Mag¨¹i Mira
La actriz que encarna a Fedra habr¨ªa querido ser Ma?a Estuardo
Cuando ten¨ªa siete a?os, Mag¨¹i Mira descubri¨® el placer de la comunicaci¨®n a trav¨¦s del hecho dram¨¢tico durante una representaci¨®n teatral en su colegio. Entonces, esta valenciana de 40 a?os, rom¨¢ntica, idealista, extravertida, gesticulante y tenaz, sobre todo tenaz, ignoraba que su futuro poco tendr¨ªa que ver con la ense?anza de la historia medieval, materia que estudi¨® en la Universidad. S¨®lo el mito de Fedra, que representa por los escenarios espa?oles -hoy, s¨¢bado, en la plaza. Porticada, de Santander-, le remite ahora al parado hist¨®rico.
A Mag¨¹i Mira, de profesi¨®n actriz, le hubiera gustado ser Mar¨ªa Estuardo, "una mujer apasionante que quiso ser hembra en un mundo de hombres y competir con ellos". "Incluso con la cabeza cortada", dice, "me hubiera encantado ser Mar¨ªa Estuardo".Hermana del director de cine Caries Mira, Mag¨¹i afirma que nunca hab¨ªa pensado convertirse en actriz profesional hasta hace seis a?os. Mientras tanto, ejerci¨® de ama de casa durante 16 a?os, "con cesta de la compra incluida", Hasta que el Instituto Brit¨¢nico, con un presupuesto de 20.000 pesetas, le dio la oportunidad de representar La noche de Molly Bloom, basada en el Ulyses de James Joyce. Con esta pieza hizo su entrada triunfal en Madrid en 1981. Despu¨¦s vendr¨ªan Mar¨ªa Estuardo, de Dacia Mariani; Orqu¨ªdeas y panteras, de Alfonso Vallejo; El taxidermista, de Garc¨ªa Pintado; Pareja abierta, de Dar¨ªo Fo, y La casa de Bernarda Alba, de Federico Garc¨ªa Lorca. Ahora recorre la escena espa?ola de la mano de Fedra, en versi¨®n de Emilio Hern¨¢ndez, inspirada en la lectura de Miguel de Unamuno. Se trata de una tragedia trasladada a la Espa?a de 1936.
Mag¨¹i Mira, melena de rizos sueltos y rojizos, ojos claros y una mirada que pretende transmitir el esfuerzo y la tenacidad que la han situado en su posici¨®n actual dentro del mundo esc¨¦nico, se?ala: "He peleado siempre por que mi preparaci¨®n como actriz sea cada vez mayor. Pienso que un actor es un ser que se usa a s¨ª mismo y su formaci¨®n es perrnanente". "El teatro", dice, "es un hecho vivo y el actor tambi¨¦n. Tengo la sensaci¨®n de que, cuando m¨¢s crezco y inaduro como mujer, como ser humano, como hembra que soy, en mayor disposici¨®n estoy para interpretar a otras hembras, al margen de mi formaci¨®n t¨¦cnica que, por supuesto, es muy importante".
La int¨¦rprete que encarna al mito que sucumbe a su destino, presa de la pasi¨®n entre dos hombres, no muestra especial predilecci¨®n por el teatro cl¨¢sico en s¨ª mismo, aunque, dice, "rne interesa mucho comprobar hasta qu¨¦ punto un cl¨¢sico se puede convertir, no en teatro de arqueolog¨ªa, sino en teatro vivo, que est¨¦ conectado con su propio momento. Esto es lo que hemos intentado con Fedra". "Pienso que los griegos lo escribieron pr¨¢cticamente todo; hablaron del ser humano con una inteligencia y una profund¨ªdad asombrosa. Lo ¨²nico que cambia es la forma de transmitirlo". Descarta Mag¨¹i Mira cualquier paralelismo entre la vida del personaje y de su int¨¦rprete, aunque precisa: "En conflictos l¨ªmites rtos hemos encontrado todos".
La actriz afirma que le gustar¨ªa crecer y moverse profesionalmente en Valencia, "donde mi comunicaci¨®n es riejor y m¨¢s fuerte que en la meseta". Sin embargo, no quiere hablar de proyectos. "La situaci¨®n del actor es tan inestable, que no se puede hablar de futuro. Es urio de los dramas de esta profesi¨®n llena de intrusismo". "Podr¨ªa hablar de ofertas, pero con mucho escepticismo. Espero que esto cambie, porque hace da?o a la profesi¨®n y muy concretamente al actor, que es el m¨¢s valpuleado", a?ade.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.