El espa?ol y el fascismo
Las clases medias, si se las aprieta, dan el fascismo, como el proletariado da el comunismo / El fascismo da gloria personal de clase media a los intelectuales, fortuna econ¨®mica a algunos empresanos y gloria patri¨¢tica al pueblo en general / Cuando el hombre de la calle no consigue la gloria personal ni la fortuna econ¨®mica, el fascismo le ofrece la gloria colectiva, patri¨®tica / La clase media no tiene el prestigio de la aristocracia ni el prestigio inverso del proletariado, "depositario" de la Historia / El fascismo nace de una crispaci¨®n, es una crispaci¨®n social, hist¨®rica / J. A. Primo de Rivera es un arist¨®crata repartiendo her¨¢ldica a la peque?aburgues¨ªa, haciendo la demagogia de los infanzones / Tierno ten¨ªa el humorismo, Guerra tiene el sarcasmo.
Las clases medias dan el fascismo como el proletariado da el comunismo. No es m¨¢s que una cuesti¨®n de a retar. S¨®lo que la clase trabajadora, de la que no vamos a tratar hoy, persigue a trav¨¦s de la revoluci¨®n realidades tan espec¨ªficas como el bocata de chorizo o la seguridad social o de empleo. Lo de las clases medias es m¨¢s complejo (, y por eso vienen mareando la Historia desde la Revoluci¨®n Francesa). Hay tres maneras de proporcionar a un mes¨®crata la identidad que no tiene y que necesita para vivir, como todo el mundo. A saber:La gloria personal (algunos escritores).
La fortuna. econ¨®mica (alg¨²n braguetazo).
La gloria patri¨®tica (fascismo).
El psicoan¨¢lisis es un invento jud¨ªo y el fascismo, mim¨¦tico del nazismo, es te¨®ricamente antijud¨ªo. Freud tiende a halagar a la se?ora gorda haciendo de su neurastenia o (te su celulitis "un caso". La vuelve interesante. Por lo menos, interesante para s¨ª misma. Hitler toma a las masas indiferenciadas y las vuelve interesantes. Ya que no puede darles comida, les da ego. Una Patria, una Raza, un Destino. El problema de las clases medias, en Espa?a (y supongo que en Europa) es una crisis de identidad. Las clases altas tienen sus problemas resueltos y la clase obrera es depositaria del futuro, seg¨²n dice hasta la derecha. ?Y las clases medias? Hay una afirmaci¨®n de maestro La¨ªn, de los; 50, que se me ha quedado fija para siempre:
-El problema de la Universidad es el problema de las clases medias espa?olas.
La cosa ten¨ªa mucho m¨¢s alcance que un mero alcance universitario o lectivo. Quer¨ªa decir maestro La¨ªn que lanas clases medias bien educadas dan a Cajal y a Unamuno, mientras que unas clases medias desatendidas y descontentas dan el fascismo. Todo esto estaba impl¨ªcito en la frase de maestro La¨ªn.
Cuando el individuo de clase media no consigue la gloria personal (excepciones que no cuentan), ni la fortuna econ¨®mica, el fascismo de turno (siempre hay alguno en marcha) le ofrece la gloria colectiva, patri¨®tica. Las clases medias no se apuntan al fascismo, ni se apuntaron en el 36, por resentimiento social (que no era tan grave), sino por su eterno mimetismo de la aristocracia. Franco, y antes Jos¨¦ Antonio, les ofrece una genealog¨ªa, una identidad personal y colecti va, que las clases medias nunca han tenido. Ah¨ª fall¨® Aza?a, que era pura clase media, pero era un elitista. Hay un libro poco conocido, Manolo, de Francisco de Coss¨ªo, donde cuenta la muerte de su hijo falangista en Quijorna, primeros tiempos de la guerra. El libro es bell¨ªsimo, sin que importe para nada la filiaci¨®n del h¨¦roe. Es todo lo que se puede hacer con la muerte de un hijo. Es el Jorge Manrique inverso: no las coplas al padre, sino al hijo. La burgues¨ªa, ilustrada o no, busca y encuentra satisfacci¨®n en el fascismo. Digamos que el fascismo les hace a todos arist¨®cratas: no otra fue la fascinaci¨®n de Jos¨¦ Antonio, un noble concediendo nobleza a oscuros hijos de la mesocracia. Freud, hoy tan reaccionario, inaugura el m¨¦todo, aunque nunca lo enuncie: la curaci¨®n del paciente est¨¢ en la sublimaci¨®n. (aunque ¨¦l dijera en la culpa asumida), en hacer una novel oral de la vida de cualquiera. Es un proceso de individuaci¨®n como los que estudiaba Heidegger, nada ajeno atodo esto. Hitler, Mussolini, Franco, ensayan lo mismo a nivel de masas. La gente est¨¢ perdida, no sabe qu¨¦ hacer consigo misma. D¨¦mosle un destino. Stalin lo intenta, en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, tarde y con una clase inferior el proletariado. Le resulta a medias.
Espa?a es el pa¨ªs peque?oburgu¨¦s por antonomasia. Incluso en los grandes espa?oles: Machado es profesor de Instituto de ense?anza media, como hoy el gran Torrente Ballester. Espa?a, pues, es pa¨ªs f¨¢cil para el fascismo. La peque?a burgues¨ªa no tiene el prestigio de la aristocracia ni el prestigio inverso del proletariado, clase depositaria de la Historia. La peque?a burgues¨ªa no es nada, y a eso se resigna uno, pl¨¢cidamente, en la madurez, pero la juventud vive de excesos y necesita hero¨ªsmos. Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera capitaliz¨® el exceso d¨¦ la juventud peque?oburguesa, le dio un destino y una her¨¢ldica. Con esto queda explicado el fascismo espa?ol. La juventud es ¨¦pica y necesita una ¨¦pica: hay que d¨¢rsela. Hoy, como no se le da, sustituye la ¨¦pica por la l¨ªrica del pasotismo, la droga, el sexo y la resistencia pasiva. Y aqu¨ª el gran problema del PSOE.
