El periodista como reh¨¦n
LA DETENCI¨®N en Mosc¨² de Nicol¨¢s Daniloff, corresponsal de la revista norteamericana US News and Worl Report, es un hecho que pone en entredicho la proclamada voluntad sovi¨¦tica de mejorar y flexibilizar las relaciones con Occidente; concretamente en el terreno de la informaci¨®n. Por las condiciones que han rodeado el arresto de Daniloff en un parque de Mosc¨², es inevitable que se convierta en un caso t¨ªpico de los m¨¢s oscuros tiempos sovi¨¦ticos. S¨®lo una r¨¢pida liberaci¨®n dar¨ªa cr¨¦dito a las versiones adelantadas por la Prensa norteamericana en el sentido de que el KGB ha podido actuar por su cuenta, sin conocimiento de la direcci¨®n m¨¢xima del pa¨ªs. Daniloff ha sido detenido cuando estaba haciendo exactamente lo que es, no ya su derecho, sino su obligaci¨®n como periodista: recabar informaciones. La versi¨®n misma de las autoridades de Mosc¨² sobre la aparici¨®n de documentos "secretos" entre los papeles recibidos por Daniloff huele demasiado al t¨®pico ardid policiaco para encubrir una trampa.Se habla de un arreglo para que la liberaci¨®n de Daniloff se haga a cambio de la entrega al embajador sovi¨¦tico en Washington de un presunto esp¨ªa sovi¨¦tico, Zajarov, empleado en la delegaci¨®n de este pa¨ªs ante la ONU. Esa "soluci¨®n" entrar¨ªa dentro de los esfuerzos para evitar que los casos Zajarov y Daniloff entorpezcan los preparativos de la cumbre Reagan-Gorbachov. Ciertamente, en numerosos casos, ha habido intercambios entre esp¨ªas de ambos lados. Pero la detenci¨®n de Daniloff plantea un problema totalmente diferente; ser¨ªa grav¨ªsimo crear el precedente de que los periodistas que trabajan en Mosc¨² pueden ser utilizados como rehenes para presionar sobre otros problemas surgidos en las relaciones exteriores de la URSS. La liberaci¨®n de Daniloff sin recurrir a intercambios es indispensable y urgente.
La utilizaci¨®n de periodistas como rehenes en el escenario internacional es una preocupante realidad. En este mismo a?o, al caso Daniloff cabe a?adir el del corresponsal de The New York Times, detenido y acusado por espionaje en China, y el de los periodistas franceses y brit¨¢nicos secuestrados o asesinados en Beirut. Por lo dem¨¢s, la actitud de las autoridades sovi¨¦ticas vulnera el esp¨ªritu y la letra de los acuerdos de Helsinki y supone una agresi¨®n flagrante a la libertad de circulaci¨®n de las noticias.
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