Washington renuncia por el momento a atacar militarmente a Libia
El globo de un nuevo ataque militar contra Libia se ha pinchado en Washington y la Administraci¨®n de Reagan ha decidido, por el momento, buscar la desestabilizaci¨®n de Muam¨ªnarel Gaddafi mediante la presi¨®n, econ¨®mica y el aumento de su aislamiento internacional. El viaje europeo del enviado presidencial, Vernon Walters, ha tenido fundan entalmente ese objetivo. Esta pol¨ªtica se combinar¨¢ con acciones encubiertas dirigidas a provocar un golpe interno. Ronald Reagan ha ordenado a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que intensifique sus operaciones secretas contra el l¨ªder libio; al que califica de "perro rabioso", con el objetivo de lograr, a medio plazo, su derrocamiento en un golpe interno, dijeron fuentes de la Administraci¨®n.Con la misma facilidad artificial con que reapareci¨® la ¨²ltima semana de agosto, Libia ha desaparecido de las primeras p¨¢ginas de la Prensa norteamericana. La ¨²ltima batalla de propaganda desatada por Washington contra Libia, con la amenaza de repetir los bombardeos del pasado abril, se ha saldado de momento con un fracaso, seg¨²n reconocen los comentaristas. La guerra de nervios y el movimiento de la VI Flota en el Mediterr¨¢neo frente a las costas del peque?o y des¨¦rtico pa¨ªs norteafricano no han conseguido poner nervioso a Gaddafi, que no ha ofrecido a Washington el pretexto que estaba buscando para golpearle de nuevo. Por el contrario, Gaddafi ha superado la supuesta depresi¨®n en la que se sumi¨® tras los bombardeos de la pasada primavera y parece haber recuperado de nuevo el control.
El renovado esfuerzo de la CIA est¨¢ dirigido, seg¨²n fuentes norteamericanas, a rentabilizar el descontento interno provocado por el progresivo aislamiento econ¨®mico de Libia y la tensi¨®n de una permanente amenaza militar a cargo de la VI Flota, que mantiene abiertas todas sus opciones. Aunque Washington es consciente de la inexistencia de una alternativa v¨¢lida al l¨ªder de la revoluci¨®n verde, el espionaje estadounidense volcar¨¢ sus esfuerzos en ayudar a la oposici¨®n interna y externa a Gaddafi. Se habla incluso de unificar los m¨¢s de 10 grupos de exiliados en una especie de contra, al ejemplo nicarag¨¹ense.
Otro objetivo de los servicios de espionaje norteamericanos es ampliar la supuesta brecha entre los militares profesionales y Gaddafi, que habr¨ªa irritado a sus oficiales, concediendo cada vez m¨¢s poder a los comit¨¦s revolucionarios con su aventurerismo y con la colocaci¨®n de comisarios pol¨ªticos en las principales unidades. Pero en cualquier caso, a pesar de sus problemas internos, fuentes de la CIA admiten que no hay razones para creer que Gaddafi pueda ser derribado a corto plazo. Esta semana, el Departamento de Estado, sin llegar a pedir directamente el derrocamiento de Gaddafi, hizo un llamamiento al pueblo libio para que decidiera su destino, advirti¨¦ndole del desastre econ¨®mico y el aislamiento internacional al que le lleva su l¨ªder.
Los expertos norteamericanos creen que el recorte por los europeos de las compras de petr¨®leo libio es ahora m¨¢s importante que un ataque militar para quebrar el r¨¦gimen de Gaddafi. Pero ¨¦sta ha sido una de las sugerencias de Walters no atendidas por los aliados. Hasta ahora, Libia ha soportado bien la retirada de las compa?¨ªas petroleras estadounidenses, pero el ¨²ltimo acuerdo de la OPEP obliga al pa¨ªs a reducir su producci¨®n de 1,2 millones a un mill¨®n de barriles diarios. Esta p¨¦rdida de ingresos, unida a un eventual boicoteo europeo, ser¨ªa una gran ayuda para la pol¨ªtica de desestabilizaci¨®n de Estados Unidos.
La Administraci¨®n de Reagan no ha presentado a sus aliados europeos pruebas frescas de que el mercurial coronel est¨¦ preparando una campa?a de terrorismo contra intereses norteamericanos. Vernon Walters ha sido acogido con escepticismo, e incluso irritaci¨®n, en las capitales europeas. Walters se entrevist¨® ayer en Roma con el primer ministro italiano, Bettino Craxi que ya tiene suficientes problemas en Italia para echarse encima m¨¢s.
En Washington se ha tratado de restarle importancia al viaje, insistiendo en que s¨®lo se trataba de informar y consultar, pero no de solicitar acciones concretas. Pero fuentes oficiales admiten que el embajador de EE UU en la ONU ha pedido ayuda para que los europeos refuercen el aislamiento econ¨®mico y pol¨ªtico de Libia, que ya iniciaron forzados por la acci¨®n b¨¦lica del pasado abril.
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