El vitri¨®lico humor de Billy Wilder
Las ruinas de Berl¨ªn, acabada la II Guerra Mundial, propiciaron productos cinematogr¨¢ficos de muy diverso signo. Rossellini, por ejemplo, se nutri¨® de ellas para su desesperante y magistral Alemania a?o cero; Tourneur, en cambio, prefiri¨® un enredo de esp¨ªas con discurso moralista final y lo llam¨® Berl¨ªn Expr¨¦s.Pero como todo, por muy tr¨¢gico que sea, cabe en el tubo del humor, ah¨ª est¨¢ Billy Wilder con una excelente comedia, c¨ªnica, vitri¨®lica: Berl¨ªn Occidente, la pel¨ªcula que veremos esta noche en el largo cielo que la segunda cadena de Televisi¨®n Espa?ola dedica a la actriz Marlene Dietrich.
Aunque vien¨¦s de origen Billy Wilder inicia su recorrido profesional (en el periodismo, tan duramente atacado por ¨¦l en Primera plana) en Berl¨ªn y a esa ciudad vuelve con su c¨¢mara, para no dejar t¨ªtere con cabeza, ni del lado de los vencidos ni del de los vencedores.
C¨¢ustica
C¨¢ustica, excelentemente dialogada e interpretada (aunque John Lund ha sido siempre un gal¨¢n pastoso, aqu¨ª se soporta bien), Berl¨ªn Occidente narra la historia de una congresista norteamericana de visita por Alemania y ca¨ªda inevitablemente en un tri¨¢ngulo sentimental. Los personajes est¨¢n vistos por Wilder con notable distancia y una mordaz iron¨ªa; Berl¨ªn Occidente pertenece, aun siendo una comedia, a la etapa m¨¢s dram¨¢tica de su filmograf¨ªa: Perdici¨®n, D¨ªas sin huella o El crep¨²sculo de los dioses acompa?an al filme por esas fechas. Pocos a?os despu¨¦s, Wilder perder¨ªa toda confianza (de haberla tenido alguna vez) en los asuntos serios y su humor liar¨ªa mella en el cine americano con una furia que s¨®lo los f¨®r¨¢neos (Lubitsch, por ejemplo) son capaces de imprimir.Berl¨ªn Occidente la tiene, cubierta, eso s¨ª, de romanticismo, de finura en las canciones, pero la tiene. Y tiene, al lado de Marlene, una antol¨®gica composici¨®n de la hoy muy olvidada pero inolvidable Jean Arthur.
Una peque?a obra maestra, que se dice.
Berlin Occidente se emite hoy, a las 22.10, por TVE-2.
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