La ¨²ltima promoci¨®n de jueces pide la reforma urgente de la Escuela Judicial
Varias decenas de miembros de la ¨²ltima promoci¨®n de jueces han comunicado al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sus protestas ante el deficiente funcionamiento de la antigua Escuela Judicial, hoy Centro de Estudios Judiciales. Tras la experiencia vivida durante casi cuatro meses, los nuevos jueces consideran que el centro, tal como funciona actualmente, es inservible para los fines que le asigna la ley org¨¢nica del Poder Judicial (LOPJ), por lo que piden su "necesaria y urgente reforma". El vocal del CGPJ Pablo Garc¨ªa Manzano ha agradecido el nivel cr¨ªtico manifestado por los alumnos
El art¨ªculo 434 de la vigente LOPJ, de 1 de julio de 1985, asigna al Centro de Estudios Judiciales, entre otras, las funciones de "selecci¨®n, formaci¨®n y perfeccionamiento" de los miembros de la carrera judicial, bajo la exclusiva direcci¨®n del CGPJ. Para muchos de los componentes de la 32? promoci¨®n, la renovaci¨®n del Consejo mediante la elecci¨®n parlamentaria de sus 20 vocales, no se ha traducido en una mejor calidad del aprendizaje de la judicatura, por lo que proponen su reforma si no se quiere, dicen, "perder el tiempo".Los aproximadamente 30 firmantes del documento entregado al CGPJ, sobre un total de 163 aspirantes a jueces -de los que asistieron al curso menos del 50%- consideran que es general el criterio de que el Centro de Estudios Judiciales no vale en su actual planteamiento. Seg¨²n in formaron a este peri¨®dico, las deficiencias, m¨¢s que de car¨¢cter ideol¨®gico son de ¨ªndole profesional, ya que, seg¨²n ellos, "se desaprovecha la oportunidad que proporciona la presencia conjunta de los futuros jueces de una misma promoci¨®n, tanto para completar su formaci¨®n pr¨¢ctica como para debatir los criterios de aplicaci¨®n de las normas con los que han de enfren tarse en los meses siguientes".
Los alumnos del Centro de Estudios Judiciales compatibilizan las ense?anzas te¨®ricas que reciben por la tarde con la pr¨¢ctica rotatoria en diversos juzgados de Madrid. Entre las quejas figura la falta de renovaci¨®n del profesorado. El director, Joaqu¨ªn Salvador Jim¨¦nez, no ha cambiado desde el mandato del anterior CGPJ, y algunos profesores mantienen h¨¢bitos como el de pasar lista o amenazar con suspender, que seg¨²n los alumnos constituyen "una disciplina absurda". Como ejemplo concreto citan la actitud del juez Javier O'Callhagan, que en un momento dado y ante la ausencia de alumnos a sus exposiciones te¨®ricas, plante¨® la conveniencia de cerrar el centro si no hab¨ªa mayor asistencia.
Deficiencias
Entre otras deficiencias, los nuevos jueces destacan que hay profesores que mantienen la no aplicaci¨®n directa de la Constituci¨®n en determinadas materias. Igualmente, echan en falta que durante el curso no se tratara sobre el funcionamiento de la oficina judicial ni se hablara en ning¨²n momento de la corrupci¨®n en los juzgados.
Un dato que algunos alumnos consideran revelador del escaso rigor del planteamiento docente se produjo durante la formaci¨®n de la ¨²ltima promoci¨®n de fiscales, a prop¨®sito de la debatida inseguridad ciudadana. Se plante¨® si era m¨¢s conveniente que los fiscales solicitaran las penas m¨¢ximas o las m¨ªnimas, dentro del margen que otorga la ley. Un profesor, para quien las penas fijadas son exiguas, propuso a los futuros fiscales que pidan las penas m¨ªnimas "para que se arme y el legislador se entere", en expresi¨®n de un alumno.
El criterio de muchos alumnos es que el Centro de Estudios Judiciales no funciona correctamente y que el periodo que se pasa en ¨¦l es, seg¨²n algunos, "como unas vacaciones pagadas entre el fin de la oposici¨®n y la toma de posesi¨®n en el juzgado" [durante esa etapa, los futuros jueces perciben, en concepto de funcionarios en pr¨¢cticas casi 120.000 pesetas mensuales]. Otros consideran que los profesores no tienen el nivel pedag¨®gico adecuado y que es precisa una reorganizaci¨®n y redefinici¨®n de objetivos, as¨ª como una adecuada asignaci¨®n de medios.
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