De copas al aire libre
Una ordenanza especial intentar¨¢ mantener el car¨¢cter l¨²dico de las terrazas y evitar sus abusos
La noche l¨²dica madrile?a gira desde la primavera al oto?o en torno a varios ejes de movida, uno de los cuales, las terrazas, se ha revelado como la gallina de los huevos de oro. Pero este Eldorado del asfalto madrile?o tiene ya ribetes de desmadre de su cauce original y corre el riesgo de convertirse en una red de focos de molestias para el vecindario y de abusos administrativos. El Ayuntamiento de Madrid promulgar¨¢ una normativa espec¨ªfica de ocupaci¨®n de la v¨ªa p¨²blica por veladores de hosteler¨ªa que, desde el pr¨®ximo a?o, permita controlar mejor el desarrollo de chiringuitos y similares.
Todo ruido que supere los 45 decibelios a partir de las doce de la noche est¨¢ prohibido por las normas municipales. El ruido es uno de los problemas que empiezan a ser intolerables en algunas de las terrazas de Madrid.La expresi¨®n de la terraza-bar, dentro de la movida madrile?a, es un fen¨®meno considerado por los presidentes de las juntas municipales del Ayuntamiento de Madrid -mayor¨ªa socialista- como una positiva manifestaci¨®n sociocultural. Pero su auge apresurado preocupa a los ediles. Se ha convertido en un negocio, una gallina de huevos de oro y cada a?o son m¨¢s los que la quieren explotar. Las terrazas son rentables. Una horchata en La Castellana cuesta 180 pesetas. El negocio, por otra parte, supone un contingente de oferta de trabajo. Por lo general, cada empresa de emplazamiento fijo, suele emplear todos los a?os a los mismos trabajadores.
El equipo municipal quiere apoyar al ramo hostelero para potenciarlas, pero dentro de un orden. "Es algo l¨²cido, muy agradable, que no se puede converlir en algo escandaloso, molesto", dice Saturnino Zapata, concejal responsable del ¨¢rea de Descentralizaci¨®n.
La proliferaci¨®n de terrazas-bares en Madrid ha crecido desde 1981 en que empez¨® a reverdecer este tradicional uso de tiempos anteriores a la guerra civil.. El boom se ha producido de foriria m¨¢s intensa desde hace un par de a?os.
Su n¨²mero y caracter¨ªsticas son distintos en unos distritos que en otros, pero toda la ciudad est¨¢ salpicada por estos oasis urbanos, que cobran con la noche - su mayor vitalidad, y cuyo auge llama la atenci¨®n incluso fuera de nuestras fronteras nacionales.
En los veladores inciden tres ordenanzas: la de ocupaci¨®n de v¨ªa p¨²blica, la de mobiliario urbano y la de medio ambiente.
Por otra parte, hay tres tipos de terrazas: chiringuitos o quioscos cuya explotaci¨®n se efect¨²a por concurso p¨²blico y cuya licencia otorga el pleno municipal -en total, 17, y es el caso de algunos de los instalados en el paseo de la Castellana-; otras que son prolongaci¨®n en la calle de un establecimieno hostelero que solicita la oportuna licencia; y otras que se forman por extensi¨®n de un puesto de venta de temporada (helados y/ o refrescos, por ejemplo). En los dos ¨²ltimos casos, el permiso lo da la junta municipal de distrito.
M¨²sica y setos
"Es muy probable que al a?o que viene est¨¦ en vigor una norma espec¨ªfica. Ser¨¢ sencilla: se har¨¢ un dise?o de situados fijos en cada distrito; probablemente, la adjudicaci¨®n ser¨¢ por concurso p¨²blico en la mayor¨ªa de los casos; se pondr¨¢ una tasa especial y una vigilancia constante", apunta Zapata."La mayor¨ªa ocupa ahora mismo m¨¢s espacio del autorizado", admite Zapata, como uno de los principales abusos. "Otras han incoporado m¨²sica o atracciones no autorizadas. En otras, no hay sitio para el aparcamiento de cohes y se originan graves ocupaciones de la v¨ªa p¨²blica".
Tambi¨¦n se han advertido algunas otras irregularidades que afectan al consumidor: ausencia de cartas de precios a la vista del p¨²blico, fraude en la calidad de los productos e incluso mala pr¨¢ctica en las medidas sanitarias. Con excepci¨®n de alg¨²n caso, tampoco disponen de urinarios ni lavabos.
Los ingresos municipales por este cap¨ªtulo dependen del n¨²mero de puestos autorizados, los metros que ocupan y las categor¨ªa de sus calles, en un abanico que va desde 1.700 pesetas, en categor¨ªas 1? y 2?, a 450 pesetas en categor¨ªa 9?. Y aparte se cobra suplementos por toldos, setos....
Un distrito como el de Chamber¨ª -quiz¨¢ el de mayor tradicci¨®n en este campo- obtiene un promedio que oscila entre las 13.000 pesetas y las 40.000 pesetas por situado, y los hay que cotizan hasta 120.000 pesetas. Centro es, quiz¨¢, donde m¨¢s se han notado el auge y donde se han alcanzado las m¨¢s altas cotizaciones. La ¨²ltima instalada este a?o, en la calle de Barquillo, ha pagado una tasa de cuatro millones de pesetas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.