La desigual lucha del Frente Manuel Rodr¨ªguez
Una incipiente guerrilla urbana pone en evidencia la ineficacia del Ej¨¦rcito de Pinochet
El secuestro del coronel del Ej¨¦rcito chileno Mario Haeberle fue casi semejante al que sufri¨® un cabo de la polic¨ªa hace tres meses. En ambas ocasiones, el Frente Patri¨®tico Manuel Rodr¨ªguez (FPMR), un grupo de guerrilla urbana que combate al r¨¦gimen de Pinochet, mantuvo durante tres d¨ªas secuestrado a un miembro de las fuerzas armadas con objetivos de propaganda. Una vez cumplidos ¨¦stos, y ante reiteradas peticiones del cardenal arzobispo de Santiago, Juan Francisco Fresno, pidiendo la libertad de los secuestrados, ¨¦stos fueron liberados sin da?os f¨ªsicos.
La diferencia est¨¢ en que esta semana el FPMR secuestr¨® a un coronel del Ej¨¦rcito, la misma arma de Pinochet. El despliegue policial y militar fue tan intenso como ineficaz. Cientos de viviendas de las barriadas elegantes de Santiago -por primera vez- fueron allanadas por tropas y servicios de seguridad, se pusieron controles en las carreteras y hubo revisi¨®n de veh¨ªculos.El FPMR, que toma su nombre del de un guerrillero chileno que combati¨® a los espa?oles durante los a?os anteriores a la independencia, es una de las pruebas palpables del fracaso de Pinochet. El dictador que quiso acabar con el marxismo y ha declarado estar en guerra con el soviet tiene enfrent¨¦ a una incipiente fuerza insurgente que no ha podido aplastar pese a la represi¨®n.
Para impedir la publicidad del movimiento extremista, el Gobierno prohibi¨® informar o comentar sobre el secuestro del coronel, excepto en los comunicados oficiales. Poco antes, el grupo guerrillero distribuy¨® una fotograf¨ªa instant¨¢nea de Haeberle junto con sus encapuchados captores, y una supuesta transcripci¨®n de una charla del general John Galvin, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, con militares chilenos, en la que se admite un profundo deterioro de las fuerzas armadas y el fracaso estrat¨¦gico de Pinochet para derrotar al comunismo.
La transcripci¨®n la habr¨ªa llevado el coronel Haeberle en un malet¨ªn al ser secuestrado por el FPMR. De acuerdo a ella, el r¨¦gimen tendr¨ªa dos alternativas: una salida con honor, en que Pinochet podr¨ªa encontrar refugio en Estados Unidos, y otra, un desbordamiento del actual poder con caracter¨ªsticas de guerra civil.
La transcripci¨®n fue desmentida en Chile por la Embajada de Estados Unidos, y en Washington. Pero ni de ella ni de su desmentido se enteraron los chilenos. La cortina de silencio, sin embargo, no puede ocultar que el FPMR ha aumentado su actividad con el paso del tiempo.
Corta historia
Formado en diciembre de 1983, durante el primer a?o de protestas contra el r¨¦gimen, el FPMR empez¨® colocando explosivos en postes de energ¨ªa. M¨¢s tarde, en torres de alta tensi¨®n, provocando cortes de luz en las principales ciudades. Despu¨¦s tuvo una etapa de asaltos para recolectar fondos, hasta que durante este a?o comenz¨® los ataques a las fuerzas armadas combinados con una insistente propaganda llamando a la deserci¨®n o desobediencia.
Seg¨²n declar¨® el comandante Daniel, dirigente del grupo, a Antonio Ca?o, de EL PA?S, ellos pretenden mantener las acciones guerrilleras "hasta que el pueblo recupere plenamente su soberan¨ªa", lo que implica algo m¨¢s que la ca¨ªda de Pinochet: el desmantelamiento del aparato represivo y la formaci¨®n de un Gobierno provisional que llame a una Asamblea Constituyente.
En las barriadas populares, el FPMR alienta la formaci¨®n de brigadas rodriguistas, peque?as milicias entrenadas para el combate callejero con la polic¨ªa. Durante las protestas son frecuentes desfiles de estas milicias en las barriadas m¨¢s radicales, donde probablemente el grupo guerrillero encuentra cierto respaldo.
Durante un tiempo el FPMR intent¨® cultivar una imagen de invulnerabilidad y no admit¨ªa los golpes represivos. Sin embargo, despu¨¦s que tres de sus militantes se suicidaron -pese a tener un fuerte arsenal- cuando lleg¨® la polic¨ªa a allanar la vivienda donde estaban, el grupo comenz¨® a reconocer sus bajas. Las v¨ªctimas que ha provocado est¨¢n m¨¢s claras: una decena de personas.
El Gobierno, con un gran despliegue publicitario, le atribuy¨® a este movimiento seis arsenales que los servicios de seguridad descubrieron en los ¨²ltimos 10 d¨ªas, con m¨¢s de dos toneladas de armas livianas en total. Sin embargo, el FPMR neg¨® que los pertrechos le pertenecieran. Para el r¨¦gimen, las armas -fusiles, lanzacohetes, explosivos- tienen un origen sovi¨¦tico.
Hasta ahora, el FPMR ha desmentido en todos los tonos tener relaci¨®n con el partido comunista chileno, de tendencia prosovi¨¦tica. Sin embargo, otros sectores de la oposici¨®n lo acusan de ser el brazo armado comunista, como una carta que este partido tendr¨ªa en sus manos para obtener un lugar en una posible negociaci¨®n con las fuerzas armadas a cambio del repliegue.
Sea o no verdad esta tesis, lo cierto es que sus acciones est¨¢n lejos de da?ar a uno de los ej¨¦rcitos mejor armados para la represi¨®n interna en Am¨¦rica Latina. Excepto los peque?os golpes de efecto propagand¨ªstico, como el secuestro del coronel Haeberle. La actividad terrorista contra la dictadura de Pinochet es, en todo caso, un factor que est¨¢ siendo cotidiano en la pol¨ªtica de ese pa¨ªs suramericano. A diario estallan bombas, aunque de escaso poder, y son incendiados autobuses y supermercados en las barriadas paup¨¦rrimas de Santiago, donde est¨¢ el verdadero factor explosivo de la situaci¨®n chilena.
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