96 centavos de austral, pero el valor real que alcanza en el mercado marginal supera ya en 30 centavos al austral.
Apreciaci¨®n del d¨®lar
A partir de abril, cuando comenz¨® a aplicarse la pol¨ªtica de minidevaluaciones peri¨®dicas, las depreciaciones del austral no superaban el centavo.Las correcciones se fueron acelerando y cada vez eran menores los plazos entre una y otra. El alza de los precios durante el mes de julio demostr¨® que el procedimiento habitual no bastaba para permitir una recuperaci¨®n de la paridad real en un plazo razonable. En s¨®lo 13 d¨ªas del mes de agosto el d¨®lar estadounidense ha aumentado un 4,5% con respecto al austral.
Por otra parte, en esta primera semana de agosto tambi¨¦n se aumentaron dos veces las tasas de inter¨¦s reguladas por el banco central, cuatro veces el rendimiento de las letras que ese banco ofrece a grandes inversores y empresas y dos veces las letras que se disponen para los bancos privados. Medidas que tienden a imponer una restricci¨®n monetaria para controlar la demanda, las que a su vez traen como consecuencia una par¨¢lisis pronunciada en la leve recuperaci¨®n del aparato productivo que se ven¨ªa insinuando.
La situaci¨®n es compleja y el mismo Gobierno no parece tener otras respuestas que las de emergencia. La previsi¨®n inflacionaria para el conjunto de todo el a?o se ha consumido en el mes de agosto. Las demandas salariales son superiores a las que ofrece el Gobierno.
La ecuaci¨®n que planteaba el plan austral, estabilidad es igual a confianza y gradual incremento de la inversi¨®n local y extranjera, no ha dado resultado. Existe una inflaci¨®n reprimida que no registran los ¨ªndices oficiales, y una expectativa que genera la misma sociedad, naturalmente asustada por fantasmas que ya cre¨ªa superados.
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