Riesgos de caer en la trampa
El autor de este art¨ªculo cree que la pol¨¦mica propuesta de negociaci¨®n entre el Gobierno y la organizaci¨®n terrorista ETA ha sido una iniciativa de sectores de esta misma organizaci¨®n y de Herri Batasuna. Seg¨²n el mismo autor, la estrategia de la que parte la iniciativa constituye uno de los elementos de las campa?as de ETA. Por eso advierte sobre los peligros de caer en lo que considera una trampa y propone alzar diques contra ETA y HB.
Pocas veces, en estos ¨²ltimos a?os el tema de la negociaci¨®n con ETA ha cobrado tan sangrienta y pol¨ªtica actualidad. Por esto, y por otras razones, debemos participar en esclarecer el significado de esta campa?a negociadora, promovida -no lo olvidemos- por ETA-Herri Batasuna y aireada por algunos portavoces del nacionalismo vasco democr¨¢tico. Este intento de esclarecimiento nos lleva, primero, a un r¨¢pido repaso de la estrategia revolucionaria de ETA-HB. Se apoya ¨¦sta en dos polos fundamentales y complementarios: la acci¨®n y agitaci¨®n pol¨ªticas, dentro, o al borde, de la legalidad y la violaci¨®n armada terrorista. Estos dos polos deb¨ªan converger, una vez m¨¢s, con motivo de las elecciones legislativas del 22 de junio pasado.El aumento de 17.500 votos en los resultados de HB -apreciable, pero muy limitado dentro del panorama electoral de Euskadi, donde esta formaci¨®n pol¨ªtica totaliza el 17,4% de los votos emitidos- fue debidamente orquestado por sus dirigentes, tratando de presentarlo como un aplastante triunfo, que convert¨ªa a esa minor¨ªa en mayor¨ªa.
Pero esos votos, esa leg¨ªtima porci¨®n de soberan¨ªa popular, no son concebidos como herramientas pol¨ªticas para la contienda democr¨¢tica y pluralista. Lo cual explica, coherentemente, la ausencia de los parlamentarios de HB en el Congreso. Estos votos, manchados de sangre, son exclusivamente un apoyo esencial a la estrategia lucha pol¨ªtica-lucha armada, dirigida por los que empu?an las metralletas. Y ¨¦stos consideraron que ese ascenso electoral creaba "las condiciones subjetivas y objetivas" favorables a sus fines, entre los que se encuentra, como t¨¢ctica, la negociaci¨®n.
De ah¨ª la subsiguiente escalada del terror y del crimen en Madrid, para potenciar al m¨¢ximo el valor de la macabra ecuaci¨®n "votos + cad¨¢veres + miedo = debilitamiento de las instituciones democr¨¢ticas = negociaci¨®n favorable".
Un grave error de apreciaci¨®n
Pero para comprender la mort¨ªfera estrategia de ETA-HB hay que dar un paso m¨¢s. Paso fundamental que no dan, y que incluso oscurecen, quienes desde el Gobierno, desde otras instituciones o medios de comunicaci¨®n presentan a ETA como una "banda de profesionales del crimen". En ETA hay, sin duda alguna, mafiosos y degenerados pistoleros. Pero no s¨®lo eso. De lo contrario resulta imposible explicar por qu¨¦ semejantes bandoleros est¨¢n tan interesados, por ejemplo, en sojuzgar la soberan¨ªa del pueblo navarro, imponi¨¦ndole por las armas su incorporaci¨®n a Euskadi, o en obtener la autodeterminaci¨®n del pueblo vasco. ?Ser¨ªan unos bien extra?os criminales!
Menos a¨²n se puede comprender el que un pu?ado de asesinos y ladrones consiguieran m¨¢s de 200.000 votos, como si hubieran prometido secretamente repartir con tan numerosa audiencia su inagotable bot¨ªn. ?No, ETA-HB no es s¨®lo eso! Ese error de apreciaci¨®n sobre la naturaleza de ETA-HB s¨®lo se puede explicar de parte de quienes, desde fuera de Euskadi, no tienen acceso cotidiano a lo que un¨¢nimemente se considera como los ¨®rganos de expresi¨®n de ETA-HB: el diario Egin y el semanario Punto y Hora de Euskalerria, o por quienes no escuchan asiduamente a los dirigentes legales de la coalici¨®n abertzale, las marionetas pol¨ªticas de ETA.
