Marinetti, del futurismo cultural al fascismo pol¨ªtico
La vanguardia cultural representada por el futurismo, de ruptura y anticipaci¨®n, tiene, para comprender, aunque sea esquem¨¢ticamente, la ideolog¨ªa pol¨ªtica marinettiana, una situaci¨®n concreta aunque no por esto clara: laI talia del primer tercio del siglo XX, con su proceso de industrializaci¨®n, con sus conflictos sociales agudos, con los temores revolucionarios y los avances contrarrevolucionarios, con sus guerras y aventuras imperialistas coloniales. En la crisis del liberalismo parlamentario y la ascensi¨®n del fascismo se deslizar¨¢, tanto en la teor¨ªa como en la pr¨¢ctica, la ideolog¨ªa de Marinetti.Entre 1909 y 1910 Marinetti se lanza a la conquista futurista de Europa, aunque ya antes, en 1905, hab¨ªa creado una revista internacional (Poes¨ªa). El 20 de febrero de 1909, en el peri¨®dico parisiense Le Figaro se publica el manifiesto fundacional futurista. Con el g¨¦nero del manifiesto, que se mantendr¨¢ como constante hasta su muerte, Marinetti rompe con la convencionalidad literaria: el manifiesto como proclama agresiva se traslada as¨ª del campo pol¨ªtico al campo cultural. Convierte la literatura en propaganda pol¨ªtica y en eslogan publicitario. Por otra. parte, Marinetti se dirige ya a "todos los hombres vivientes de la tierra". El futurismo aparece con pretensiones universales, como una nueva concepci¨®n del mundo totalizadora y salvadora. Desde sus lecturas iniciales -Carducci y Bergson, Sorel y Nietzsche, Bakunin y posiblemente Marx-, Marinetti ir¨¢ forjando una ideolog¨ªa de protesta, real y ficticia, en donde laicismo y nacionalismo garibaldino y antitradicionalismo modernista se mezclan con una permanente concepci¨®n belicista y militarista, aristocr¨¢tica y seudoanarquista. Su aparente actitud antiburguesa llamar¨¢ incluso la atenci¨®n de Gramsci, aunque pronto, por su pr¨¢ctica pol¨ªtica, su mistificaci¨®n fascista quedar¨¢ debelada.
En este primer manifiesto, de 1909, aparecen ya las notas que cualificar¨¢n la vanguardia futurista y sobre todo la concepci¨®n pol¨ªtica de Marinetti, completada -entre otros muchos manifiestos- por los de la creaci¨®n del programa y partido futurista (1913 y 1918) y por sus escritos sobre la relaci¨®n futurismo-fascismo (1924).
Rupturismo e irracionalidad
Es decir, en s¨ªntesis, se observa siempre esta dualidad entre modernidad cultural rupturista e irracionalidad pol¨ªtica. La velocidad y la m¨¢quina, la energ¨ªa y la audacia, la condena de los valores tradicionales y la exaltaci¨®n de lo nuevo, el elogio del hombre m¨²ltiple y el amor a la guerra, la necesidad de la desigualdad y de la lucha permanente. La velocidad, sobre todo, se convierte en la nueva est¨¦tica: "Un automovile ruggente", dir¨¢ provocativamente, "che sembra correre sulla m¨ªtraglia, ¨¨ pi¨´ bello della Vittoria de Samotracia". Velocidad, lucha y violencia se complementan, armonizando primitivismo y din¨¢mica: "Non u'¨¨ pi¨´ belleza, se non nelle lutta". La lucha no ser¨¢ s¨®lo una actitud literaria de ficci¨®n y protesta, sino algo concreto y real la guerra. Su seudoanarquismo se traduce en un darwinismo social destructor: la guerra, la muerte, es la ¨²nica higiene del mundo. Marinetti, como el japon¨¦s Mishima, glorificar¨¢ la guerra y las "bellas ideas que matan" y el desprecio a la mujer. Pero, a diferencia de Mishima, donde el futurismo se hace tradicionalismo m¨¢gico, Marinetti preferir¨¢ siempre el mito del condottiero mussoliniano al mito del emperador-cultural. Velocidad, lucha, guerra, se complementan en Marinetti con un hero¨ªsmo individual socializado y t¨¦cnico: las masas y las f¨¢bricas, los puentes y las estaciones, las locomotoras y los aviones.
En todos sus manifiestos pol¨ªticos posteriores, y son numerosos, Marinetti insistir¨¢ y desarrollar¨¢ este punto de partida b¨¦lico y destructor. Teor¨ªa y pr¨¢ctica tendr¨¢n una gran coherencia: se alistar¨¢ en los fascios de combate, har¨¢ voluntario la guerra en Etiop¨ªa, se separar¨¢ del fascismo unos a?os (pocos) como protesta por la claudicaci¨®n fascista ante el papado y la monarqu¨ªa, volver¨¢ a reintegrarse gozosamente en el r¨¦gimen, mantendr¨¢ siempre lealtad personal a Mussolini (incluso se adherir¨¢ a su postrer aventura desesperada: la Rep¨²blica Social Italiana); participar¨¢, ya septuagenario, en el frente ruso, en la II Guerra Mundial. Su fascismo de izquierdas o su anarquismo de derechas, similar a otras actitudes de intelectuales europeos captados por el fascismo lo mantendr¨¢n en sus posiciones, anticlericales, conjugando ut¨®picamente nacionalismo revolucionario (la "educaci¨®n patri¨®tica del. proletariado"), corporativismo funcionalista (c¨¢maras t¨¦cnicas y, apol¨ªticas), y viejas propuestas con reminiscencias sorelianas y, bakunianas: socializaci¨®n de la tierra, amor libre, disoluci¨®n (gradual) de la familia. Su vanguardismo cultural se deslizar¨¢ y se instalar¨¢ en el fascismo pol¨ªtico militante.
Aunque no es f¨¢cil desligar el futurismo de Marinetti con el fascismo (y en esta exposici¨®n hay una cierta intencionalidad de ocultamiento o trivializaci¨®n de este hecho), no ser¨ªa justo tampoco identificar plenamente el fen¨®meno general del futurismo europeo con fascismo. Mis conclusiones pol¨ªticas ser¨ªan ¨¦stas: Marinetti fue un futurista que anticipa y se integra en el nuevo orden fascista; el futurismo italiano -con algunas excepciones- fue vanguardia cultural del fascismo italiano, a diferencia de la mayor parte de los fascismos europeos (espa?ol, portugu¨¦s, alem¨¢n), que exaltaron m¨¢s la tradici¨®n que la modernidad, y, por ¨²ltimo, el futurismo en Europa tuvo conexiones pol¨ªticas diversificadas y no homog¨¦neas tanto con el fascismo como con ideolog¨ªas liberales o progresistas.
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