Burguiba destituye al ministro tunecino de Asuntos Exteriores

El presidente de T¨²nez, Habib Burguiba, sustituy¨® ayer a su ministro de Asuntos Exteriores, Beji Caid Essebsi, por el hasta ahora embajador de ese pa¨ªs en Par¨ªs, Hedi Mabruk, seg¨²n un escueto comunicado difundido a primeras horas de la tarde por la agencia oficial de noticias Tap. Fuentes oficiosas advirtieron que la salida de Essebsi del Gobierno, que desde julio preside el economista Rachid Sfar, no tiene relaci¨®n con el asunto Mzali ni con la persecuci¨®n de un alto n¨²mero de ex ministros de los ¨²ltimos a?os, pero s¨ª con la intenci¨®n de Burguiba de renovar la deteriorada c¨²pula pol¨ªtica del pa¨ªs.La sustituci¨®n de Essebsi no ha sido presentada a la opini¨®n p¨²blica como la del ex primer ministro Mohamed Mzali el pasado 8 de julio, que no estuvo exenta de cierta crueldad. En esta ocasi¨®n se advierte que el ministro destituido pasar¨¢ a ocupar "otras funciones", aunque sin especificar. ?sto no significa, sin embargo, que la carrera pol¨ªtica de Essebsi se mantenga nivelada, ya que T¨²nez es un pa¨ªs sorpresa y los pol¨ªticos aqu¨ª, como ocurri¨® con Mzali, pasan de la gloria a la miseria en cuesti¨®n de horas.

La fuga de ministros

Essebsi es uno de los pocos pol¨ªticos de prestigio que se manten¨ªa en primer plano de la pol¨ªtica y ocupaba al mismo tiempo una cartera ministerial. Desde su independencia, T¨²nez ha visto fugarse al exterior a tres primeros jefes de Gobierno y una serie de ex ministros (cuatro de Interior, uno de Econom¨ªa, otro de Finanzas, uno m¨¢s de Asuntos Exteriores y otros que ocuparon carteras como Informaci¨®n, Funci¨®n P¨²blica y Trabajo), lo que hace que este peque?o pa¨ªs magreb¨ª tenga un segundo gobierno en el exilio europeo. No le falta, incluso una presidenciable, la ex esposa de Burguiba, Wasilla Benamar, residente en Par¨ªs.El ministro saliente son¨® en su d¨ªa como candidato al delfinato de la Rep¨²blica, antes de que Burguiba confirmara a su entonces primer ministro Mzali. Pero en compentencia con ¨¦l estaban, por una parte, otro malogrado pol¨ªtico, el ex ministro de Defensa y de Justicia, Hamed Mestiri, hoy perseguido dentro del pa¨ªs y l¨ªder del opositor Movimiento de los Dem¨®cratas Socialistas (MDS) y, por otra, un hist¨®rico del Partido Socialista Desturiano (PSD), Mohamed Sayagli, un hombre que ha sorteado todas las crisis.

Essebsi, ex ministro del Interior y ex embajador en Washington, ha sido jefe de la diplomacia tunecina durante los seis a?os que Mzali estuvo en el poder, y ha sido sustituido por un hombre de Monastir, la ciudad natal del presidente, el embajador Mabruk, que el pasado verano apareci¨® en unas fotograf¨ªas ba?¨¢ndose con Burguiba, privilegio reservado a los ¨ªntimos.

La cuesti¨®n de paisanaje en T¨²nez supone grandes posibilidades de promoci¨®n y ascenso pol¨ªtico, sobre todo si los aspirantes son de la localidad natal de Burguiba, aunque luego se forman los llamados clanes que, tras per¨ªodos de influencia, caen en desgracia. Mzali es de Monastir y su plaza de paisanaje la cubre ahora Mabruk. Otro hombre de Monastir en la c¨²pula es el ministro-director del gabinete presidencial, Mansur Sjiri.