El tiempo como vaiven
BigglesDirector: John Hough. Int¨¦rpretes: Neil Dickson, Alex-Hyde White, Fiona Hutchison, Peter Cushingy Markus Gilbert. M¨²sica: Stanislas, interpretada por Deep Purple, Yes 3, The Inmortals. Brit¨¢nica 1986. Estreno en cines Paz, La Vaguada y Richmond. Madrid.
Biggles es el apellido de un imaginario h¨¦roe de la aviaci¨®n brit¨¢nica de la I Guerra Mundial, apellido popularizado por un comic ideado por el capit¨¢n W. E. Johns y ahora por este filme. Biggles es un cruce entre Regreso al futuro y Trueno azul con unas gotas de cr¨®nica de las aventuras del Bar¨®n Rojo.
De la primera saca ese juego de incongruencias y anacronismos que se alimenta de enviar un personaje a una, ¨¦poca que no es la suya, forzado viajero en el tiempo que, en este caso, alterna un despacho neoyorquino de 1986 con los campos de batalla belgas en 1917; de las andanzas del Bar¨®n Rojo o semejantes se extrae el romanticismo heroico que acompa?aba a aquellos pioneros del aire que, por razones b¨¦licas, pasaron de rivales a enemigos, mientras que de Trueno azul se aprovecha la imagen y maniobrabilidad de un helic¨®ptero como s¨ªmbolo tecnol¨®gico de nuestra ¨¦poca.
Todo este cocktail va amenizado con m¨²sica de percusi¨®n de Stanislas, mas adecuada. para el desenfreno de un Zulawsky que para el estilo de spot publicitario en que planifica Hough. El atractivo del conjunto es discutible, sobre todo porque los saltos en el tiempo son arbitrarios, no responden a nada y, adem¨¢s, mientraslos viajes hacia 1917 se permiten ciertas libertades y alternan trincheras, conventos y aviones en un carrousel en busca de originalidad, los regrese al 86 se producen en perfecta continuidad.
Tampoco el gui¨®n explota con gracia un paralelismo incial que pod¨ªa ser divertido: la equivalencia entre el frente de guerra y el mundillo de los negocios, concretamente el de la promoci¨®n de comidas preparadas. Hough abandona enseguida esa v¨ªa, quiz¨¢ porque ah¨ª la imaginaci¨®n no pod¨ªa conformarse con la continua renovaci¨®n de decorados y exig¨ªa renovar la ficci¨®n. Pero quiz¨¢s sea pedir demasiado a un producto que, ya en la primera secuencia, incluye un gato negro en el decorado para crear un clima de misterio.
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