Estreno en Argentina de 'La noche de los l¨¢pices'
La pel¨ªcula narra uno de los episodios m¨¢s cruentos de la dictadura
Diez a?os despu¨¦s de ocurridos los tr¨¢gicos hechos que narra, se estren¨® la semana pasada en Buenos Aires el filme La noche de los l¨¢pices, dirigida por H¨¦ctor Olivera. El gui¨®n se elabor¨® a partir de la investigaci¨®n de dos periodistas y el testimonio del ¨²nico superviviente entre los ocho adolescentes de entre 16 y 18 a?os que fueron secuestrados el 16 de septiembre de 1976 y siguen desaparecidos. Los j¨®venes, peronistas y comunistas, hab¨ªan sido acusados de "subversi¨®n estudiantil" por organizar una campa?a a favor de un descuento en el transporte para los estudiantes de la ciudad de la Plata, provincia de Buenos Aires,
Cuando Pablo D¨ªaz, ahora un hombre de 28 a?os, se present¨® a declarar en mayo del a?o pasado ante la C¨¢mara Federal, el tribunal civil encargado de juzgar a las tres primeras juntas militares de la dictadura que asol¨® al pa¨ªs entre 1976 y 1983, ni los jueces ni los periodistas y el p¨²blico que colmaba la sala pudieron resistir su doloroso y sollozante testimonio. Parte de los asistentes habituales a las audiencias orales abandonaron el recinto y no regresaron nunca m¨¢s. Uno de los jueces, con muestras de su desesperada angustia, rog¨® un intermedio no previsto mientras la mayor¨ªa se cubr¨ªa la cara para ocultar las muecas de horror.Dos periodistas, Mar¨ªa Seoane y H¨¦ctor Ruiz Nu?ez, decidieron "hacer algo para dejar al menos constancia de lo ocurrido en una cr¨®nica minuciosa de los hechos". En los primeros d¨ªas de agosto, se present¨® en el Centro Cultural General San Mart¨ªn, de Buenos Aires, el libro La noche de los l¨¢pices, escrito por Seoane y Ruiz Nu?ez.
La letra de uno de los temas compuestos por Charly Garc¨ªa, l¨ªder del llamado rock nacional, se inspira en el fugaz romance que naci¨® en el campo ole concentraci¨®n donde permanecieron secuestrados algunos de los chicos. All¨ª Pablo D¨ªaz, luego el ¨²nico liberado, conoci¨® a Mar¨ªa Falcone, de 16 a?os, y se prometieron ser novios. Se contaban el dolor terrible: que le produc¨ªan las torturas y lamentaban no poder ni mirarse por debajo de las vendas de arpillera que les infectaban los ojos.
La canci¨®n que les recuerda dice: "Apoyo mis espaldas y espero que me abraces l atravesando el muro de estos d¨ªas / rasgu?a las piedras hasta m¨ª / detr¨¢s de las paredes que ayer te han levantado l te ruego que respires todav¨ªa..."
Pablo D¨ªaz les cont¨® a los jueces y luego a los j¨®venes que asistieron a la presentaci¨®n del libro, c¨®mo una noche logr¨® convencer a su carcelero para que le dejara pasar una vez a la celda de Mar¨ªa. Pudieron verse. Y hablar, pero no tocarse. Mar¨ªa le pidi¨® por favor que no lo hiciera porque la hab¨ªan violado.
Escr¨²pulos morales
H¨¦ctor Olivera, director de No habr¨¢ m¨¢s penas ni olvido, dud¨® mucho antes de decidirse a rodar La noche de los l¨¢pices. "Nunca antes hab¨ªa tenido tantas trabas morales y ¨¦ticas. Yo no fui un exiliado ni un defensor de los derechos humanos, viv¨ª todo esto lejos de la realidad. Era uno de los que no cre¨ªa que estas cosas pudieran ocurrir aqu¨ª. Por eso tambi¨¦n creo que asum¨ª este compromiso precisamente como un deber de conciencia, sent¨ª que deb¨ªa hacer algo".La primera parte del gui¨®n cuenta la vida y la lucha de los estudiantes secundarios de la ciudad de La Plata cuando despu¨¦s del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 continuaron trabajando para conseguir que se aprobara el llamado boleto escolar, una rebaja del 50% en los billetes de autob¨²s.
