El marquesado Tarradellas
Bien ha funcionado, una vez m¨¢s, la propaganda subliminal contra el republicanismo; esta vez con motivo de la concesi¨®n del t¨ªtulo nobiliario de marqu¨¦s a don Josep Tarradellas i Joan.En casi todos los medios de comunicaci¨®n se ha procurado afanosamente acentuar m¨¢s la antigua condici¨®n republicana del nuevo marqu¨¦s que el hecho fundamental, a mi entender, de la noticia en s¨ª.
No cabe duda que a los espa?oles ya no nos puede sorprender que se recompensen, a la manera de los mejores tiempos de siglos pasados, los servicios prestados a
la instituci¨®n mon¨¢rquica, ni tampoco a muchos republicanos nos ha causado sorpresa la aceptaci¨®n por parte del se?or Tarradellas de tan grande honor que, sin duda, le distingue de ese pueblo llano que, primero a trav¨¦s de las urnas y despu¨¦s; durante casi 40 a?os, deposit¨® en ¨¦l su confianza y su ilusi¨®n.Cierto es que muchos republicanos en ning¨²n momento esperamos por parte: del se?or Tarradellas un gesto parecido al de Emilio Castelar: "... Jam¨¢s servir¨¦ a la monarqu¨ªa aunque ahora se muestre en concordia con la democracia, porque si la monarqu¨ªa no me excluye de su seno, me excluyen la historia, el honor y el patriotismo", pero al menos s¨ª un poco de esea¨²n republicano que el :3 0 de junio de 1971, en Par¨ªs, asisti¨®, en su calidad de presidente de la Generalitat de Catalu?a en el exilio, a una reuni¨®n de la Junta Permanente de Estado de la Rep¨²blica Espa?ola, tambi¨¦n en el exilio, y en la que los reunidos, entre otras cosas, proclamaron su radical disconformidad con la designaci¨®n de don Juan Carlos de Borb¨®n como sucesor del general Franco.
Los republicanos espa?oles que no vivimos la guerra civil ni participamos en las organizaciones juveniles y estudiantiles del movimiento dictatorial franquista, como parece que por desgracia les sucedi¨® a algunos socialistas y a muchos dem¨®cratas de nuevo cu?o, sabemos que no s¨®lo contamos con la actitud contraria al republicanismo de los de siempre, sino tambi¨¦n con la de algunos ex republicanos hist¨®ricos, que con su proceder ayudan a aumentar el desconcierto y la borrachera de, mentiras que padece el pueblo espa?ol, y que sin duda dan muestra de su insolidaridad para con las nuevas generaciones de republicanos. Lamentable, pero cierto: marqu¨¦s, s¨ª; republicano, no.-
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