El atractivo paternalista del hijo de un predicador
Johannes Rau, de 55 a?os, es el pol¨ªtico socialdem¨®crata m¨¢s popular de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) desde la disoluci¨®n del triunvirato de dirigentes hist¨®ricos formado por Willy Brandt, Herbert Wehner y Helmut Schmidt. Miembro del Partido Socialdem¨®crata Alem¨¢n (SPD) desde su juventud, Rau tiene tras de s¨ª una carrera jalonada de cargos pol¨ªticos que podr¨ªa culminar en la canciller¨ªa federal. ?l no ha ambicionado nunca este puesto. Para que accediera a presentar su candidatura, la direcci¨®n del partido tuvo que hacer, al parecer, grandes esfuerzos de persuasi¨®n.Condiciones que ¨¦l impuso fueron el rechazo a una coalici¨®n con los verdes y la ratificaci¨®n del compromiso del SPD de no cuestionar la pertenencia de la RFA a la Alianza Atl¨¢ntica.
Desde 1978, Rau es el presidente de Renania-Westfalia, el Estado federal de mayor poblaci¨®n de la RFA. En las ¨²ltimas elecciones en este Estado, en mayo de 1985, Rau logr¨® una arrolladora victoria, con el 52,1% de los votos, infligiendo una humillante derrota a los democristianos.
Desde 1970 hasta 1978 fue ministro de Ciencia e Investigaci¨®n en este Estado, con sede en Dusseldorf, y antes, alcalde de su ciudad natal, Wuppertal, en plena cuenca industrial del Ruhr.
Se le considera un pol¨ªtico realista, del ala moderada de la socialdemocracia, y con gran capacidad para captar las preocupaciones reales de la poblaci¨®n. Rau se presenta con cierta imagen paternalista, persona sociable al que gusta charlar con los amigos en la taberna y jugar a las cartas. Todas las noches regresa desde Dusseldorf a su domicilio en su ciudad natal, donde le espera una familia con dos hijos de corta edad. Esta imagen de persona corriente, accesible, comprensivo y marcado por el humanismo religioso que le leg¨® su padre, que era predicador, es una de las claves de su ¨¦xito pol¨ªtico. Sus adversarios le achacan debilidad, falta de decisi¨®n y temor a los conflictos.
Rau asegura que la pol¨ªtica no le ha cambiado y que mantendr¨¢ este car¨¢cter afable tambi¨¦n en la canciller¨ªa. Nunca relacionado con intrigas, con una imagen de honradez inmaculada y siempre al margen de los movimientos radicales, se presenta como el candidato capaz de lograr los votos que no conseguir¨ªa su partido o como aquel que asumir¨¢ toda la culpa en caso de fracasar.
Ayer, Rau obtuvo el apoyo p¨²blico de un importante valedor. Helmut Schmidt compareci¨® ante el Congreso para pedir unidad en torno al candidato, y, tal como dijo, no s¨®lo durante los pr¨®ximos cinco meses de campa?a electoral, sino tambi¨¦n durante los cuatro a?os siguientes, siendo, si lo logra, canciller. Schmidt dijo que Rau puede lograr esta dificil meta, que se ha hecho necesaria porque los socialdem¨®cratas no pueden dejar a su pa¨ªs "m¨¢s tiempo en unas manos como las de Kohl".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.