Olivera se ha preocupado en la pel¨ªcula por mostrar las relaciones entre los j¨®venes, su vida familiar y tambi¨¦n la intensa militancia social de todos los adolescentes secuestrados que eran afiliados a organizaciones juveniles del peronismo y del Partido Comunista. La mayor¨ªa de ellos participaba en obras comunitarias junto con los habitantes de las chabolas suburbanas y eran, adem¨¢s, dirigentes de la Uni¨®n de Estudiantes Secundarios.
Hasta la noche del secuestro, el filme sigue la historia paralela de los siete desaparecidos y luego contin¨²a sobre la base del testimonio de Pablo D¨ªaz, el ¨²nico sobreviviente, desde el momento en que un grupo paramilitar echa abajo la puerta de su casa y lo secuestra ante la impotencia de su familia. Desde all¨ª lo trasladan encapuchado hasta el campo de concentraci¨®n de Arana, donde lo someten a la primera sesi¨®n de tortura con la picana el¨¦ctrica. "Me dijeron que me iban a dar la m¨¢quina de la verdad, yo les dije que la trajeran enseguida, pens¨¦ que ser¨ªa uno de esos aparatos que se ven en las pel¨ªculas y no ten¨ªa nada que ocultar", recuerda ahora.
Le aplicaron la picana en todo el cuerpo, la boca y los genitales. Pablo D¨ªaz relata, adem¨¢s, los cont¨ªnuos simulacros de fusilamiento, el interrogatorio sobre supuestas actividades subversivas y una de las m¨¢s brutales torturas a la que logr¨® sobrevivir, cuando le arrancaron las u?as de los pies con una tenaza.
En la ¨²ltima parte, la pel¨ªcula cuenta al mismo tiempo los detalles del martirio que sufr¨ªan los j¨®venes y la desesperada b¨²squeda que inician sus padres, no concluida. En la escena final, luego de que uno de sus torturadores resuelve concederle la vida, Pablo D¨ªaz sale en libertad sin saber qu¨¦ va a ocurrir con sus compa?eros. Enseguida tres textos explican lo que sucedi¨® despu¨¦s con cada uno de ellos y se aclara que, a pesar de la brutal represi¨®n, el boleto escolar se concede actualmente a los estudiantes.
H¨¦ctor Olivera recuerda la enorme angustia que acompa?¨® al equipo durante el rodaje y aclara que, de acuerdo con los autores de la investigaci¨®n y el propio Pablo D¨ªaz, se evitaron escenas que pod¨ªan ser interpretadas como "golpes bajos" aunque se ajustaran a lo que realmente pas¨®. Los guionistas y el realizador se preocuparon tambi¨¦n. por apuntar en un segundo plano la trama de c¨®mplices conscientes entre profesores, directores y el rector de la universidad de La Plata, que autorizaban la irrupci¨®n de los grupos paramilitares en los colegios o les daban informaci¨®n sobre cada uno de los alumnos.
El reaparecido Pablo D¨ªaz, un hombre tranquilo y solidario, empe?ado en reconstruir la memoria "s¨®lo para no olvidar", dice todav¨ªa con cierta inocencia: "A m¨ª me hubiera gustado que esta pel¨ªcula y alguna otra contara tambi¨¦n qu¨¦ pas¨® con los represores, qu¨¦ fue de la vida del que nos tortur¨®, qu¨¦ hace hoy el que mat¨® a los chicos, el que los enterr¨®. De alguna forma hay que saber que existen, que est¨¢n junto a nosotros".
Cuando iba a quedar en libertad, un teniente coronel del Ej¨¦rcito le advirti¨®: "Nunca digas lo que viste, nunca digas d¨®nde estuviste, nunca digas nada; antes de que termines de hablar ya te habr¨ªamos chupado otra vez".
Hoy, donde va, Pablo D¨ªaz cuenta nuevamente la historia con los ojos claros y serenos puestos en quien quiera escucharlo.
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