El dilema de Arafat

Arafat parece atrapado en un dilerna sin soluci¨®n. Hussein le reprocha su "radicalismo" al no aceptar la resoluci¨®n 242 de las Naciones Unidas, que implica el reconocimiento del derecho a la existencia de Israel en las fronteras anteriores a 1967. Si aspira a que alg¨²n hipot¨¦tico d¨ªa Estados Unidos le incluya en sus f¨®rmulas de paz, Arafat debe empezar por ah¨ª. Sin contrapartidas.Pero si pretende reunificar las filas del movimiento palestino en torno a su figura, tiene que romper definitivamente con el acuerdo de Animan, que prev¨¦ una acci¨®n conjunta con Jordania.

"Desviacionista"

?sa es la principal exigencia de los que le acusan de derechista, los que desde Damasco le citan como el "enemigo desviacionista". Los hombres fuertes del prosirio Frente de Salvaci¨®n Nacional, Ahmed Jebril, Abu Masa y Georges Habash, han reafirmado en los ¨²ltimos d¨ªas que no participar¨¢n en el proceso de convocatoria del Parlamento palestino en el exilio, el Consejo Nacional Palestino.

La Uni¨®n Sovi¨¦tica y Argelia se han esforzado en lograr que las diversas facciones palestinas se sienten a hablar. Hasta ahora s¨®lo han conseguido el acuerdo del principal interesado, Arafat; de los comunistas, de los marxistas de Nayef Hawatmeh y otras facciones menores. Las respuestas de los apadrinados por Damasco han sido negativas.

En este bloqueo, el comit¨¦ ejecutivo de la OLP, presidido por Arafat, discuti¨® el pasado fin de semana en su ¨²ltimo refugio de Bagdad la actual situaci¨®n; denunci¨® la entrevista entre Hassan II y Peres y el plan de desarrollo econ¨®mico de Hussein para Cisjordania. Pero tambi¨¦n busc¨® aire y expres¨® su deseo de mejorar las relaciones con Siria y Jordania. Como f¨®rmula para lograr la paz, la OLP propuso una conferencia internacional, amparada por las Naciones Unidas, con los grandes y, por supuesto, con la central palestina.