Si as¨ª lo hicieran, descubrir¨ªan que el proyecto pol¨ªtico de esa banda de criminales -independencia y socialismo- camufla una ideolog¨ªa y una estrategia marxista-leninista. Pero, se preguntar¨¢n muchos, ?no es ETA-HB una organizaci¨®n independentista vasca? Lo fue, s¨ª, en un principio. Pero ETA se embriag¨® con su m¨ªtica aureola, cay¨® en la drogadicci¨®n de su refinada violencia, se endios¨® con su desmesurada pretensi¨®n de liderar al pueblo vasco, m¨¢s all¨¢ de la voluntad soberana de ¨¦ste, recobrada con la instauraci¨®n de la democracia. Y as¨ª se fue produciendo el encuentro, sinuoso pero real, con el marxismo-leninismo y con sus consiguientes apoyos internacionales, clandestinos ¨¦stos, por supuesto.
Esta ideolog¨ªa ofrec¨ªa al grupo terrorista -legitimado con la llegada de la democracia- el necesario contenido te¨®rico y pol¨ªtico para justificar su degeneraci¨®n totalitaria. Confiere ella a la violencia, a la vanguardia revolucionaria, los atributos necesarios de la nueva legitimidad buscada por ETA. Su abertzalismo y su obrerismo pasaron a ser camuflajes, astucias, patrioteras o demag¨®gicas -seg¨²n convenga-, para ganar adictos y avanzar hacia sus objetivos.
Y de est¨¢ ideolog¨ªa rezuman los ¨®rganos de expresi¨®n y los dirigentes antes citados, que denigran sistem¨¢tica y p¨¦rfidamente la democracia parlamentaria y el Estado de derecho, exaltando -como ¨²nica alternativa- el socialismo estatalista de los pa¨ªses del Este y de Cuba, mientras se alinean con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, defendiendo (?ellos, tan independentistas!) la ocupaci¨®n militar de Afganist¨¢n, la represi¨®n del movimiento obrero polaco o el car¨¢cter defensivo del Pacto de Varsovia. A?adamos a esto -como signo complementario- el apoyo dado a HB en las ¨²ltimas elecciones legislativas por el prosovi¨¦tico Partido Comunista de los Pueblos de Espa?a, de Ignacio Gallego, y por, otros grup¨²sculos marxistas-leninistas. Sin olvidar el "Gaddafi, m¨¢talos", que corean por las calles de Euskadi los que asesinan tambi¨¦n con dinero libio.
La guillotina terrorista
En ese contexto ideol¨®gico y estrat¨¦gico leninista, propugnar la negociaci¨®n con ETA es caer en su mort¨ªfera trampa. Si as¨ª lo hici¨¦ramos, se habr¨ªa quebrado la legitimidad democr¨¢tica que sustenta el Estado de derecho, se habr¨ªan puesto bajo la guillotina terrorista nuestras instituciones y la soberan¨ªa de nuestros pueblos. Se habr¨ªa abierto, en suma, una profunda brecha en el frente de la libertad, que conducir¨ªa hacia nuevos y mayores cr¨ªmenes, hacia otros inconsolables duelos, hacia m¨¢s paralizantes miedos.
Porque, no lo olvidemos, la alternativa KAS es s¨®lo una propuesta de m¨ªnimos, para agrupar en un pelele, Movimiento de Liberaci¨®n Nacional Vasco a sectores populares. Y as¨ª, despu¨¦s de canjear -?a cambio de cu¨¢ntos cad¨¢veres?- la soberan¨ªa navarra, la amnist¨ªa de los presos etarras (para que engrosaran de nuevo sus filas), la retirada de las fuerzas de orden p¨²blico de Euskadi y las otras demagogias de la alternativa en cuesti¨®n, ETA-HB pasar¨ªa a un estadio superior de sus exigencias. As¨ª lo demostr¨® hace unas semanas el dirigente de HB I?aki Esnaola, refiri¨¦ndose a la autodeterminaci¨®n de Euskadi: "?sta no ser¨¢ simplemente una consulta m¨¢s. Habr¨¢ que pasar, primero, por unos per¨ªodos de prueba para que el pueblo vasco pueda realmente experimentar las distintas opciones que se le ofrecen...". Y as¨ª -como en el cuento de nunca acabar- desvelar¨¢n nuevas exigencias. Y seguir¨¢n matando, mientras puedan, pase lo que pase.