El PSOE puede ser fiel a s¨ª mismo, garantizando a la gente el goce de la privacidad y la libertad.
El PSOE tiene que ser infiel a s¨ª mismo, garantizando a la juventud un futuro azaroso, aventurero, un futuro de comic.
Pero los ultras son cada d¨ªa m¨¢s educados y la gente s¨®lo tic ne problemas con el IVA. Los irracionalismos nos mueven tanto o m¨¢s que la raz¨®n. El PSOE ten¨ªa unas causas nacionales, internacionales, patri¨®ticas, digamos. Ha renunciado a ellas. El antiotanismo, un suponer. La ocupaci¨®n de tierras, otro suponer. El PSOE ha renunciado a esos ideales. El PSOE ha renunciado a un posible fascismo de izquierdas. ?Qu¨¦ le queda, entonces, para fascinar a la juventud? Las verbenas, el casticismo y los patos del Manzanares. Pero hay, una causa patri¨®tica, irracional, que pued e salvar al PSOE como salv¨® a Su¨¢rez. Las autonom¨ªas.
Ya no es posible saber si la idea de las autonom¨ªas ha galvanizado un sentimiento popular de patria chica o si ese sentimiento estaba ah¨ª, represado por Franco, y en seguida ha dado esp¨ªritu a la letra de las leyes. En cualquier caso, la movida auton¨®mica tiene, aparte sus virtudes intr¨ªnsecas, la virtud de funcionar como correctivo a la idea beligerante de Patria.
Una dial¨¦ctica y una convivencia de patrias chicas, dicho esto sin sentido peyorativo, est¨¢ actuando siempre como correctivo de la Patria grande y evitando, en consecuencia, uno de los peligros del patrioterismo sacralizado: el fascismo. La ecuaci¨®n es as¨ª: patriotismo = racismo = fascismo. Y no estamos haciendo Historia/ ficci¨®n. La Am¨¦rica de Reagan supone la actualizaci¨®n de todo esto.
Lo del fascismo de izquierdas, que hemos escrito m¨¢s arriba, cra, naturalmente, una hip¨®tesis de trabajo. Es, por el contrario, el antifascismo de las autonom¨ªas lo que debiera potenciar el PSOE. Y, m¨¢s a¨²n, hacer de cada individuo una autonom¨ªa. Fomentar la privacidad, la solubilidad del yo en el yo, de la masa en el yo, y no a la inversa, porque eso mejora a la gente y, sobre todo, porque es la tendencia natural que una sociolog¨ªa salvaje puede apreciar hoy en el personal. El fascismo nace de una crispaci¨®n, es una crispacion social, hist¨®rica, s¨ªempre, y eso s¨®lo se arregla desdramatizando, aunque sea palabra ya un poco en desuso. Hay que desdramatizar el yo y el entorno, el yo y su circunstancia, hay que desdramatizar la Historia, hay que seguirle la corriente a la gente. "A vivir, que son tres d¨ªas, y dos en la mili". La relajaci¨®n del individuo en una privacidad gratificante, al nivel que sea, trae como consecuencia la relajaci¨®n social.
La sociedad espa?ola, hoy, podemos decir que vive relajada, pese al paro y el terrorismo, circunstancias que acoge con una iron¨ªa silenciosa. Si, en el 36, media Espa?a estaba madura para el fascismo, por las circunstancias nacionales y por el simple mimetismo de Europa, hoy ocurre todo lo contrario. Alguien habl¨® del "crep¨²sculo de las ideolog¨ªas". No es eso. Es que estamos del otro lado de la Historia, como cuando Rilke pasaba "al otro lado de las cosas". Uno dir¨ªa, micluso, que los espa?oles votan reiteradamente el PSOE porque es un partido intermedio y, por lo tanto, ir¨®nico. Ni fanatismo de derechas ni fanatismo de izquierdas. El estado ir¨®nico a que ha llegado el pueblo espa?ol (que antes s¨®lo era sarc¨¢stico: ver cl¨¢sicos de todas las ¨¦pocas de Cervantes a Larra). A ese ironismo del pueblo es al que tiene que responder el socialismo. El socialismo espa?ol ha tenido su momento m¨¢s ir¨®nico cuando Felipe Gonz¨¢lez, el verano pasado, eligi¨® el Azor para las vacaciones. Columnistas y analistas sin iron¨ªa (lo nuestro, literariamente, es el sarcasmo, la burla, pero no la iron¨ªa: v¨¦anse los cl¨¢sicos que acabo de citar y cualesquiera otros) consiguieron hacer impopular la haza?a. De otro lado, Gonz¨¢lez es un pol¨ªtico sin cinismo suficiente como para superar eso y volver al Azor. Es un pol¨ªtico de buena fe, y por ello Maquiavelo se niega a pisar la "bodeguiya".
Hay dos maneras de huir del fascismo de izquierdas: el lirismo y el humorismo. El PSOE empez¨® ensayando el lirismo -aquellos p¨®sters ecol¨®gicos- y la realidad le defraud¨®. Tierno Galv¨¢n ten¨ªa el humorismo. Guerra tiene el sarcasmo. No es la misma cosa. Iron¨ªa, humor, desfanatizaci¨®n de la gente, autocr¨ªtica (como le dije un d¨ªa a Guerra), es lo que debiera cultivar el socialismo espa?ol. Y volver al Azor, hombre, que no pasa nada.
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