Porque detr¨¢s de todo ello est¨¢
camuflado el objetivo final: instaurar en Euskadi una Albania carcelaria o una Camboya genocida como la de los jemeres rojos de Pol Pot. Desde all¨ª seguir¨ªan hostigando a la Europa democr¨¢tica, pues, no lo olvidemos, el comunismo es por esencia un proyecto de revoluci¨®n mundial. A las p¨¢ginas de Lenin, o de Egin, me remito.
Pero posiblemente estos dementes visionarios de ETA-HB saben que no hay ninguna posibilidad de imponer una negociaci¨®n pol¨ªtica. El jalearla, el ofertarla, ser¨ªa una maquiav¨¦lica operaci¨®n de marketing agit-prop, dirigida a conseguir tres objetivos fundamentales.. Primero: blanquear la roja sangre de sus ya demasiadas inocentes v¨ªctimas, que ser¨ªan presentadas como precio no deseado, pero propiciatorio, de esa paz, tan so?ada por ellos y rechazada por el Estado". Segundo: conservar -y ampliar si fuera posible- el apoyo de ese minoritario, primitivo e irresponsable sector de la sociedad vasca que justifica hoy su sumisi¨®n o su ambig¨¹edad frente a ETA-HB repitiendo lo mismo que ellos: "ETA quiere negociar, pero el Estado, no".
Al parecer no hay pueblo sin candidatos a Kerenski o Sibanouk. ?Que Dios nos libre del v¨¦rtigo abertzale de la raza, dispuesta a inmolarse ante el 1984 de Orweil... con tal de que los verdugos tengan "su misma sangre"! Queda el tercer y m¨¢s importante objetivo: proseguir as¨ª su mort¨ªfera estrategia de desestabilizaci¨®n pol¨ªtica y social -"porque el Estado no quiere negociar, pero lo acabar¨¢ haciendo"- hasta que se presenten definitivamente las "condiciones subjetivas y objetivas de la revoluci¨®n"...
Que todo esto pertenezca al campo de la paranoia no nos debe hacer olvidar que -como lo demuestran Hitler, Stalin, Pol Pot, Jomeini, Videla, Pinochet y tantos otros- la locura del poder forma parte de la condici¨®n humana y de la historia.
Diques contra ETA-HB
Escribir estas l¨ªneas desde Euskadi es reconocer que esta tierra y este pueblo nuestros atraviesan por una de sus m¨¢s dram¨¢ticas crisis morales y pol¨ªticas. Quiz¨¢ convenga recordar -sin que sirva de justificaci¨®n o de explicaci¨®n totales- el grave trauma causado entre los vascos por el intento de genocidio cultural acometido por el franquismo y el envilecimiento moral, heredado por no pocos, de aquella dictadura. Esas profundas heridas causadas en el esp¨ªritu de los vascos iban a facilitar el surgimiento -en Euskadi, y no en otra parte- de la demencia terrorista, la infiltraci¨®n leninista y el irracionalismo abertzale.
Pero el pueblo vasco, su inmensa mayor¨ªa -que no est¨¢ representado por ETA-HB-, ha sabido cicatrizar heridas y perdonar. Merece ¨¦l -como las instituciones propias, que preside dignamente nuestro lendakari Ardanza- respeto, comprensi¨®n y solidaridad.
Es tarea de todos nosotros levantar solidariamente diques contra el c¨¢ncer ETA-HB; alzarle infranqueables muros, cimentados en el p¨²blico rechazo del totalitarismo y del crimen, de los GAL y la tortura; pregonar desde altas vallas el respeto inalienable a la vida y a la integridad de todos; construir fraternos puentes entre nuestras culturas y pueblos.
Llegar¨¢n as¨ª d¨ªas de reconciliaci¨®n y de perd¨®n mutuos, de paz y de democr¨¢ticas contiendas.. Pero para hacerlos posibles y cercanos es esencial no negociar, con ETA-HB. Hasta que entreguen las arma s, respondan ante la justicia y sean, tambi¨¦n ellos, salvados pata la verdadera causa de los pueblos: la libertad.
antiguo sindicabsta, dirigente de la Huelga de Bandas en 1966-1967, vivi¨® la experiencia de Camboya en los a?os setenta. Es abogado y economista.
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